Criminal participó de la búsqueda de su madre, pero su farsa no tardaría en develarse.
Nibaldo Soto Naranjo (25) era conocido por su amabilidad. En Licantén, en la Región de O’Higgins, dejó la mejor de las impresiones al ser considerado un joven trabajador y educado.
Sin embargo, todo cambió cuando partió a Curicó en búsqueda de nuevas oportunidades laborales. Cayó en los vicios, principalmente en el alcohol. Su mente pareció cambiar, aunque (como diría Carlos Pinto) nada hacía presagiar la locura que cometería al poco andar.
Nace un chacal
El espeluznante crimen de María Margarita Naranjo Muñoz, su propia madre, ocurrió el 1 de noviembre de 2008, cuando “El Chacal de Licantén” viajó a visitarla.
El criminal le contó todo a la policía: ese sábado estuvo con su progenitora en la casa de una vecina, tomando borgoña hasta aproximadamente las 11.00 de la noche. Luego, regresaron a la vivienda familiar, pero la noche no terminó bien.
Bajo los efectos del alcohol, el sujeto no aguantó que la mujer lo retara por sus malas conductas, y no sólo le respondió y la encaró, sino que también decidió matarla. Fue así como salió enfurecido al patio, tomó un hacha y con el canto posterior al filo le pegó en la cabeza a su madre.
Debido al golpe, María Margarita sufrió una herida en el cráneo de 10 por 10 centímetros, lo que le causó la muerte inmediata. Para ocultar el horroroso crimen, Nibaldo arrastró el cuerpo de su madre hasta un pozo negro ubicado a tres metros de la vivienda, donde lo tiró y tapó con tierra, basura y ropas viejas.
“El Chacal de Licantén” luego se encargó de limpiar todas las evidencias del asesinato, durmió y al día siguiente regresó a Romeral, donde estaba trabajando como obrero agrícola.

Cayó el chacal
La desaparición de María Margarita no pasó desapercibida en el resto de sus familiares. El viernes 7 de noviembre, en medio de la angustia, el criminal volvió a Licantén y se sumó a la búsqueda.
Aunque su farsa no tardaría en develarse. Tras la inspección de rigor en la casa de la víctima, Carabineros detectó la presencia del pozo séptico por la tierra removida.
Ese hecho llevó al fiscal a ordenar la excavación del foso. Carabineros del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (Gope) empezaron a cavar el hoyo y ese mismo día encontraron el cadáver de una mujer de 1,51 de estatura y de 80 kilos de peso. Luego se comprobó que era la madre del “Chacal de Licantén”.
Tras ser detenido, el sujeto confesó todo. “Mi mamá me tenía aburrido”, reconoció.
Sobre la vida de María Margarita se conocieron varios (y tristes) detalles. La anciana vivía sola, pero en el último tiempo andaba muy contenta porque su nieta Laurita, de 2 años, hija de Nibaldo, se iba a ir a vivir con ella.
Una de las hijas de la fallecida, Jacqueline, recordó a su madre como “una mujer muy trabajadora. Ella hacía de todo para que no nos faltara nada. Tenía más vida que cualquier persona de su edad. Nunca sufrió un achaque, ni siquiera cuando salía a los cerros a vender sus delantales”.
“Era la única que podía controlar el mal genio de Nibaldo, así que no sé qué fue lo que pasó esa noche. Lo único que sé es que ella no merecía morir de esa forma”, sentenció.
En septiembre de 2009, Soto Naranjo (ya de 26 años, en aquel entonces) fue condenado a la pena de 20 años de presidio efectivo.