El chileno había sido deportado hace dos décadas y su reaparición generó impacto en Estados Unidos. Abrió fuego contra su pareja y sus dos hijos, asesinando a uno de los menores.
Un chileno de 40 años es el protagonista de un salvaje crimen que remeció a Nueva York, en Estados Unidos. El inmigrante ilegal atacó a disparos a su pareja y sus dos hijos menores de edad, asesinando a uno de ellos.
Según reportó The New York Post, los hechos se remontan al pasado lunes 28 de octubre, en una casa de la localidad de Somers, del condado de Westchester.
Por razones que se investigan, Fernando Andrés Jiménez Meza abrió fuego contra su polola, Christina Raimondi, y sus dos hijos, de 14 y 16 años. Producto de los balazos, el mayor de los adolescentes murió en el lugar.
Según reportes locales, el otro niño quedó en estado crítico y la mujer se mantenía estable.
Luego del ataque, Jiménez escapó en un automóvil y la policía local desplegó una intensa persecución por calles y carreteras. Incluso, cerraron un barrio completo en el condado de Putnam, para dar con el asesino.
Chileno homicida ya había sido deportado de EEUU
Tras ser detenido, se supo que el pistolero era un chileno que ya había sido deportado de Estados Unidos hace 20 años y actualmente se encontraba con situación migratoria irregular.
El hombre había sido expulsado en 2004 desde California hacia México y en algún momento volvió a ingresar a territorio estadounidense. En 2018 fue detenido en Yonkers (NY) por conducir en estado de ebriedad y fue liberado tras el pago de una fianza.
Se desconoce si en esa última detención las autoridades se percataron que permanecía en el país de manera ilegal.
A Jiménez se le imputarían cargos de homicidio en segundo grado, intento de homicidio y porte ilegal de arma, arriesgnado una condena de cadena perpetua.
El crimen no pasó desapercibido para las autoridades de Nueva York, en plena época electoral. El asambleísta Matt Slatter acusó en el citado medio que Nueva York se ha convertido en un “santuario” para inmigrantes y pidió endurecer la mano.
“El horrible asesinato de un estudiante de secundaria en mi distrito es solo una prueba más de que debemos derogar las políticas santuario de Nueva York y Westchester”, expresó el político local.