El Pollo se presentarán este domingo en el Arena Motincello con Los Inolvidables de siempre. Artista adelanta a La Cuarta cómo se viene el espectáculo y también habla de su vigencia a pesar del paso del tiempo.
El próximo domingo 12 de mayo, se festeja el Día de la Madre, quienes esperan celebrar como Dios manda junto a sus hijos y seres queridos.
Y para eso, son varas las alternativas disponibles para poder regalonearlas. Una de ellas, por ejemplo, será el show de Los Inolvidables de siempre, que se llevará a cabo el mismo domingo a las 17 horas en el Arena Monticello, y que contará con icónicos artistas de la música chilena.
De hecho, uno de los que dirá presente es nada menos que José Alfredo Fuentes, quien junto a Germán Casas, Wildo, los Hermanos Zabaleta, el Maestro Horacio Saavedra, Gloria Benavides y Larry Wilson, quien tendrá una participación especial, esperan hacer cantar y emocionar a todas las “reinas del hogar”.
“Va a estar bien completo. Y es un show bien entretenido, porque lo tenemos muy bien armado, muy moderno, con muchas visuales, con excelente sonido. Y aparte, no nos dedicamos cada uno a cantar nuestras canciones, que sí lo hacemos, por supuesto, los éxitos individuales, pero estamos constantemente más de uno en el escenario. Partimos todos juntos, después vamos cantando individualmente, pero además hacemos dúo. Antonio Zabaleta canta con Guido, yo estoy con Gloria Benavides. Incluso la Gloria trae a la Gertrudis, un personaje tan icónico, tan simpático, que tiene también un diálogo conmigo. Así que es un show bien bueno, que dura más de dos horas, dos horas y cuarto”, adelanta el Pollo en diálogo con La Cuarta.
Incluso, advierte que será un espectáculo “donde la gente se emociona, ríe, baila, canta, se pegan sus lloraditas por ahí porque hay canciones que le traen recuerdos imborrables de su juventud. Y el público no solamente es público nuestro, que tiene de sesenta años para arriba, van muchos jóvenes. Es bien diverso”.
Por lo mismo, el ex animador de televisión cuenta que será “un show que vale la pena porque aparte de ver a todas estas figuras que se conocen desde siempre, la gente lo pasa bien no solo viendo el espectáculo sino también entreteniéndose ahí en la platea o en la galera”.
- Especial igual cantarle a las mamitas en su día…
- Nosotros le cantamos a las mamás y a las mamás de las mamás, vale decir, a las abuelas, entonces nos damos cuenta que va la familia, porque el hijo o el nieto le regalan a sus madres o abuelas las entradas para poder ir a vernos, entonces hay una variedad de público increíble. Donde tú miras vas a ver jóvenes y adultos. Y la emoción de los cabros de ver que lo pasan tan bien sus parientes mayores. Y también a los chiquillos les gusta conocer al Tío Pollo, al Tío Wildo, al Tío Horacio Saavedra. Es bien bonito.
- Tiene harta pega para estas fechas parece…
- Yo durante el mes de la madre debo hacer 50, 60 saludos por teléfono o por redes sociales. También a matrimonios, señoras que están solas y alguien les quiere brindar una alegría. Nos piden un saludo y sabemos que la gente queda muy feliz y contenta. Y el cariño de la gente, si bien a veces ya no son chiquillas chicas se comportan como si lo fueran. A donde vamos te están esperando, te quieren dar un beso y si es posible quieren sacarte un botón de la chaqueta. Vuelven a ser lolas, hay que calmarlas. Vuelven a ser fans como cuando tenían 15, 18 años.
- ¿Qué se siente seguir vigente a pesar del paso del tiempo?
- Es una cosa muy increíble, porque cuando yo partí cantando a los 18 años, y a esa edad, ni a los veintitantos ni a los treintaitantos, nunca pensé que después de 58 años de vida artística iba a estar en esto todavía. Es realmente inesperado. Uno mira para atrás y dice qué diablos pasó en la década de los 60 que permitió que la gente se ilusionara, se emocionara tanto con nosotros y que tuviera tal trascendencia nuestra música. Así que puro agradecimiento nomás.
