En el puerto aseguran que se viene desarrollando una transformación silenciosa en la cultura deportiva. La idea es que, a través de la activación de diversas organizaciones sociales, más niñas, niños y jóvenes sean parte del tejido social deportivo que crece en la ciudad.
En el auditorio Osmán Pérez Freire de Valparaíso, hace cuestión de horas, se dio el puntapié inicial a la liga femenina de fútbol más grande del país. Para ser más exactos, se trata de una competición que reúne a treinta y seis equipos y más de setecientas jugadoras, vecinos y familias de la ciudad, que medirán fuerzas desde ahora y hasta diciembre.
El auditorio, por cierto, es uno de los nueve que presume la ciudad. Uno de los más emblemáticos, de hecho. De sus canchas surgieron figuras como las de Juan Carlos Letelier o el actual zaguero de Universidad Católica Daniel González. Por eso, hace apenas unas semanas se inauguró una inversión que supera los $105 millones, con tal de refaccionar sus camarines, multicanchas, anfiteatros y cierres perimetrales.
En cuanto a la liga municipal, es una de las tantas actividades deportivas que se desarrollan a día de hoy en la ciudad puerto. Y es parte de una estrategia vinculada a la preocupación que hay por las niñas y niños, a la luz de los índices que señalan el incremento de la participación de menores de edad en los delitos. De ahí que la Alcaldía Ciudadana activara una red de quince escuelas populares deportivas, ya no solo de fútbol, con más de ochocientos participantes.
La misión es generar un espacio de participación en lugares donde “el Estado no estaba acostumbrado a llegar”, explica la directora de Desarrollo Comunitario, Carla Meyer.
En tanto Moisés Villarroel, exmundialista de Francia 98, capitán de Santiago Wanderers e integrante del Colo Colo multicampeón de Claudio Borghi, es el coordinador de las escuelas. A diario se pasea por los cerros porteños y eso le ha permitido confirmar que “si se abren más espacios como éstos y se mantienen en el tiempo, la posibilidad de mejorar las condiciones de las familias del barrio se incrementan”.
El exvolante destaca, por ejemplo, que “no se trata solo de entrenar a un grupo de niños o niñas, también se les incentiva para volver o no desertar de las escuelas, e incluso se hacen mediciones nutricionales”.
Invertir más en infraestructura deportiva
En Valparaíso, la mayoría de las canchas son de tierra. Mark González, Eugenio Mena, Juan Olivares o el propio Villarroel son estrellas que se formaron así. Sin embargo, el municipio porteño desea modificar este escenario y se propuso destinar parte del presupuesto que obtendrá de la recuperación de más de mil plazas de parquímetros, para instalar pasto sintético en los auditorios O’Higgins y Benito Parraguez.
“La inversión superará los $1.000 millones y la haremos no solo para que se practique el fútbol sino también otras actividades deportivas o recreativas. Este tipo de obras no solo permiten recuperar espacios y darle más utilidad sino también demostrar que con organización es posible cambiar las cosas”, sostuvo Carla Mayer.
Se trata de una decisión que, por lo demás, se tomó tan pronto cinco mil vecinos aunaron fuerzas y reunieron firmas para solicitar esta inversión. Saben que, con esto, la verdadera ganadora es la comunidad.