“Me pegaron y me patearon”: Alberto Abarza relata cómo fue el violento portonazo donde perdió su silla de ruedas

El atleta perdió su silla de ruedas avaluada en 14 millones de pesos.

“No me creyeron que soy una persona con discapacidad”, aseguró el atleta.

El alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, denunció la tarde del viernes el robo que sufrió el atleta paralímpico Alberto Abarza. A través de su cuenta en X, reveló que el deportista había sido víctima de un portonazo y que le habían arrebatado su silla de ruedas.

El delito se llevó a cabo el día jueves, cerca de las 11 de la noche, cuando Abarza pasó a buscar a su hija a la casa de su expareja, en Maipú.

Mientras decidían si ir a comer o pasar a una fonda, cuatro individuos se bajaron de un vehículo blanco y los apuntaron con armas de fuego, ordenándoles descender del auto.

No me creyeron que soy una persona con discapacidad. Me gritaban que me bajara, apuntándome y cuando lo hice, me pegaron y me patearon”, contó el nadador a Las Últimas Noticias.

Los antisociales huyeron en el auto de Abarza, un BMW modelo X4, modificado para sus necesidades, dejándolo a él en el piso. Aunque su hija trató de pedir ayuda, no tuvo suerte, por lo que llamó a su madre en busca de auxilio, la que consiguió de inmediato.

“Me entraron a la casa, después llegó Seguridad Ciudadana y me llevaron a la comisaría, luego al hospital”, dijo.

En vehículo que se llevaron los delincuentes iba la silla de ruedas de Alberto, la que había sido diseñada para sus requerimientos específicos y está avaluada en 14 millones de pesos. “Para cualquier persona en estas condiciones, una silla de ruedas son sus piernas”, relató a LUN.

Obtener una nueva silla implica una espera de tres meses, por lo que en tanto tendrá que usar una silla prestada, que está lejos de contar con las características que tenía la otra y que le permitía una mayor autonomía.

“Ahora estoy postrado en cama y no puedo moverme a ningún lado”, dijo.

“Uno nunca está exento de que le pasen estas cosas. Lo importante es que estamos bien y que las cosas materiales se pueden recuperar, pero estar sin la silla me deja en una situación muy compleja”, reconoció.

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