Camila Gómez reveló que su ausencia de casa tuvo un efecto familiar que le preocupa.
Una inesperada situación familiar estaría enfrentando Camila Gómez, la mamá de Tomás Ross, tras cumplir con su épica caminata de 1.300 kilómetros desde Chiloé a Santiago.
La jugada madre logró con su campaña reunir los 3.500 millones de pesos necesarios para un medicamento que ayudaría a su hijo de 5 años, que padece Distrofia Muscular de Duchenne.
En conversación con Julio César Rodríguez, en Radio Bío Bío, Camila dijo estar “súper ansiosa” al saber que ya podría darle el medicamento a Tomás, y por eso, quiere viajar lo antes posible a Estados Unidos para adquirirlo.
Espera que a mediados de junio ya puedan abordar el avión y se quedarían allá unos tres meses. “Me voy con mi esposo y mis dos pequeñitos, que son Tomi y Ervin, que tiene dos años”, comentó.
Su hijo menor está enojado
En ese sentido, confesó que Ervin, el más chico, resintió la larga ausencia de su padres, que se extendió por más de 30 días.
“Yo ya no lo puedo dejar más al chiquitito porque ya está enojado conmigo. No me quiere hablar. No sabe por qué desaparecí de su vida y su papá también”, contó la chilota.
“Mi esposo estuvo en esta caminata todos los días, él no caminaba, pero él era del equipo de logística. Entonces también desapareció de su vida de un rato para otro. Así que ahí está enojado con nosotros el chiquitito”, agregó.
“No sé cómo voy a poder reparar mi vínculo con él. Espero que cuando esté más grande me entienda”, expresó más tarde Camila a Página 7.
Temas Relacionados
