El martes pasado, un adolescente de 14 años fue detenido por el presunto asesinato de su padre, un hombre de 53, que presentaba diversas heridas cortopunzantes en la zona abdominal.

El macabro crimen ocurrió en la localidad de Totana, en España, y generó la rápida acción de la policía local.

Si bien la víctima ingresó con vida al hospital Rafael Méndez, la gravedad de sus heridas dieron paso a un lento e inevitable deceso.

En primera instancia, los investigadores apuntaron a una riña entre el menor y su progenitor. Sin embargo, con el correr de los días, se fueron revelando detalles claves para entender la dinámica del sangriento hecho.

¿Por qué atacó a su padre?

Según reveló EFE, fuentes cercanas a la investigación dieron a conocer que el menor atacó a su padre para defender a su madre.

Al parecer, el adolescente habría estado “harto de las continuas amenazas y agresiones” de las que era víctima la mujer.

Fue por este motivo que no vaciló en propinarle cinco cuchilladas a su progenitor, que murió tras pasar dos días hospitalizado. Al recinto médico, ingresó con heridas en el corazón y un pulmón.

El menor, perteneciente a una familia dedicada al comercio ambulante, fue detenido por la Guardia Civil y quedó a disposición de la Fiscalía de Menores.

De acuerdo a las mismas fuentes anónimas, la madre del imputado sufría constantes ataques por parte de su esposo. Sin embargo, no existían denuncias previas por violencia de género.

Posible vuelco

La hermana del fallecido, identificado como Joaquín, dio a conocer “la otra versión” de la historia.

“Ellos discutieron, como algunas veces discutían, como cualquier matrimonio. Mi hermano le pidió dinero y por eso discutieron, ésa es la versión que yo sé”, afirmó la mujer, en diálogo con Telecinco.

“La vida de mi cuñada no corría peligro, no era una mujer maltratada. Ellos discutían por la economía o por discusiones de temas del matrimonio. En ningún momento mi hermano la maltrataba de tal manera que su vida corriera peligro”, insistió.

En la misma línea, sostuvo que “ellos discutían, a lo mejor él la empujaba y ella lo empujaba a él. En las peleas era mutuo, cuando él hacía, ella también. La pelea era mutua, se maltrataban los dos. No sé si era físico, pero verbal, sí”.

“Yo los escuchaba perfectamente, porque estoy pared con pared. He ido alguna vez yo o hasta mi madre. No he escuchado golpes, sólo escuchaba gritos que se decían uno al otro”, sentenció.