Mujer asegura que, por temor, actualmente vive en una “clandestinidad obligada”.
Un macabro episodio tuvo lugar el 8 de junio del año 2021, donde Edgardo del Carmen Mardones Beltrán, un mecánico de Collipulli de 46 años, fue secuestrado y asesinado. Esto, luego que miembros de la comunidad mapuche Choin Lafkenche lo acusaran de robar unas armas.
Según los antecedentes que se manejan, “Ronaldiño” o “El Cacharra”, como era conocido dentro de su círculo más cercano, fue sacado desde su casa con pistolas por un grupo de encapuchados, en la población Pablo Neruda.
Además, Mardones fue secuestrado junto al Jani, quien logró escapar con vida y se convirtió en uno de los testigos claves de las torturas de las que ambos fueron víctimas.
Y ahora, a un poco más de tres años de lo ocurrido, su esposa, Paola Vera Montecinos (45), cuenta detalles a RBB sobre el calvario que enfrenta desde ese entonces. Por ejemplo, debió abandonar el hogar que compartía hasta ese minuto con su esposo e hijas por miedo, pues recibe constantes amenazas de grupos armados, por lo que viven en una “clandestinidad obligada” y prácticamente no salen de la casa.
De hecho, afirma que sólo sale a dar una mirada al portón cuando se encuentra el carro de Carabineros que diariamente va a vigilar el lugar como parte de la medida de protección que recibe.
“Esto es algo que nos marcó como familia y está el temor constante de que nos vuelva a pasar, más aún cuando sabemos que hay dos de los doce acusados que están en libertad, pese a que se acreditó que hubo una planificación para secuestrarlo, torturarlo y asesinarlo”, se desahogó.
Sobre ese mismo punto, cuenta que sigue sin entender la decisión del Tribunal Oral en lo Penal de Angol, que condenó por delitos distintos a los 9 de los 12 acusados que la Fiscalía llevó al juicio oral. Según dice, todos debieron ser declarados por culpables de secuestro calificado con homicidio y recibir cadena perpetua.
“Nunca perdí las esperanzas...”
En tanto, también recordó cuando el mundo se le vino abajo tras enterarse del brutal crimen. ”Se me derrumbó la vida, se me derrumbó todo, porque nunca perdí las esperanzas de encontrarlo con vida”, relató.
“Cuando me enteré en la audiencia de formalización todo lo que le hicieron, no se lo doy a nadie vivir algo así, pensar en todo lo que lo hicieron sufrir. Le sacaron sus dientes con un alicate, le cortaron sus orejas, uno se imagina todo eso, el dolor que debió haber sentido”, planteó.
Además, reveló que “mi esposo no podía defenderse, tenía una pierna amputada a raíz de un accidente. No puedo entender por qué tanta maldad, por qué darle prioridad a las cosas materiales que a la vida de un ser humano, nunca los voy a poder perdonar, destruyeron mi familia”.