El viaje de una chica trans por las plataformas de contenido erótico

Hace rato que a Ignacia C. le explotaban el DM de Instagram con mensajes así. Mensajes que en rigor eran arengas, peticiones, promesas. Métete a las plataformas de contenido, le insistían varios. Hazte el Only, po. ¿Por qué no te dedicas a eso? Te iría súper bien. En serio, yo me suscribiría. Y a decir verdad, no sonaba mala idea, o al menos, no era algo para descartar sin ambages. Su último trabajo en una empresa de retail había acabado pésimo. Peleada con una jefatura, decepcionada de ciertas conducciones. Con esto tal vez podría encontrar por adelantado la esquiva independencia. El único pero, el medular en estos casos: ella, una chica trans en pleno proceso, salpicada por alguna que otra inseguridad.

—En ese tiempo yo aún no tenía mi cambio físico, el aumento mamario —explica—, que para mí y creo que para toda chica trans es súper importante, ya que te hace sentir más segura, más femenina, ayuda mucho al crecimiento personal.

Y esa cirugía no es precisamente barata, de modo que Ignacia, ya entusiasmada, tuvo que tomar medidas. Una alternativa era hallar otro trabajo por algún tiempo hasta ahorrar lo suficiente. O, claro, dejarse caer de una vez al contenido erótico y después invertir para seguir caminando ese camino.

Palabras más, palabras menos, Ignacia C. tenía veintiún años cuando arrancó, por así decirlo, su carrera en Internet.

—Y el primer mes me fue súper bien. O sea, para mí fue súper chocante —reconoce ahora, a sus veinticuatro—, porque no pensé que me iba a apoyar tanto la gente que me seguía y que estaba interesada en verme.

Después de todo, aclara, “soy una persona nn”. Si bien se había percatado de que podía sacar réditos a “ser colorina” y a “otros atributos”, era “una persona normal” con no más de “tres mil o cuatro mil” seguidores en redes sociales que apenas “subía historias todos los días”.

Sin embargo, su estreno en las plataformas de contenido le rentabilizó cuatro millones y medio de pesos, de ahí la sorpresa. Aunque quizás tampoco sea algo para extrañarse tanto.

Cuenta Paola Rojas —gerenta comercial de Arsmate, la plataforma de contenido erótico más popular del país, también conocida como el OnlyFans chileno— que “el contenido trans se ha transformado en un contenido que últimamente ha tomado más relevancia”, y esto se explica, entre otras cosas, porque “es considerado también como una especie de fetiche”, lo que naturalmente ha propiciado un mayor éxito de sus creadoras.

En Arsmate no existe un catastro exacto —”porque hay muchas chicas trans que venden ese contenido de forma no explícita o más velada” y para la plataforma “lo primordial es la comodidad de la creadora o cómo ella se sienta frente al tema”—, pero Rojas estima que actualmente son “treinta o cuarenta” las creadoras trans. Una cifra que, según proyectan, debería aumentar con el tiempo.

Antes de habitar OnlyFans y ahora Arsmate, Ignacia C. comenzó su transición en 2019, es decir, lleva unos cinco años en el proceso. En ese trayecto, ser creadora de contenido para adultos le ha permitido operarse los pechos y pagar sus tratamientos hormonales, invertir en su imagen, sentirse mejor. Pero lo que ella subraya ante todo es ser independiente, “solventar yo sola los gastos, las cosas que necesito”. Por eso, ya le da lo mismo el qué dirán.

—La persona más adulta es la que más te juzga. No sé, tú opinas algo y es como que tu opinión la invalidan sólo porque eres creadora de contenido. O creen que porque eres creadora de contenido te dedicas a la prostitución o a ser escort. Te dicen que eres poco digna. La verdad es que esos comentarios ya no los pesco, no los hago míos. Si la gente critica y tiene esa opinión, es cosa de ellos.

—¿Pero te afectó alguna vez?

