“Quiero pensar que fue una falla del bus”, reconoció la trabajadora del sistema RED.
Una ola de reacciones generaron los recientes mensajes que compartió Camila Zúñiga (37) a través de X. Se trata de una joven trabajadora del sistema RED que contó sus primeras experiencias como conductora.
“Llevo un mes de conductora en el Transantiago y cada vez la gente me decepciona más. De 100 pasajeros, pagan 10. No piden permiso y pocos saludan. Las señoras con coche son las peores, no piden ni por favor que les abras la puerta de atrás”, acusó en la ex red del pajarito, recibiendo cientos de respuestas.
Sin embargo, fue su relato del “pasajero fantasma” el que terminó por remecer las redes sociales.
“La semana pasada me tocó un recorrido relativamente corto que empieza a las 5:30 am. Parte en La Pincoya, termina en la Alameda y se devuelve. (Para que comprendan un poco el contexto) a esa hora son muy pocos los pasajeros que van hacia La Pincoya, la mayoría va al centro”, contó.
“Cuento corto, de vuelta vas con 4 o 5 pasajeros que uno tiene plenamente identificados. Primer día, iba en mi recorrido, y en la intersección de Esmeralda con Mac-Iver, fuera de la iglesia San Pedro me para un caballero con un balde, tipo 6:05 am, sube, le doy los buenos días, me responde con una sonrisa, paga su pasaje y avanza. Conforme avanza el recorrido, van bajando los pocos pasajeros que hay”, añadió.
Luego, detalló que “a esa hora uno pone mas atención cuando bajan, ya que por la hora es peligroso y hay que estar atentos que no se suba un malulo al bus. En fin, nunca vi bajar al caballero ese día, así que en mi mente dije ‘se me pasó'. Segundo día, lo vuelvo a tomar, misma hora, mismo recorrido, misma ropa, vuelvo a saludar, misma sonrisa, vuelve a pagar, así que en mi mente me dije ‘hoy no se me pasa cuando baje’”.
“Por su aspecto pensaba que podía trabajar en el cementerio, limpiando tumbas o flores o que sé yo. Termino el recorrido y nuevamente no veo dónde se baja, hasta revisé el bus y nada. Tercer día, vuelve a subir y como ya estaba súper cachuda con la situación, empiezo a ver por la cámara para ver donde se sentaba y no se veía!!! Si bien el hombre paga, el torniquete no suena cuando pasa y bueno, tampoco se baja nunca del bus. Sólo se sube, así que ahí comprendí que era un fantasma”, sentenció.
No apareció más
Después de hacer pública esta extraña situación, el fantasma desapareció. Así lo reveló Camila en diálogo con La Cuarta.
“Desde que lo dejé en evidencia, no se me ha vuelto a subir. Sin embargo, hoy, en esa misma esquina, se me reinició el tablero. Quiero pensar que fue una falla del bus”, dijo.
Consultada sobre su nuevo trabajo como conductora, la joven reconoció que “me encanta, es súper dinámico, aunque obviamente hay cosas fastidiosas, como pasajeros que llegan y pasan y ni saludan, pero son detalles”.
¿Lo malo y lo feo de conducir en el sistema Red? “Lo malo: la mala educación de pasajeros, la irresponsabilidad de peatones y conductores. Lo feo: no sé si feo, pero llevamos la carga más importante en los buses, que son vidas, entonces por irresponsabilidades externas o internas puedes dejar la escoba sin quererlo”, indicó.
Además, acusó que “los evasores llegan y arrasan con los asientos, mientras que los que pagan se van de pie”.
“Tanto pasajeros como conductores lidiamos con problemas, por eso ser amables, saludar, despedirse y desear un buen día son gestos pequeños, pero que le pueden cambiar el día a alguien. Y lo mejor de todo es que es gratis”, sentenció.
En relación a la evasión, Camila Zúñiga aseguró que se puede combatir “con más fiscalizaciones, poniendo validadores en las puertas de atrás y mas zonas pagas, aunque igual pienso que hay muchos que ya se acostumbraron a no pagar y reeducarlos es difícil”.