Si bien la madre de la bebé fue acusada de maltratos verbales y falta de cuidado con la pequeña, quien presentaba un evidente estado de desnutrición, logró zafar de toda condena.
En enero de 2015, hace exactos 10 años, un cobarde parricidio remeció a la comuna de Puente Alto e indignó a todo el país.
Se trata de un crimen que quedó al descubierto tras el arribo de personal de Carabineros al Hospital Sótero del Río, cuyos funcionarios les alertaron sobre el ingreso de una menor de 9 meses con claras señales de maltrato.
Tras entrevistarse con los médicos, los uniformados constataron la presencia de la bebé en la UCI Pediátrica del recinto, la que había llegado en brazos de su propio padre, quien argumentó que sus lesiones se debían a una caída de la cama, lo que era falso.
“Realizadas las primeras diligencias y entrevistarse con los médicos tratantes, estos señalaron que las lesiones eran atribuibles a la participación de terceros, ya que presentaba un paro cardiorrespiratorio y principio de asfixia”, señaló el capitán Jorge Basualdo de la 38ª Comisaría de Carabineros.
El uniformado añadió que tras conocer el carácter de las lesiones, el padre de la menor, identificado como Danny Carril Gómez, de 28 años, arrancó del recinto, iniciándose inmediatamente una búsqueda a nivel nacional a cargo de las dos policías, y complementada por la propia madre de la menor, a través de redes sociales.
Finalmente, la búsqueda llegó a su fin durante la tarde del sábado 24 de enero, luego que el sujeto se entregara en una comisaría de Buin, y tras confirmarse el triste fallecimiento de la menor.
Brutal golpiza a Karla
En el mencionado recinto hospitalario, los médicos revelaron que el deceso de Karla, la lactante, se debió a una brutal golpiza.
Según informó Carabineros, la víctima sufría constantes agresiones. Una de ellas ocurrió en septiembre de 2014, cuando apenas tenía cinco meses de vida. En aquella ocasión, la menor debió ser atendida y se confirmó que sufrió una fractura en su brazo.
Además, días antes del mortal ataque, había recibido atención médica para revisar un corte en su labio inferior. Ni la madre de la menor ni la familia de Carril quisieron referirse al caso.
Al confirmar la tragedia, se dio a conocer que a la niña le diagnosticaron lesiones de traumatismo encéfalo craneano, hematomas en la cabeza y laceraciones en la mandíbula.
Drama total
Las educadoras del jardín infantil San Francisco de Asís fueron las primeras en encender las alarmas ante el Servicio Nacional de Menores (Sename). La constante ausencia de la niña alertó a las profesionales. Además, acusaron que existía falta de cuidado a la pequeña por parte de la madre, lo que quedaba en evidencia al ver su estado de desnutrición.
Sumado a lo anterior, el fiscal a cargo de la investigación, Juan Pávez se refirió a los constantes “maltratos verbales de la madre Majorie Quezada (hacia la guagua)”.
“La lactante vivía en un entorno de violencia intrafamiliar por parte de ambos padres, estaba al cuidado del padre, consumidor habitual de cocaína, al momento del supuesto accidente”, contó el fiscal del caso, según consignó SoyChile.cl. Ese día, Carril dijo que le había dejado su hija a una vecina y que a ella se le cayó de la cuna. Todo era mentira.
Según la investigación, la madre ya tenía orden de restricción hacia sus dos hijos mayores por los pocos cuidados que les daba. La mujer se los entregó a la abuela paterna por mutuo acuerdo.
Condena
En enero de 2018, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puente Alto condenó a Danny Carril Gómez a la pena efectiva de 17 años de presidio como autor del delito de parricidio de su hija.
Además, en fallo dividido, el tribunal decretó la absolución de la madre de la menor, quien zafó de ser condenada por el delito de homicidio culposo en comisión por omisión.
En la sentencia que dio por acreditado el sujeto “que se encontraba bajo el exclusivo cuidado de su hija Karla, procedió a agredirla mediante movimientos violentos de un lado a otro para posteriormente golpearle la cabeza, provocándole la muerte a raíz de un traumatismo craneoencefálico grave”.
“Ambos padres sabían de las agresiones progresivas de la niña, ambos encubrían, ambos tenían dominio funcional de la coautoría”, señaló el Ministerio Público, aunque finalmente sólo se decretó la prisión del padre. De cumplir la totalidad de su condena, el parricida saldría en libertad en enero de 2032.
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