Fiscalía reveló que investigan dos presuntos abusos sexuales previos, a una de las denunciantes. También presentó un informe toxicológico.
La Fiscalía presentó una serie de nuevos antecedentes para convencer a la Corte de Apelaciones de que Jorge Valdivia Toro debía permanecer en prisión preventiva. El exfutbolista regresó a la cárcel de Rancagua, imputado por dos casos de violación.
De acuerdo al fallo judicial, al que accedió La Tercera, el Ministerio Público presentó nuevos elementos para sostener que no hubo consentimiento de parte de las dos denunciantes para tener relaciones sexuales y que, con lo que se sabe de ambos hechos, el imputado habría evidenciado un “modus operandi”.
En el caso de la segunda denunciante, que acusó una agresión sexual la noche del 17 de octubre, su propio testimonio y la de una testigo sostienen que su estado de ingesta alcohólica no le permitía tener “control alguno de su comportamiento”.
Pero eso no sería todo. La Fiscalía presentó un informe toxicológico que reveló la presencia de un ansiolítico en el organismo de la víctima, cuyo efecto “tiene consecuencias en el sistema nervioso central de toda persona”. Según afirmó ella, no consumió el medicamento de manera voluntaria.
Los abusos sexuales que imputan a Jorge Valdivia
Otro de los nuevos antecedentes que terminaron sellando el regreso de Valdivia a la cárcel sería que, aparte de los dos delitos de violación, el exseleccionado nacional está siendo investigado por otros dos delitos: abuso sexual agravado y abuso sexual de mayor de 14 años. Ambos cometidos contra su segunda denunciante, lo cual hace que este caso sea aun más grave que el primero, estimó el tribunal.
Según reportó el citado medio, aquel jueves 17 de octubre Valdivia acudió al restaurante “El Toro” y luego a la discoteca “Candelaria”, todo en la comuna de Vitacura, acompañado de su hermano y otro amigo. En el primer lugar se reunieron con tres mujeres, entre ellas la denunciante.
Avanzada la madrugada, el grupo se trasladó al departamento de Valdivia. Iban a bordo de su camioneta, pero Jorge no conducía, sino que iba en los asientos traseros. Allí fue donde se habría cometido el primer abuso sexual, según denunció la mujer.
Luego, cuando estaban en la terraza de su departamento, Valdivia habría cometido el segundo abuso. Esta vez habría sido visto por otros de los presentes.
Tras ello, ambos se dirigieron a su dormitorio donde habría ocurrido el grave delito ya conocido.
La defensa del imputado ha intentado refutar todas los antecedentes presentando elementos para afirmar que sí pudo haber consentimiento, pues -a su juicio- ella estaba en un “estado físico y psíquico compatible con la capacidad para autodeterminarse”.