Una resistida relación amorosa con una adolescente terminaría de la peor manera para una familia que perdió a cuatro de los suyos. ¿El responsable? Un conocido artista de música ranchera.
En enero de 2005, hace ya 20 años, ocurrió unos de los crímenes más impactantes de la historia de la Región de Coquimbo.
Se trata del irracional y planificado ataque cometido por Adán Milla Rojas, quien ingresó de madrugada a un inmueble donde dormía el matrimonio compuesto por Ernesto Gómez (43) y Nora Contreras (47), además de la expareja de Milla, Oriana Toro (18) y su hermanito de dos años, José Maluenda.
Lo que sucedió al interior de esa casa es difícil de comprender y describir, pero lo cierto es que los cuatro integrantes de esta familia terminaron fallecidos por culpa del chacal.
El Chacal de Punitaqui
Con el correr de lo días, y avanzada la investigación, se supo que Adán mantuvo una relación amorosa con Oriana, a quien conoció en la ciudad de Ovalle. Sin embargo, sus familiares se opusieron a este vínculo, al punto que optaron por “llevarse” a la joven a la lejana localidad de San Pedro de Quiles, en Punitaqui.
Pese a todo, la pareja continuó viéndose por varios meses, hasta que Milla se enteró de que la mujer mantenía una relación paralela. Fue ahí donde todo cambió para el enamorado, quien comenzó a tejer la venganza más cruel, una acción insospechada para un hombre aparentemente tranquilo.
En la zona, Adán Milla Rojas era conocido por participar en distintos grupos de música ranchera. De hecho, el día del asesinato múltiple, escondió su arma de fuego al interior de un estuche de guitarra y viajó largos kilómetros hasta llegar a la casa de quien fuera su polola.
Raúl Toro, vecino de San Pedro de Quiles, explicó a El Día que “el tipo era bien conocido en estos lugares. A nadie le llamó la atención que llegara con el estuche de la guitarra y vestido como mexicano porque era músico, pero ya a los días después, cuando se supo lo que había hecho, todos empezaron a hablar que lo habían visto acá en el paradero, y algunos decían que lo habían divisado caminando para allá, para el sector de Agua Amarilla, donde vivían ellos (las víctimas)”.
El horror
Luego de una larga caminata, el chacal llegó a su destino durante la noche del 28 de enero de 2005. Estaba cerca de la casa de Oriana y los suyos, pero aguardó hasta la madrugada del 29. En el momento que consideró oportuno, ingresó al domicilio y le disparó reiteradamente a Ernesto Gómez y Nora Contreras. El matrimonio murió en el acto.
Luego vendría lo peor: al encontrarse con Oriana Toro, quien ya había salido de su pieza, alertada por los tiros, el sujeto desató toda su furia. La asesinó con dos disparos y le propinó 49 puñaladas, 22 de ellas en el rostro.
Finalmente, no dudó en asesinar al pequeño José, a quien asfixió y azotó contra la pared. .
Una vez consumada la masacre, Adán huyó en dirección a Santiago y logró zafar de las justicia por algunos días. No obstante, el haber sido visto en el pueblo, justo el día en que ocurrieron los hechos, lo transformaron en el principal sospechoso. Su aprehensión fue rápida. Y el castigo ejemplar para la época.
Luego de un largo juicio que se extendió por un año, el Chacal de Punitaqui fue condenado a 40 años de presidio efectivo por los delitos de cuatro homicidios calificados.
¿Venganza al padrastro?
En Enigma, recordado espacio de TVN, fue Miguel Maluenda (padrastro de Oriana y padre del pequeño José) quien entregó una posible teoría tras el ataque. En su afán de impedir cualquier vínculo entre la joven de 18 años y el sujeto de entonces 32, lo golpeó en más de una ocasión.
“Tengo la certeza de que fue por venganza, porque le pegué y porque siempre me opuse a que anduviera detrás de Oriana (...) Decirle que es una basura es poco, porque yo creo que no se merece ninguna calificación más. Como ser humano que podemos desear de una persona así, que mata a un niño de dos años”, sentenció.
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