En 2015 nació una bebé en el Sanatorio Alemán de Concepción, pero los descuidos durante el período de apego impidieron que el personal médico resolviese a tiempo un paro cardiorrespiratorio. La familia fue compensada, pero acusan que el dinero no soluciona lo que deben vivir día a día.
Una pareja de la ciudad de Concepción vivió un verdadero calvario tras el nacimiento de su hija en la clínica Sanatorio Alemán.
Pese a que el parto parecía avanzar con normalidad, negligencias médicas durante el apego dejaron a la bebé con daños neurológicos irreversibles.
El caso ocurrió en abril de 2015 y ahora salió a la luz a través de un reportaje de Radio Bíobio, en donde plantean que la madre, identificada solamente como Doris, ingresó con 39 semanas de embarazo y, tras intentos fallidos de parto natural, se le practicó una cesárea.
Por su parte, la pequeña nació sana, pero durante el periodo de apego, mientras su madre estaba anestesiada y sin supervisión médica, sufrió un paro cardiorrespiratorio.
Aunque lograron reanimarla, las secuelas fueron permanentes.
En todo ese contexto, la familia luchó durante años para acceder a la ficha clínica, la cual estaba incompleta y desordenada, pero todo se aclaró tras un peritaje.
Este reveló que la clínica no supervisó ni evaluó adecuadamente a la madre e hija durante el apego, determinado que hubo “un fallo en la organización de los servicios” para responder con prontitud al paro que padeció la menor.
Más aún, determinó que las omisiones en el cuidado llevaron a las graves consecuencias para la niña. “La demora en la atención del paro y las condiciones de riesgo a los que fue expuesta al dejarla sin vigilancia con su madre, quien se encontraba bajo los efectos de fármacos que producen somnolencia, aunado a la previsible fatiga típica postparto y cirugía, constituyen diversos factores de riesgo que hacían previsible el riesgo de asfixia durante el periodo de apego”, explicó un informe de un perito.
“La demora en el tratamiento del paro, redujo prácticamente a cero las posibilidades de recuperación sin secuelas”, concluyó.
Secuelas irreversibles que el dinero compensado no soluciona
En 2024, el Segundo Juzgado Civil de Concepción ordenó al Sanatorio Alemán a pagar indemnizaciones por daños morales y materiales, con uno de los abogados querellantes cuestionando la defensa de los abogados de la clínica. De hecho, tildó a todo el proceso como una batalla contra “una industria que no tiene corazón”.
Pero aunque los tribunales determinaron que el padre recibiría $93 millones, la madre otros $75 millones y la menor sumaría un total de $100 millones como compensación, la familia sostiene que el dinero no arregla la situación..
Y es que hoy por hoy la niña tiene 9 años y vive conectada a un ventilador mecánico, necesitando cuidados las 24 horas a raíz de “un daño irreversible”. De ahí que la familia enfrenta gastos mensuales de $15 millones, mientras lucha contra el dolor emocional y las secuelas de la negligencia médica.
Por eso mismo el padre asegura que lo impulsa una “sed de justicia” por su hija y un objetivo mayor: “que la gente se entere de lo que ocurrió y cuál fue la actitud que tomó el Sanatorio Alemán, entre comillas, el recinto clínico más importante del sur de Chile”.