La adopción de sus hijos, el recuerdo de la muerte de su padre, su admiración por los astronautas y su sueño de ser marino, son algunos de los temas abordados en esta entrevista. El jefe comunal también habla sobre sus ganas de convertirse en Presidente de la República y crítica en duros términos la gestión de Gabriel Boric.
Llegando de una reunión con el Sernac, donde los alcaldes evaluaron acciones colectivas a seguir en contra de las distribuidoras energéticas debido a la demora en la reposición de servicio tras los cortes de luz provocados por el sistema frontal, Rodolfo Carter se da un tiempo y se reúne con La Cuarta para contestar el cuestionario propuesto por el Diario Pop.
La adopción de sus hijos, el recuerdo de la muerte de su padre, su admiración por los astronautas y su sueño de ser marino, son algunos de los temas que aborda el jefe comunal en esta conversación. Pero Rodolfo Carter también habla sobre sus ganas de convertirse en Presidente de la República y crítica en duros términos la gestión de Gabriel Boric. Acá la entrevista, que también puedes encontrar en nuestro canal de YouTube:
¿Cuál es el día más feliz de su vida?
El día que fui a buscar a mis niños, cuando adopté. Eso fue en Curicó hace ya, van a ser tres años. Estuve durante dos años haciendo los trámites en el Sename y el día 24 de diciembre del año 2022 nos autorizaron a que pudieran llegar a mi casa a quedarse, así que pasaron la Navidad, fue nuestra primera Navidad juntos, ese primer día, el más lindo toda la vida, sin duda.
¿Y el día más triste?
El primero de agosto del 96 cuando murió mi papá. Me tocó estar con él, en su cama, en la clínica. No sé si llamar que tuve la suerte, pero sí estábamos los dos solos, yo lo acompañaba en la noche, nos turnábamos, mi mamá y mi hermano iban durante el día, yo dormía al lado en la noche y él murió la madrugada del 1 de agosto, por tanto estábamos juntos cuando él murió, murió tomado de mi mano. Fue muy triste, pero también fue muy aliviador saber que lo acompañé hasta el umbral de la vida. De hecho, se cumplió hace poco en un aniversario más y yo me acuerdo que yo estaba en tercero medio, me operaron y cuando volví de la anestesia estaba muy mareado, entonces mi papá me abrazó y me dijo ahora vamos a ser amigos para siempre. A los pocos años me tocó acompañarlo hasta el umbral de la vida y cumplimos la promesa, íbamos a ser amigos hasta el final.
¿Cuál es la última serie que vio?
O sea, de todas las series que he visto en Netflix, básicamente yo diría que The Crown es la que más me ha gustado. Me gusta mucho la historia, me gusta la cultura británica, la vi completa y la he visto dos o tres veces ya repetida. Y de las últimas, me gustó mucho, Master of the Air, Los Señores del Aire, que eran los pilotos de la fuerza norteamericana en las operaciones sobre Europa.
¿Y alguna película que lo haya marcado?
No una son varias, que son mezcla. El Padrino, cada vez que la están repitiendo me quedo pegado y terminó viéndola entera. Patton con George C. Scott. Y probablemente la más completa de todas, La Novicia Rebelde, me sé todos los parlamentos, las canciones. Es la banda sonora de la infancia de uno. Así que por tanto, yo a los niños trato de explicarles la maravilla que es la película, no les gusta tanto, pero diría que esas tres películas.
¿Algún libro que recomiende?
Hay un libro anónimo que se llama Los Tres Monjes Rebeldes, que relata a los fundadores de la Orden del Císter en la Edad Media, que eran tres nobles que dejan todo para irse a un monasterio a vivir de la caridad de los demás. Y es bien bonita el relato. Yo soy una persona que tiene fe, pero en un momento, en un diálogo, el padre de uno de los monjes que en esa época era millonario, era un noble, no lograba entender por qué su hijo había abandonado la riqueza, el poder, la espada del caballero y entre el llanto logré entender la decisión de su hijo cuando el hijo le dice: papá, yo he cambiado la espada de la nobleza por una espada distinta. Y finalmente el papá, entre lágrimas le dice nunca dejes de blandir la espada, se siempre un hombre honorable. Es una lección importante para todos, porque el ser valiente no solamente se aplica en las decisiones más evidentes, como una guerra, en una batalla, como en esa época, sino también ser coherente con lo que uno cree, estar dispuesto a dar la vida por lo que uno cree, que es lo que hizo finalmente el monje fundador del Císter.
