Le hizo inusual petición al jefe y accedió a solicitud de cajera sospechosa: el relato de guardia detenido por caso Brinks

Trabajador fue detenido a poco más de 24 horas del millonario atraco.

Óscar Saavedra, de 35 años, entregó un testimonio a pocas horas del atraco. Ese día no debía estar en la sucursal, pero se las habría arreglado para conseguirlo.

Como Óscar Saavedra fue identificado el guardia detenido tras el cinematográfico asalto a la sucursal de Brinks en Rancagua. De acuerdo a los primeros antecedentes de investigación, el vigilante habría participado del plan que involucra a decenas de personas.

Según una testigo protegida, el trabajador habría reconocido que su pareja tiene una enfermedad que implica un alto costo para su tratamiento, lo que podría ser el motivo para sumarse a la fechoría que se concretó el pasado viernes.

El testimonio del guardia

En la carpeta investigativa, revelada en parte por La Tercera, está contenido el relato del guardia, quien fue detenido el sábado 17 de agosto, a poco más de 24 horas de ocurridos los hechos.

Sin embargo, el testimonio inicial fue tomado el mismo día del asalto, a las 18.25, en dependencias de Brinks. Ahí el hombre de 35 años desconoció formar parte de la banda y dijo que se mantuvo al interior de la caseta de seguridad en todo momento por temor a ser agredido.

“Por motivos personales, el día martes de esta semana le pedí a mi jefe la posibilidad de que hoy, viernes 16 del presente, me dejara trabajando en la torreta de la empresa Brinks, sin salir a la ruta, ya que tenía que hacer unos trámites en el trascurso de la tarde y así podía salir un poco más temprano, a lo que mi jefe me autorizó”, señaló.

“Al pasar el transcurso de la mañana realicé mi trabajo con total normalidad, en donde entraron y salieron funcionarios/as de la empresa en reiteradas oportunidades. Más o menos a las 12.30 horas, un grupo de seis funcionarias administrativas me pidieron que les abriera la puerta para que pudieran salir a fumar al exterior, hago presente que esta práctica la hacen en varias oportunidades durante el día. En esos momentos recuerdo que les abrí la puerta, donde ellas salieron, quedando totalmente cerrado”, agregó.

Según el fiscal del caso, parte del plan consistía en que Ximena Fuentes, la cajera presuntamente involucrada en los hechos, invitara a sus colegas a salir a fumar unos cigarrillos. Fue ahí cuando el primer grupo de asaltantes llegó al lugar.

“Al pasar unos minutos, miré el monitor de las cámaras de seguridad que tengo acá, percatándome que un grupo de a lo menos 10 personas a rostro cubierto se encontraban escalando el muro del cierre perimetral de la empresa, esto lo hacían con unas escaleras que estaban en la calle y en el estacionamiento, por dentro. Recuerdo que vi a unos sujetos que se encontraban en el estacionamiento tirando cajas y bolsas con dinero para afuera, mientras otros sujetos la recibían en la calle. En ese momento justo llegó el jefe de seguridad a esta torreta y le mostré lo que estaba pasando, en donde pudimos constatar que se trataba de un asalto”, puntualizó.

“Luego, yo presioné en muchas oportunidades el pulsador de pánico, sin tener respuesta alguna, también intenté efectuar llamadas y no podía, debido a que este lugar no tiene buena cobertura. Por otro lado, mi jefe trato de hacer lo mismo, sin tener otros resultados, así que decidimos refugiarnos en la torreta para evitar ser lesionados por estas personas, ya que no sabíamos si estos tenían la intención de llegar acá”, complementó.

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