Hace 15 años, un macabro doble homicidio remeció a las comunas de Pudahuel y Cerro Navia.
El año 2010 comenzó con un crimen que impactó a Chile, pero particularmente a las comunas de Pudahuel y Cerro Navia, en la Región Metropolitana.
El asesinato de una funcionaria municipal y su hijo se comenzó a aclarar tras la detención de Hugo Acevedo (45), una expareja de la víctima.
A sólo tres meses de haber concluido su relación con Carola Cortés González (40) —con quien tenía dos pequeños hijos, de cinco y dos años, respectivamente— el sujeto la interceptó en la vía pública, justo al frente de la municipalidad de Pudahuel, y la mató a tiros. También a Alejandro Ibaceta, de apenas 22 años.
Horror en Pudahuel
El homicidio fue presenciado por varios testigos, entre ellos personas de la tercera edad que esperaban en el lugar para asistir a un paseo organizado por el municipio.
“Se baja, le dispara al joven primero y después le pega a la mujer, fueron cinco disparos. Cayó el muchacho, no tenía arma, nada, venía directamente a ellos, la frialdad que tenía me sorprendió”, dijo uno de ellos a Cooperativa.
Después de cometer el crimen, el imputado se dirigió a su trabajo en la municipalidad de Calera de Tango. Sin embargo, al verse cercado por personal policial, le confesó al alcalde que había matado a dos personas.
Nelson Donoso, amigo del imputado, expresó que “él me llamó y me confesó que había disparado y que se iba a entregar. Lo volví a llamar y le dije que hablara con el alcalde”.
Peleas y amenazas
El asesinato de Carola y Alejandro conmovió hasta el último empleado de la municipalidad de Cerro Navia, donde la mujer trabajaba desde hace más de 20 años.
Las coronas que adornaban el hall principal de la alcaldía la dejaron como una iglesia. A la llegada de los cuerpos, Cristian Valenzuela (45), pololo de la víctima, no se separó en ningún momento del ataúd.
Según sus cercanos, las peleas entre la víctima y Hugo Acevedo se acrecentaron a fin de año. En 2007, el hombre habría disparado al aire para amedrentarla. Y siempre por sus celos.
De acuerdo a Valenzuela, el día antes del doble homicidio, Hugo Acevedo llegó hasta el departamento de la mujer, puso su llave en la puerta, pero advirtió que ya habían cambiado la chapa. Descargó su furia contra la puerta y salió del edificio.
Luego de darse unas vueltas, volvió al lugar. Ahí se reunió con el hijo de Carola, a quien también terminaría asesinando. “Dile a tu mamá que en algún momento la voy a pillar sola, porque no me gusta que se rían de mí”, le dijo.
A la mañana siguiente, el criminal volvió a los blocks empuñando una pistola Taurus cargada con 16 tiros. Alejandro lo vio y acompañó a su madre a la micro.
Hugo siguió a la pareja durante 600 metros hasta la calle San Pablo. En el paradero frente a la muni de Pudahuel no aguantó más: según testigos, Hugo se bajó, musitó unas palabras y le disparó a la mujer a menos de dos metros de distancia. Luego le dio cinco tiros al joven.
Después subió a la Hyundai H1 y se fue. Eran las ocho con 10 minutos de la mañana. Un chofer de taxi siguió al auto hasta tomarle la patente y ver su ruta de escape. Al rato, el OS-9 de Carabineros siguió los Tags y dio con la ruta del sospechoso. Acorralado, optó por acudir al edil, contar todo y entregarse.
La charla
Posteriormente, su mejor amigo daría cuenta del contenido de la charla telefónica que sostuvieron.
“Como eres mi mejor amigo, quiero que estés al tanto de lo que está pasando. Maté a la Carola y a su hijo”, le dijo el autor confeso del doble homicidio.
Amigo: Estái loco, ¿qué hiciste?
Asesino: No sé. Me voy a mi casa, porque no sé qué hacer. Muerto me van a sacar de ahí.
Amigo: Reacciona, entrégate mejor. ¿Qué sacas con matarte, si lo que hiciste ya está hecho? Apechuga, haces más falta vivo que muerto. Anda a la pega y habla con el alcalde. ¿Me escuchas?
Asesino: Sí.
Amigo: Respóndeme.
Asesino: Ya, compadre, por ti lo voy a hacer.
Pese a que la defensa de Acevedo Manzano alegó problemas mentales, el Ministerio Público solicitó un total de 38 años de cárcel.