Representando del Mandatario habló por primera vez sobre el caso y explicó su decisión de hacerlo público.
Jonatan Valenzuela, abogado del Presidente Gabriel Boric, entregó detalles sobre la denuncia por acoso sexual y difusión de imágenes que habría sufrido el Mandatario hace 10 años.
“Desde julio de 2013 y hasta 2014, mi representado fue víctima de envíos de correos electrónicos, constitutivo del delito de acoso sistemático en su contra, el que ha tenido ahora, como nuevo episodio, la presentación de una denuncia ante la Fiscalía regional de Magallanes”, afirmó el profesional, en un punto de prensa.
“Se trata de 25 correos cuyo contenido no voy a comentar detalles, pero sí puedo decir que, en uno de ellos, se le hizo envío de imágenes de carácter explícito, no solicitadas ni consentidas por parte del Presidente”, añadió.
De paso, el abogado del Presidente aclaró que “desde el primer momento, el Presidente ha estado a disposición para esclarecer estos hechos, tanto es así, que yo el día 22 de octubre me entrevisté con el fiscal regional de Magallanes y le hice entrega de todos los correos existentes”.
“El Presidente descarta y desmiente categóricamente el contenido de esta denuncia, y quiero ser enfático: este es un caso que debe enfocarse globalmente; el Presidente es víctima del acoso sistemático a través de envíos de correos”, añadió.
¿Por qué se hace público ahora?
Consultado sobre su decisión de hacer público el caso, pese a que la denuncia se realizó el pasado 6 de septiembre, Valenzuela explicó que “el consejo profesional ha indicado que nosotros debíamos tomar conocimiento del contenido de esta denuncia. La última comunicación con la fiscalía fue hace un mes, y a mí me pareció que el plazo de un mes, esto es el 25 de noviembre, fue un plazo prudente para hacer públicos estos hechos, porque no tenemos nada que esconder”.
En relación a una presunta interacción entre Boric y la persona acusada, el abogado reconoció que “han existido respuesta (a los correos), pero todas respuestas de quien recibe un correo sin ningún tipo de justificación. Por ejemplo, signos de interrogación o preguntas como ‘de qué se trata esto’”.