¿Tiene algún cantante o grupo musical preferido?
Atroz la pregunta. Yo soy lo más parecido a un Wurlitzer, a mi echan dos monedas y puedo cantar todo el día. A lo único que no le pego es al reggaetón, no me gusta el reggeatón, lo encuentro una música muy sexista, muy descalificadora de las mujeres, no me gustan, pero todo el resto, le hago a todo. Voy desde Julio Iglesias, que es la banda sonora de la infancia, por eso me gusta la música kitsch. Los Beatles y U2, probablemente U2, es el que compensa todo, U2 me gusta mucho. También me gusta la ópera, me gustan mucho los boleros, pero diría que U2 es como la banda que más me identifica. Y si me tuviera que reencarnar, que no creo en la reencarnación, pero sí me reencarnara yo sería Bono.
¿Le gusta algún deportista?
No soy un gran, gran deportista. Veo de todo tipo deporte, desde luego, como cualquier chileno, veo la selección, pero me gusta esquiar. Mi papás no podían financiarme ese deporte porque era muy caro cuando yo era chico, pero aprendí a esquiar de grande. Me gusta mucho por la relación con la naturaleza, la soledad en la montaña, hay tiempo de pensar, el silencio de la montaña. Me gustan mucho todos los deportes relacionados con el agua, la natación y el tenis. En el tenis está el deportista que más respeto y el más completo, Roger Federer, no solamente un tenista de los mejores de la historia, pero además, por lo noble que es, por su vida personal. Un tipo muy sencillo, muy generoso.
Si no pudiese vivir en Chile, ¿en qué país le gustaría vivir?
En Estados Unidos. Yo tuve la suerte de vivir en Estados Unidos el 2001, el año histórico, del atentado a las Torres Gemelas. Me tocó trabajar en el cambio de mando desde el presidente Clinton, el presidente Bush. Y si bien es cierto, muchas veces la gente critica a los americanos porque no son los tan cultos como los europeos y tienen esta relación que para nosotros es inentendible con las armas y la comida chatarra. Me gusta mucho de Estados Unidos dos cosas. La sensación de libertad, uno entra a Estados Unidos, al aeropuerto y se respira la libertad. Y lo otro es que un país donde el mérito es lo más importante, donde tu esfuerzo personal te lleva a donde tú realmente hayas trabajado, ahí vas a llegar. Es un ejemplo creo que para todo el mundo como sociedad, con todas las críticas que se le pueden hacer en algunos aspectos, pero el trabajo bien hecho, el ser un trabajador honrado te conduce al progreso y eso en Estados Unidos es un faro hacia el resto del mundo.
¿Algún pasatiempo desconocido?
Varios en verdad. Me gusta mucho cocinar, en alguna red social, por ahí en Instagram, me tocó hacer unas empanadas que me resultaron más o menos. Cocino con los niños, me tomo el tiempo de cocinar yo personalmente el almuerzo de ellos los fines de semana, la merienda que llevan, porque creo que en la cocina uno demuestra cuánto quiere a las personas. Tal vez no soy el mejor cocinero, pero entusiasmo no me quedo. Y lo otro, aparte de la lectura, soy un peligro en una librería gastando más de la cuenta los libros. De niño me gustó mucho la astronomía, porque me da la sensación de lo irrelevante que somos los seres humanos y de alguna forma eso me acompaña también cuando uno se frustra. Cuando uno dice por qué no resultan las cosas cuando tú te das cuenta la extensión del universo, el tiempo en el cual se desarrolla el universo, tú te das cuenta que somos solo en el viento, dust in the wind. Siempre estoy viendo noticias de la NASA y si pudiera elegir una carrera, o sea, no sé, una carrera, pero me encantaría ser astronauta, haber viajado en alguna de las misiones espaciales. Y me marcó mucho el año 86, yo empecé a trabajar a los 15 años, trabajaba como bodeguero en una empresa en Maipú y me acuerdo que venía de vuelta del trabajo cuando se comunicó que había explotado el Challenger y había muerto la profesora Christa McAuliffe, entre los siete tripulantes. Dios quiso, la vida me dio la oportunidad de vivir en Estados Unidos y uno de los lugares que visité en el Cementerio Nacional de Arlington es la tumba de los héroes, que dice viajaron a tocar las estrellas y terminaron tocando el rostro de Dios, así que le deje una flor a la profesora McAuliffe y a sus compañeros.
