Reportaje expuso reveladores Whatsapp entre la diputada y el fundador de Democracia Viva sobre el escándalo por los cuestionados convenios.
Justo cuando la justicia tiene en sus manos el posible desafuero de la diputada Catalina Pérez, por su presunta vinculación al Caso Democracia Viva, salen a la luz reveladores chats de la parlamentaria con uno de los protagonistas del escándalo, su expareja, Daniel Andrade.
Cuando estalló el caso, en junio de 2023, la entonces diputada del Frente Amplio negaba firmamente haber tenido conocimiento sobre los convenios entre la fundación Democracia Viva, dirigida por su expareja, y la Seremi de Vivienda de Antofagasta, encabezada por Carlos Contreras, un exasesor suyo.
Sin embargo, la Fiscalía hoy asegura que la congresista, que hoy tiene su militancia suspendida, sí tenía conocimiento de aquellos convenios por $426 millones.
Los chats entre Catalina Pérez y Daniel Andrade
Un reportaje de Tele13 reveló que en 2022, meses antes del cierre de los polémicos contratos y en medio de un diálogo sobre su búsqueda de trabajo, Andrade le escribió a Pérez: “Me llamó Carlos. Parece que pueden salir las lucas”.
El día que se conoció el caso hubo diálogos que se habrían borrado y al día siguiente Pérez le compartió el contacto del jefe de asesores de la Presidencia, Miguel Crispi, sin evidenciar ningún contexto.
De acuerdo a lo mostrado por el citado medio, dos días después se registró el siguiente intercambio:
Andrade: “Bueno, igual lo importante eres tú. Carlos está bien apaña todo. Se sigue moviendo”.
Pérez respondió con tres emojis de corazones.
Andrade: “Así que preocúpate de tí nomás. Dice que es importante que nosotros reforcemos que tú no sabías”.
Pérez: “Ya bacán”.
Andrade: “Con Carlos estamos en modo guerra. Hay un informe que va a tener Montes”
En otro momento, posterior, la diputada alertaba a Andrade que la prensa andaba buscando la supuesta oficina de Democracia Viva en Ñuñoa. Era un docimilio que no tenía señales de ser de la fundación.
“Creo que deberían, si es que no han ido a grabar, ponerle algún logotipo de Democracia Viva en la puerta, que haya una oficina habilitada dentro de la casa, cosas así (...) Váyanse para allá y ambienten”.
Le advertía que era obvia una nota donde un periodista golpearía la puerta, preguntaría por Democracia Viva “y sale una persona y dice ‘no jamás lo he escuchado’ y cagamos”.