—Antes sí. Decía: pucha, la gente puede alejarse de mí o puede mirarme con otros ojos. Cosa que sí pasaba, pero con el tiempo, la gente entendió que es un trabajo más. Cada quien tiene su método de trabajo: hay gente que hace contenido explícito, hay gente que hace contenido soft. Yo me dedico a lo que es el contenido explícito, y cuando me critican o me dicen ay, tú te vendes por 15 dólares, por 14 dólares, yo les digo: no me importa, yo tengo mis cosas resueltas y me da lo mismo lo que opinen los demás mientras gane plata. Al final, a mí nadie me va a traer un plato de comida, ¿cachái?, o nadie me va a comprar mis cosas. O sea, yo prefiero eso, ser independiente, tener mis tiempos y, pucha, mucha gente dice que es un trabajo fácil, pero si fuera fácil cualquiera podría hacerlo. Y la verdad es que no todos pueden hacerlo, porque es un trabajo que tienes que saber hacerlo sí o sí.

—¿Y has sentido algún trato distinto por ser una chica trans?

—La verdad es que no. Siento que dentro de la plataforma hay mucha gente diversa, hay gente mayor, gente joven, gente gay, gente heterocis, trans. Hay de todo. Nunca me he sentido discriminada dentro de la plataforma. Y respecto a mi público, tampoco he sentido un trato diferente. Sí, obviamente, hay otros gustos que son distintos a los que tienen con chicas cisgénero, pero no…, siento que cada chica, que cada chico, tiene su público específico. En mi caso, por ejemplo, en su mayoría son personas que son adherentes a personas trans, por ende, es algo en lo que me siento súper apoyada y por mucha gente.

Paola Rojas respalda esto último: “Hoy en día no existe un prejuicio tan marcado respecto a las trans, al contrario. Su contenido es bastante valorado desde el punto de vista de la plataforma, porque tiene suscriptores que son bastante fieles. Por ende, no existe un prejuicio determinado. Como no son muchas trans, su contenido tiende a ser más bien exclusivo y es en ese contexto que tiende a ser más cotizado, porque es un fetiche muy específico. Las trans han aportado muchísimo comunicando su sexualidad o cómo ellas viven su sexualidad a través de la venta de contenido y eso es sumamente destacable”.

2024 puede que haya sido el mejor año para Ignacia desde que comenzó con la venta de contenido, al margen de sus ingresos. Considerada una de las más destacadas, fue nominada a Mejor creadora trans en la última premiación de los Arsmate Awards. Una categoría que se incorporó hace dos ediciones y que la gerenta comercial define como “un reconocimiento”. “Para que ellas sientan y entiendan que, nosotros como plataforma, valoramos su trabajo y premiamos a quienes lo realizan de forma lúdica, entretenida, cautivando a sus suscriptores con un contenido que es distinto y que tiene un toque que lo hace sumamente particular, especial y, además, escaso”.

—Me sorprendió bastante haber visto que fui nominada —se sincera Ignacia—. Yo siento que somos tantas a nivel nacional que hacemos contenido, que no me lo esperaba. Hay chicas que se dedican al 100% a esto del contenido, por ende, por eso no me lo esperaba. Pero lo encontré súper bueno, eso igual me demostró que reconocen tu trabajo. Me imagino que debe haber una selección de personas que escogen a los nominados, no lo sé, pero me sorprendió y me gustó mucho. Aunque no haya ganado, da igual, me puso feliz.

—¿Te propones algún día ganarlo?

—Eso no es decisión mía, no pasa por mí, pero si lo ganara, obviamente me gustaría mucho recibir ese premio. Pero todo a su tiempo, nada me apura.

—¿Qué sigue para ti en la plataforma?

—Me gustaría participar con otros creadores, siento que no me he dado la oportunidad de colaborar con gente distinta. Me gustaría experimentar cosas que son ajenas a lo que ya he hecho, crecer personalmente. Me gustaría además comprarme un auto, que es parte del objetivo que tengo dentro de la plataforma. Quizás más adelante, ser más profesional y no tan amateur en lo que es la creación de contenido. Pero todo eso va con el tiempo, nada me apura. Siento que lo he estado haciendo bien en el tiempo que llevo.

—¿Cómo definirías todo este camino?

—He logrado cosas muy buenas gracias a la plataforma y a mi trabajo dentro de la plataforma. Y espero que esto siga creciendo, que la gente confíe en sí misma. Da lo mismo los cuerpos, tu orientación, tu identidad de género. Lo importante es que tengas la confianza de ser independiente, de lograr tus metas, tus objetivos, sin importar lo que opine la gente. Porque, como siempre digo, la gente no te da de comer si no es tu trabajo. Y mientras lo hagas honradamente, está todo bien.