Hasta la fecha, hay miles de clientes sin suministro eléctrico y agua potable producto a la masiva caída de árboles y postes de luz.
Las fuertes ráfagas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora y el temporal que azotó la zona centro-sur del país, dejó como consecuencia una serie de daños en infraestructuras en cientos de hogares y en las calles.
Asimismo, la masiva caída de árboles y postes de luz ocasionó que hasta hoy en día miles de clientes de la Región Metropolitana continúen sin energía eléctrica, e incluso sin agua potable.
Y la gran cantidad de caída de árboles tiene una explicación: condiciones climáticas y el no cuidado de árboles urbanos.
Es por esto, que Suraj Vaswani Miranda, encargado de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza (FCFCN); explicó las claras razones del por qué se produjo esta masiva caída de árboles, en los que la mayoría de ellos son de alta antigüedad.
“Los árboles están arraigados al suelo desde las raíces, pero en los suelos urbanos hay veredas, y el desarrollo de las raíces para poder arraigarse al suelo es sumamente pobre porque son suelos que están extremadamente compactados”.
Asimismo, la académica Nélida Villaseñor, también explica que el no cuidado de los árboles urbanos provoca la debilitación de estos con el paso de los años.
“Las podas de mala calidad son mucho más comunes en sectores de bajo nivel socioeconómico”; destacó la profesional.
Además, se destaca que la pudrición de los árboles es un fenómeno natural dentro de la naturaleza, pero que con el mal cuidado y la escasa poda de naturaleza que se deja evidenciar en diversas localidades, hace que estos se caigan por sí solos, y con fuertes vientos estas probabilidades aumentan.
Desafíos a tomar
Ante este crítico escenario, las autoridades buscan contar con un catastro frente a la cantidad de árboles caídos con el objetivo de proyectar una planificación ante un posible cambio de árboles en las zonas afectadas.
“Los árboles tienen un ciclo de vida, donde es natural que luego de su madurez se deterioren y, finalmente, se caigan. Sin embargo, este deterioro aumenta por el mal manejo que reciben en la ciudad. En la ciudad no deberíamos esperar a que se caiga un árbol porque esto puede causar fatalidades, corte de servicios y daños en estructuras”.
Junto a ello, el académico destaca que la responsabilidad de la mantención de los arbolados radica en los municipios, pero que estos no cuentan con un catastro de esos arbolados y no se han tomado las medidas correspondientes.