“Pago lo mismo que todos, pero no tengo los mismos derechos”, señaló Josefa Farías, luego de que en dos estaciones no estuvieran disponibles los ascensores, además señaló la falta de apoyo del personal de Metro.
Una escena tan impactante como indignante remeció las redes sociales este fin de semana: una joven en silla de ruedas, arrastrándose por las escaleras del Metro de Santiago ante la falta de accesibilidad y ayuda del personal.
La protagonista del hecho es Josefa Farías, profesora de biología, quien denunció públicamente la situación que vivió el pasado sábado 12 de abril en las estaciones Parque Almagro (L3) y Escuela Militar (L1).
“Me tocó arrastrarme por las escaleras del metro porque el ascensor estaba malo… otra vez. Es el segundo en un día. Y el personal simplemente no quiso ayudarme. Yo también pago mi pasaje. No hay una tarifa más baja por no poder usar el servicio completo. Pago lo mismo que todos, pero no tengo las mismas condiciones”, se puede leer en la publicación.
En el video, se le ve descendiendo por los peldaños, mientras muestra un cartel que indica que el ascensor está en mantención y un grafiti que denuncia que lleva así más de un año.
“Las personas que usamos silla de ruedas no estamos pidiendo privilegios, estamos exigiendo acceso. La Ley 20.422 establece que el Estado debe garantizar accesibilidad en el transporte público. No es un favor. Es un derecho. Y cuando ese derecho se vulnera una y otra vez, no es un problema técnico: es exclusión”, señala la joven.
A la falta de infraestructura, se suma una segunda denuncia: el actuar del personal de seguridad de Metro de Santiago.
En un primer video compartido en Instagram, Josefa relató otra experiencia en la estación Parque Almagro, donde incluso le prohibieron el ingreso por estar en silla de ruedas, debido a un ascensor fuera de servicio.
“Me prohibieron la entrada al Metro por estar en silla de ruedas”, dice la joven al comienzo del video para luego agregar que había un ascensor malo en la estación Parque Almagro y “las guardias no me dejaban ingresar”.
“Hasta cuando nos siguen discriminando y negando el uso de el transporte público porque no tienen protocolos adecuados para poder ayudarnos en caso que los ascensores se descompongan”, señaló la joven en la primera publicación.
“Me carga tener que desgastarme emocionalmente solo para pedir lo básico, es mi derecho querer utilizar el transporte público con libertad y seguridad, no es un capricho!”, finalizó.
Consultado por T13, Metro de Santiago lamentó lo ocurrido y afirmó que en la estación Parque Almagro, uno de los tres ascensores estuvo fuera de servicio durante tres horas, justo en el periodo en que Josefa intentó desplazarse.
En cuanto a Escuela Militar, afirmaron que los ascensores administrados por Metro estaban operativos, pero “para poder salir o acceder a la estación, es necesario utilizar un ascensor que está a cargo de la empresa Subcentro y no es administrado por Metro de Santiago”.
Por otro lado, la empresa señaló que “cuentan con protocolos de asistencia claros en los equipos de estaciones para atender requerimientos de personas con movilidad reducida, los que son revisados periódicamente y que ante la ocurrencia de estos casos son revisados y en caso de no ser cumplidos tomar las medidas internas necesarias”.