Un dron y efectivos de incógnito seguían de cerca a los imputados, semanas después del crimen. Esperaban un sutil descuido.
Un impresionante peritaje se presentó como prueba clave en contra de los cuatro presuntos autores del brutal asesinato de Carabineros en Cañete. Un sigiloso seguimiento posterior al crimen logró obtener muestras de ADN.
Durante la audiencia de formalización, la Fiscalía mencionó que existe evidencia científica, genética, que posiciona a al menos dos de los imputados en el lugar donde los tres efectivos fueron asesinados, en abril pasado.
La forma en que se obtuvo el perfil genético llamó la atención. Efectivos seguían sigilosamente a los sospechosos, después del crimen, y esperaron a que dejaran algún rastro biológico. Y así fue: recogieron una lata de cerveza y un escupitajo.
En junio, a poco más de un mes del triple homicidio, Tomás Antihuen, que hasta ahora sigue prófugo, se reunió con un amigo en un cerro del sector Quidico y compartieron unas cervezas. No tenía idea que era observado de cerca por un dron.
El personal policial esperó pacientemente a que se fueran. Al rato, funcionarios caminaron al lugar, recogieron dos latas de cerveza y las llevaron al Laboratorio de Genética. Una de ellas tenía el material genético de Tomás.
Confirmaron que el ADN era de él, al compararlo con el material encontrado en una polera que el joven utilizó cuando atacó con bombas molotov a un carro policial y fue detenido, en julio de 2020.
La muestra genética también coincidió con la saliva hallada en uno de los cartuchos de escopeta encontrados en el lugar donde fueron asesinados los carabineros Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal, reportó LUN.
Un escupitajo delataría a otro imputado
De la misma manera se obtuvo una muestra de Yeferson Antihuen. A fines de junio el joven mapuche caminaba por una calle cercana a la casa donde alojaba, al interior de una toma del sector La Pincoya.
No se imaginaba que carabineros de incógnito lo miraban de cerca. En un segundo, decidió escupir al suelo mientras seguía su camino.
Los efectivos esperaron a que se alejara y fueron a recoger una muestra de la saliva. La enviaron al laboratorio y arrojó que era el mismo ADN hallado en un cartucho recogido desde el lugar del crimen de carabineros.