¿Cuál es su red social favorita? ¿Se arrepiente de alguna publicación alguna vez?
Soy re malo. Twitter no me gusta, porque el Twitter es el escondite de la maldad, de no dar la cara. La gente dice cosas que ni piensa, es muy agresivo la mente de Twitter. A veces subo cosas en Instagram, por trabajo hay que subirlo, por comunicar lo que uno hace, pero creo que no, de algo así concreto que me tenga que arrepentir no. Como dijo la ministra Vallejo, que para sacarse los pillos después de sus cambios de opinión, cuando dice que no hay que hacer arqueología tuitera, creo que no tengo miedo a que me revisen con esa arqueología tuitera. No tengo nada que ocultar.
¿Qué es lo mejor de ser alcalde?
Lo mejor es cuando eres alcalde de la comuna en qué vives. Crecí en La Florida, vivo en La Florida, eres como el jefe de una gran familia. De repente alguno de tus hijos son medios chúcaros, te toca pelearte con uno, otros se portan mejor, de repente, ponernos todos de acuerdo es imposible, pero lo bonito es cuando la familia se da cuenta que más allá que estén todos de acuerdo con tus opiniones, trataste de ser un buen padre. Hiciste todo lo posible por que todos vivieran mejor. Y eso es un poco es ser alcalde, estar al cuidado de una comunidad, que en este caso son más de 400.000 personas, todos distintos, todos con realidades diversas. Y espero que cuando yo deje ser alcalde, no sé si van a decir que se fue un buen o mal alcalde, pero sí que hice mi mejor esfuerzo y eso es la parte más bonita, el vínculo emocional. Y eso es lo más difícil también de separarse, de irse. Yo siempre me preparé para dejar ser alcalde, por eso siempre viví en la comuna traté de llevar una vida normal. Las amenazas de muerte me obligaron a tener resguardo policial, pero siempre he tratado de mantener una vida lo más normal posible, preparándome para dejar de ser alcalde, pero para lo que no estaba preparado y es lo que me duele ahora, es el cariño de la gente.Cuando te dicen recé por usted lo vamos a echar de menos. Eso ha sido fuerte, es fuerte la separación.
¿Y lo peor de ser alcalde?
Lo difícil o la parte oscura, es que la actividad política se ha vuelto una actividad muy sucia. Entonces el adversario, cuando no te gana con votos, te trata de difamar, te inventa cosas. Las redes sociales en eso son prolíficas y no hay límite. Entonces la calumnia, la mentira, las fake news te duele a ti, pero además lo ve tu familia. Entonces esa es la parte dolorosa y triste de esta actividad que se ha vuelto tan inhumana. Yo al menos en eso, tengo la conciencia tranquila, que puedo ser duro, que de repente puedo ser muy confrontacional, pero nunca jamás he cruzado la línea de lo personal, porque creo que no corresponde. Lamentablemente en política, especialmente cuando tú eres un alcalde bien evaluado y con proyección, el adversario, como no puede ganarte en las elecciones, opta por destruirte en lo humano. Y eso tiene un costo bien importante. Y eso explica también por qué yo no veo redes sociales, trato de no ver televisión, trato de tener una vida lo más desconectada del mundo de la prensa, porque está claro que hay un sector de tus adversarios que van a tratar de destrozar tu vida y tu familia y es un costo que yo no quiero pagar.
¿Algo que destaque de su legado en la comuna?
Hay un par de frases que a mí no me gustan en política. Una, que la política es sin llorar, eso encuentro que es una barbaridad, en la política se llora, porque una actividad humana y la deshumanización de la política es nefasta. También me cargan los políticos que dicen: “es que le falta calle”. Es una frase cursi no más. Uno no tiene por qué descalificar a otros porque nació en un lugar distinto, porque tiene vida distinta. La tercera es la que tú me dices: el legado. Yo no me siento digno de decir que lego algo. Primero, porque todo lo que hemos hecho en La Florida ha sido con la plata de los contribuyentes, por lo tanto, no es mi legado, no es algo que me pertenezca a mí. Yo simplemente he hecho mi mejor esfuerzo y he tratado de hacer cosas que mejoren la calidad de vida de las personas. Y creo que dentro de esa idea de llevar el servicio a la gente, lo más cerca de la gente: Médicos a Domicilios es de las cosas que más me enorgullecen. Yo no dejo ningún legado porque no soy ningún millonario, no soy nadie extraordinario, soy un ciudadano más.
