“Estoy muy mal. Ayer no nos quisieron pasar a nuestros tíos y ahora vamos a tener que velarlos desfasados. Mientras enterramos a unos, vamos a tener que velar a los otros”.

De esta manera, Deisy Rivera Mera dio cuenta del complejo momento familiar que enfrenta junto a los suyos tras el deceso de siete personas de su círculo cercano en el naufragio que remece a la Región de Los Lagos.

En diálogo con Buenos días a todos, la mujer recordó que “íbamos repletos (en la lancha), la carga iba muy mal distribuida, iban todos atrás”.

“Empezó a entrar agua al bote, eran demasiado grandes los golpes, nosotros saltábamos y nos golpeábamos en la cabina”, añadió la afectada.

Luego, se sumó a las acusaciones contra el capitán del bote. “El primer instinto de él fue dejar el timón libre, y fue una tía la que dijo ‘por qué no lo agarran’ y él dijo ‘por favor, ayúdenme’ y ahí un hombre dijo ‘yo puedo’”.

Además, la joven dio a conocer que, de no mediar la acción de un familiar, varios de los suyos hubieran quedado atrapados en la embarcación. “Nosotros buscábamos martillos para romper e vidrio, pero no había nada”, contó.

“Mi primo le pegó una patada y en esa patada el vidrio salió. Con la presión se cortó todo el muslo, era una herida tan grande que se le veía todo el músculo, no sé cuántos centímetros hacia adentro, y cuando íbamos en el flotador, era más sangre que agua”, detalló.

Finalmente, Deisy indicó que “agarré un chaleco que estaba en el piso y se lo puse a mi hijito y lo hice flotar. Y yo miré hacia atrás, mi abuelita iba en el asiento de atrás y tenía sus ojos vacíos, ella ya se había entregado”.

“Después miré a mi mamá y murió muy asustada, es una manera terrible de morir. No sé, como con esa mirada de terror”, sentenció.

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