- Ustedes generaron eso…
- Por eso que se respira mucha alegría, mucho entusiasmo, pero también mucha nostalgia. Por eso que cae más de alguna lagrimita con alguna determinada canción. Cuando canto El amor no tiene olvido y veo a personas llorando, uno se emociona, a pesar del tiempo que llevamos. Tienes que respirar hondo para seguir cantando tranquilo.
- ¿Extraña esa época de los 60?
- La recordamos más que añoramos, porque el tiempo te hace aceptar que, en mi caso ya tengo 76 años... entonces ya no pretendes provocar lo mismo que en esos años, porque tu mente cambia, tu forma de pensar cambia, y no estamos sufriendo porque no tenemos 20 años. La vida te hace aceptar el paso del tiempo. Estamos con los pies bien puestos en la tierra pero gozando de llevarle alegría a la gente y cantando, que es lo que más nos gusta hacer.
- Además va sumando público nuevo…
- Ver que los jóvenes te tratan de maestro y de que ‘por favor, sáquese una foto conmigo’, o ‘mándele un saludo por favor a mi abuela, a mi papá’. Ha calado fuerte la música que nació, en mi caso, el 66. Un agradecimiento a la gente, a Dios porque es lo que más me gusta hacer, es mi vocación. Y no todo el mundo tiene la suerte de poder hacer lo que más le gusta, así que puro agradecimiento al tiempo que llevamos y que ojalá se prolongue un buen rato más.
¿Oiga y todavía se mantiene el fervor de sus fans como en esos años?
- Sí, pero de otra manera. En ese tiempo yo no podía andar en la calle porque había un asedio entrecomilla de las chiquillas, entonces tenía que pasar escondido, entrar al cine con la luz apagada. No ir a discotecas a bailar porque no se podía estar tranquilo. Poco tiempo para pololear porque las chicas se ponían celosas (ríe). Era muy fuerte el movimiento que hubo en ese tiempo, que era con Adamo, Sandro y Raphael, que éramos las figuras más importantes, con fansclub muy grandes, con miles de admiradoras en diferentes lugares.
- Cuático igual…
- Hoy en día es diferente porque la gente me tiene mucho cariño, donde voy, si tengo que caminar tres cuadras en el centro, Providencia o en algún lugar por ahí, tengo que sacarme 40 fotos. Es bonito el respaldo y cariño de la gente. Y por supuesto yo me doy todo el tiempo necesario para estar con la gente porque lo hacen de muy buena onda y no cuesta nada hacer feliz a una persona que quiere sacarte una foto contigo o quiere que le firmes un autógrafo.
- ¿Cómo es su relación con el resto del grupo?
- Somos muy amigos, nos conoce hace casi 60 años, pero no nos juntábamos como nos juntamos hoy día. Ahora cada 15 días tomamos desayuno juntos. No comemos porque nos acostamos temprano, nos cuidamos. Nos reímos de cosas que pasamos en nuestra juventud y también de nosotros mismos, porque las conversaciones giran en torno a si te dolió dolió una rodilla, cómo amaneciste en la mañana, qué remedio estás tomando. Puras cosas que habla la gente que tiene aproximadamente 70 años. Ha crecido un cariño más fuerte y una necesidad de vernos, juntarnos y cuidarnos mutuamente. Nos estamos llamando constantemente si uno se enferma, estamos preocupados de ir a verlo, acompañarlos al doctor. Es bien bonito lo que ha sucedido con nosotros.
- Con todo lo que me ha contado, ni pensar en colgar el micrófono y retirarse me imagino…
- Es casi como imposible. Qué te vas a retirar si la gente todavía te quiere seguir escuchando. En las presentaciones que uno hace hay mucho aplauso, cariño, reconocimiento. Y después la gente se acerca y te pregunta ‘¿cómo lo hace para poder seguir cantando igual que antes?’. Bueno, es porque nos gusta. Y el día que no lo podamos hacer va a ser bien difícil seguir sobreviviendo. Porque si estamos cantando de los 17, 18 años, que te quiten eso, va a ser muy doloroso. Es nuestra vida.