¿Qué figura de otro sector político valora?
Bueno, de los que no están vivos, sin duda. Patricio Aylwin ocupa el primer lugar. La figura del Presidente Aylwin crece con los años. Le tocó recibir un país dividido, con Pinochet vivo, la izquierda más radical que hoy día nos gobierna lo criticó de forma bastante injusta, porque había que estar en los zapatos de Patricio Aylwin para saber lo que era dirigir un país. Y hoy día yo creo que el Presidente Aylwin crece sin duda en la historia. Y de los políticos del otro sector, vivos, tengo una tan mala opinión del gobierno actual, tan mala, tan mala opinión, porque han sido tan soberbios y han sido tan descarados para darse vuelta la chaqueta. Porque hay una colección de memes, de crítica, que el Presidente cambia de opinión pero yo voy más al fondo. Uno puede cambiar tu opinión, uno se puede equivocar y también cambiar de opinión, pero uno tiene que explicar, pedir disculpas y nada de eso ha ocurrido. Encuentro como un desenfado brutal. Es como ayer les decía “yuta” y ahora les digo “mis carabineros”. ¿Y en qué parte no diste vuelta la chaqueta? Explícamelo. Es una cosa un poco impúdica. Por eso me cuesta encontrar en el Gobierno gente que yo los respete y lo encuentro que son de un oportunismo muy brutal, en términos humanos. Pero evidentemente hay gente buena. Ana Lya Uriarte, probablemente, ahora se me ocurrió un nombre, que fue ministra de la Presidenta Bachelet. Entiendo que está en el segundo piso, me ha tocado tratarla un par de veces, la encuentro una persona de una calidad humana extraordinaria.
¿Algún líder internacional que admire?
De los que ya están en la historia, lejos Abraham Lincoln, lejos. La figura de Lincoln es para mí el político completo, un hombre pobre, básicamente analfabeto los primeros años, se hizo a sí mismo. Llega al gobierno con un país al borde de la Guerra Civil, le toca salvar la unión de su país y cuando ha recuperado la paz para Estados Unidos es asesinado. Hay un poema que dice “Capitán, mi capitán, tu cuerpo yace sobre el buque muerto, el buque ha llegado a puerto”. Ese poema justamente se refería a Lincoln, porque condujo el buque en medio de la tormenta y lo entregó en paz, pero a costo de su vida. Por eso Lincoln para mí es un personaje extraordinario. Y de los que están vivos, actuales probablemente Obama. No estoy de acuerdo con todo lo que piensa Obama, pero me convoca o me conmueve su optimismo, su biografía y esa forma de poder blando que él tiene, de con una sonrisa, ser muy fino para dirigir un país como Estados Unidos que es un país complejo. Probablemente Obama es el rostro de la esperanza de lo que uno esperaría de un mundo moderno.
¿Qué nota le pone al gobierno?
Un tres. Muy reprobado, muy, muy reprobado, porque mintieron mucho para llegar al poder, coquetearon con la violencia y la violencia no se fue, se quedó en la calle. Jugaron con las instituciones, destruyeron a Carabineros y hoy día Carabineros tiene muchos problemas, productos de esa destrucción. Y fundamentalmente yo creo que las personas se pueden equivocar, incluido el Presidente, pero aquí no ha habido ninguna explicación. Ni siquiera pidió una disculpa. O sea, haber dicho que el Presidente Piñera era un asesino y que lo iban a perseguir en los tribunales y después decir que era un demócrata a la primera hora, invitarlo a dar una vuelta en avión. ¿Cómo crecen nuestros niños cuando es la máxima autoridad del país es así de hipócrita? ¿Qué lección le estamos dando a la nueva generación? En política da lo mismo todo. ¿En qué minuto mintieron durante el estallido o mienten ahora? ¿Pueden haber cambiado de opinión? Sin duda, pero las personas nobles, y los políticos están llamados a ser noble, reconoce sus errores, corrigen. Aquí no ocurrió nada de eso. Así que, lamentablemente, un tres, no es una buena noticia para Chile. Me gustaría tener una mejor nota.
