La trataban con cruel apodo y la aislaban: Revelan serie de malos tratos a parvularia que se quitó la vida en Osorno

Constanza Villalobos era madre de dos hijos, de 6 y 13 años.

Constanza Villalobos vivía una “burla permanente” y hostigamiento en el jardín infantil. Su familia y colegas exigen justicia. Era madre de dos hijos.

Profunda conmoción generó la repentina muerte de una educadora de párvulos que decidió quitarse la vida, hace unas semanas, en la ciudad de Osorno. La familia apunta al maltrato que recibía de parte de compañeras de trabaja.

Constanza Villalobos tenía 32 años y era madre de dos hijos, de 6 y 13 años. El pasado 26 de septiembrese optó por poner término a su vida, al interior de su domicilio.

Su hermana mayor, Marcia Villalobos, recordó el fatal día en diálogo con Chilevisión: “Ese día se despidió de mí. Me envió un mensaje pero yo estaba trabajando y no podía ir. Me dijo que nos quería mucho como familia, que cuide a sus hijos, pero que ya no podía soportar más el dolor. Que la perdonemos”.

Sus familiares y la asociación de funcionarios de Junji alzaron la voz para denunciar que su terrible decisión pudo ser determinada por el hostigamiento y agobio que enfrentaba en el jardín Cumbres de Colores.

Constanza Villalobos.

Detallaron los malos tratos

La hermana detalló, por ejemplo, que otra educadora del esteblecimiento un día “la siguió hasta el baño y le dijo que era la peor funcionaria que había pasado en el jardín”.

“La dejaban en extensión horaria, sola. Además no la dejaban usar mesa, clóset, materiales”, agregó.

Reveló además, que la insultaban con terribles apodos. “Una amiga me contó que a ella le decían ‘la mono pintado’. La molestaban mucho por su aspecto físico”, comentó.

“Estas personas la agarraban y le hacían encerronas. Me decía que era hostigamiento por su forma de vestir, porque tenía otro estilo”, contó Marcia.

Silvia Silva, presidenta nacional de la asociación de funcionarios, Ajunji, acusó por su parte que “la compañera estaba percibiendo un maltrato laboral que consistía en la invisibilización, la burla permanente, el no permitirle utilizar los espacios ni ocupar material”.

La familia explicó además, que Constanza enfrentaba un drama personal por la tuición de sus hijos, lo que le imposibilitaba dejar aquel trabajo.

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