La pesadilla de una madre que busca repatriar el cuerpo de su hijo fallecido en Australia: “No hay causa ni hora de muerte”

Eloy y Natalia Pozo

El joven de 18 años salió a pasear en bicicleta y nunca regresó. Hoy su madre busca saber qué le ocurrió y pide ayuda para extender su visa y repatriar el cuerpo.

Eloy Railef Pozo y su madre Natalia Pozo llevaban seis meses en Australia cuando la tragedia los azotó. Los chilenos oriundos de Antofagasta habían viajado en febrero para aprender inglés usando una visa de estudiantes y habían encontrado trabajo de housekeeping en un hotel.

El 4 de agosto, Eloy salió en andar en bicicleta a las tres de la tarde, pero jamás volvió. Cerca de las 10 de la noche, su madre se comunicó con la policía, que al poco tiempo le dieron la peor noticia de su vida: su hijo de 18 años había sido encontrado muerto en un parque.

“Esa es la única información que tengo. En su acta de defunción sólo sale su nombre. No hay causa ni hora de muerte”, aseguró Natalia en conversación con Las Últimas Noticias.

La pesadilla de Natalia

Aquello fue el inicio del calvario para la mujer de 36 años. “Mi visa vence este domingo 13, yo necesito quedarme más tiempo hasta saber qué le pasó a Eloy. La investigación policial demora seis meses. Faltan cuatro para tener el resultado. No tengo dinero para pagar un abogado”, explicó.

Aunque pidió ayuda al Consulado chileno en Sidney, no sólo para extender su visa sino para pagar los costos de la repatriación del cuerpo de su hijo, asegura que sólo recibió malos tratos por parte de los funcionarios.

Hoy ella se enfrenta a una profunda depresión que no la deja trabajar. “No me da para trabajar. A veces cuido perritos. No quiero hacer nada. Ni comer ni ducharme. Increíblemente me siento apoyada por la policía australiana. Viene una vez por semana a ver cómo estoy. Si tengo comida. Una trabajadora social me llama otros dos días y cada 15 días me citan para contarme cómo va la investigación”, relató.

“Yo sigo viviendo en el departamento que arrendamos juntos. Semanalmente pago 500 dólares (alrededor de 314 mil pesos chilenos). Tal vez debería irme a una pieza, pero no puedo. Tengo todas sus cosas, duermo en su lado de la cama. Prefiero vivir en la fantasía que en cualquier momento él va a abrir la puerta. Soy madre soltera, siempre hemos sido él y yo”, contó.

Una luz de esperanza

Jorge Olivares, un chileno, que actualmente vive en Estados Unidos, se enteró del caso y quiso ayudar. No sólo la ayudará a costear un abogado para ver el tema de su visa, sino que pagará el pasaje de regreso a Chile para que pueda repatriar al joven.

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