¿Y la oposición?
Cuatrito Yo creo que la derecha no ha hecho la autocrítica del estallido social. El mismo Presidente Piñera hablaba que Chile era un oasis y en pocos días estábamos al borde de una guerra civil. Perdimos las elecciones, perdimos el Congreso, perdimos la Constitución, estuvimos el borde del precipicio con el mamarracho. Se terminó eligiendo al peor gobierno de la historia. Y hoy día mucha gente de la derecha dice: bueno, ahora Boric está mal evaluado, vamos a ganar con el vuelito. Yo creo que eso no es responsable. Yo creo que la derecha tendría, espero que lo haga en algún minuto, en privado o en público, una reunión para decir ¿qué nos pasó?, ¿en qué nos equivocamos, ¿por qué terminamos arrancando del gobierno? Y no apostar solamente a como es tan malo Boric y tan mala la izquierda, que ahora nos toca a nosotros. A los chilenos hay que tratarlos como adultos, decirle la verdad en materia delincuencia, que esto va a ser duro, que va a morir gente, porque los delincuentes no se van a ir por la buena. Y en materia económica, que si queremos ser un país desarrollado para que los chilenos no vivan del Estado, sino que vivan de su propio trabajo, vamos a tener que tomar medidas duras también en materia económica para volver a crecer.
¿Quién le gustaría que fuera el próximo presidente de Chile?
¿Quién cree usted? (Risas) Esa es mi respuesta.
¿A usted le gustaría ser Presidente de Chile?
Como todo político, me encantaría. Desde que uno es concejal, desde que uno está en una junta de vecinos, uno siempre sueña con cambiar la vida de los demás, colaborar, que todos vivamos mejor. Y en la medida que uno va ascendiendo en la carrera, uno se va acercando la posibilidad de influir en la vida de los demás. Pero además, en particular del momento que está viviendo Chile. Yo crecí en este barrio, en la Florida, acá al frente había un campamento, 40.000 personas vivían, éramos muy, muy pobres. Yo vi cambiar el país para bien, con desigualdad, sí, pero mucho más próspero, que derrotaba a la mortalidad infantil, que recuperaba su libertad. Y nos pasó esto del estallido social y la máquina se paró. En realidad se venía deteniendo desde 2014, con las reformas bacheletarianas, pero nos acostumbramos de nuevo a un país inseguro, como el resto América Latina, a un país violento, no solamente en delincuencia, en las relaciones entre nosotros, en la calle la gente violenta, en el estadio la gente violenta, en todos lados. Y nos acostumbramos a ser mediocres económicamente, como si diera lo mismo. Nos robaron nuestro país. Y esa sensación de devuélvanos nuestro país es algo que uno lo convoca para este minuto. Ahora, si soy yo quien encabeza el proyecto u otro u otra, da lo mismo. Pero mientras yo no vea la energía y la sensación de urgencia, que tiene que ocurrir ahora, tenemos que ganar la guerra contra la delincuencia la tenemos que ganar ahora, tenemos que volver a crecer ahora, mientras no aparezca alguien con esa convicción, obviamente yo estoy dispuesto a ser candidato presidencial y voy a pelear en la primaria por convertirme en el Presidente que recupere Chile para los chilenos otra vez. Un país seguro y un país que vuelva a crecer.
¿Si no hubiese sido político, qué le hubiera gustado ser?
Cuando di la Prueba de Aptitud Académica, hace hartos años, me hubiera gustado ser profesor de historia, pero yo venía de una familia humilde y todos sabemos que la pedagogía nunca ha sido una carrera muy bien pagada. Después pensé ser periodista, pero me di cuenta que era muy feo, por lo tanto, no voy a contratar en ningún canal de televisión, creía yo, era un niño de 16 años. Y me hice abogado por descarte, pero había una profesión que hasta el día de hoy me acompaña, que probablemente es lo que me hubiera gustado ser: oficial de la Armada. Yo nací en Valparaíso, crecí mirando el mar y todos los días me pregunto que haría si hubiese entrado a Escuela Naval. Me hubiera gustado ser marino.