30-11-2021
En 2019, Luis Martínez quiso empezar otra vez. Arreglar los problemas del pasado, saldar sus deudas y mirar a la cara a quienes defraudó. Volvió a Chile, agarró un carro de maní, como en sus inicios, y se instaló en Las Condes a vender con la intención de recuperar algo del imperio que alguna vez ostentó. El estallido social y la pandemia amagaron con impedirlo. De hecho, tuvo que desprenderse de casi todo. Pero hoy, de nuevo la historia está de su lado. Desde Nueva York, Estados Unidos, el Conejo relata aquí cómo se gestó su última resurrección.