“La música urbana alternativa posee los matices que no tiene el mainstream”.
Cada género que se vuelve popular termina incubando una corriente alternativa. La música urbana no es la excepción y Chile se ha vuelto una fábrica de jóvenes cantantes y productores que elevan su lenguaje hasta nuevas alturas.
Junto al boom de los decenas de artistas que se pegaron y los miles que intentan pegarse, de manera orgánica también se conformó un panorama de apuestas sonoras que no repiten las fórmulas probadas en las listas de éxitos.
Valiéndose a grandes rasgos de los mismos softwares que usan sus colegas famosos (como Auto-Tune, FL Studio o ProTools), una amplia gama de músicos han optado por salir de la caja y explorar otros horizontes creativos.
La suya es música alternativa porque no anda corriendo detrás de lo pegado (como la gran mayoría de las propuestas que habitan el under), sino que más bien lo hace en paralelo y muchas veces incluso en el sentido contrario.
Por ejemplo, si las mujeres chilenas de mayor éxito en la música urbana evitan los tópicos callejeros más peliagudos, en el espectro de lo alternativo está Bby Lean que rapea sobre ser mechera al ritmo del drill y el jersey club.
No es la única cantante que sale de lo común en el lado B del movimiento urbano chileno, que alberga desde mujeres que homenajean las guitarras del pop punk (Lil Blv) hasta compositoras que se autoproducen (Velem).
En el caso de los hombres, la vulnerabilidad que los cantantes pegados se reservan es el motor de la obra de artistas tan sensibles como Emferio, JSI o Benyi con sus melódicos repertorios emocionalmente complejos.
La música urbana alternativa posee los matices que no tiene el mainstream. ¿Te dan fatiga ya las voces raspadas corte Marcianeke, Jordan 23 o King Savagge? Refresca la oreja con los falsetes de Vial Clown o Sakurashawty.
Mismo dato para los saturados con el reggaeton. En el lado B hay desde bolero, salsa y cumbia auto-tuneada con Benjitalkapone hasta un hombre orquesta como Donttt que puede ir del tango al soul.
Al tener menos amarras que el mainstream, la música urbana alternativa suele alcanzar mayor vuelo creativo. Se trata de un espacio de libertad para artistas y deleite para oídos aventureros. Un refugio para los espíritus inconformistas que prefieren crear una realidad antes que amoldarse a la que ya existe.