Contraloría habilitó un nuevo espacio para informar a la ciudadanía sobre sus labores: una periodista real que en un minuto explica los trabajos de la institución. Los usuarios todavía reclaman por Contralorito.
Un simpático loro que se dedicaba a luchar contra la corrupción. Así era Contralorito, un personaje que utilizaba la Contraloría General de la República (CGR) en redes sociales para acercar las labores de la institución a la población general.
Y lo habían logrado: Contralorito se convirtió en un personaje muy querido por el país. No obstante, de la noche a la mañana desapareció. Este abrupto cambio se dio cuando asumió la contralora Dorothy Pérez, quien trajo consigo distintas modificaciones, entre ellas, volver a una comunicación más tradicional.
En esta línea, en las cuentas de la CGR presentaron a la nueva figura que informará a la ciudadanía sobre las labores de Contraloría: una periodista real, de carne y hueso.
Así el reemplazo de Contralorito de la Contraloría chilena
“CGR en un minuto” es el nuevo espacio que habilitó Contraloría para informar sobre lo que están haciendo desde la institución, de la mano de la periodista Ángela Raimann.
Aunque en la biografía de las redes de Contraloría todavía figura la frase “aquí está Contralorito”, el loro no ha vuelto a aparecer desde el 14 de diciembre de 2023, por lo que muchos creen que Raimann viene a ser el reemplazo del personaje.
La aparición de la periodista ha tenido reacciones controvertidas: por una parte, hay quienes alabaron su labor, con comentarios como “qué seca, qué nivel de periodista tiene Contraloría” y “muy buena la periodista, nada que decir”.
No obstante, hay quienes se sienten nostálgicos por no poder ver al loro y etiquetaron la estrategia comunicacional como “añeja y muy de recién egresados. La ilustración Contralorito era potente y transversal, sin mencionar que ya estaba instalada en el subconsciente”, escribió un usuario.
Cabe resaltar que para Dorothy Pérez. la actual contralora, Contralorito nunca fue de su agrado. La también abogada creía que el personaje utilizaba un lenguaje inadecuado que podía producir “efectos delicados para la imagen republicana de la institución”.
Y es que en reiteradas ocasiones, el “humor” con el que el loro transmitía mensajes ha sido ampliamente criticado, en especial por hacer críticas implícitas a distintas figuras políticas y públicas.
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