Crítica de Cobra Kai, una serie que se queda sin bencina

La última temporada ya presentó sus primeros cinco episodios, pero más allá de una preparación para futuros combates, no hay mucho interesante en el cierre de esta historia.

La primera temporada de Cobra Kai logró rescatar sorprendentemente a una saga tan vilipendiada como Karate Kid, dándole un giro astuto a la historia central, alejándose de los arquetipos del bien y el mal que tradicionalmente marcaron a la franquicia, creando nuevos conflictos y demostrando que el paso del tiempo puede cambiarlo todo, incluyendo a las viejas rencillas.

A partir de ahí, las siguientes temporadas lograron mantener el buen pie, sumando un montón de personajes secundarios que inicialmente fueron el soporte de historias frescas, conflictos llamativos en medio de todo el karate y una continúa revisión del legado del señor Miyagi y sus enseñanzas.

Pero mientras los inevitables guiños a la trilogía original se hicieron cada vez más presentes, incorporando a rostros de las secuelas, la frescura de Cobra Kai comenzó a perder el rumbo y la serie dejó de ser el vendaval que inicialmente logró ser.

Las señales de estancamiento fueron excesivamente notorias en la cuarta y, especialmente, la quinta temporada que recurrieron al villano de la tercera película sin mucho afán más que estirar el chicle de la historia. Y fue en medio de todo eso en donde recurrieron a esquemas ya explorados en las tres primeras temporadas, especialmente en lo que concierne a las traiciones y desavenencias de los personajes principales, creando así un aura de “esto ya se ha visto demasiado” imposible de eliminar.

La sexta temporada, que comenzó con la primera de sus tres partes de cinco episodios este 18 de julio, simplemente solventa todo lo anterior, entregando una tanda inicial de capítulos que nunca logran despegar y, más aún, hacen sentir que ya no queda mucha bencina en el estanque. Con suerte puede estar la esperanza de que, con la realización de su torneo, la serie llegará con lo justo a su inevitable final que será estrenado en 2025 por Netflix.

A grandes rasgos, y tal como ya quedó establecido en la temporada anterior, la última tanda de episodios gira en torno a la preparación para el Seikai Taikai, el torneo de karate más importante del mundo. A lo largo de los cinco episodios, inevitablemente hay conflictos entre Daniel Larusso y Johnny Lawrence por la forma de entrenar a sus estudiantes, pero también hay disputas por la falta de conflictos, ya que básicamente casi todos los antiguos rivales ahora son amigos.

Lo último genera un escenario poco atractivo, pero la serie inevitablemente cae en lo predecible: no todos los estudiantes de Miyagi-Fang pueden participar de la competencia, por lo que solo hay puestos limitados y algunos de los rostros más reconocible de la serie van a quedarse afuera de la fiesta.

En toda esa dinámica, mientras en paralelo se tantea el plan de Kreese para ir al torneo con su propio equipo que se transformará en la gran última amenaza, Cobra Kai nunca logra solventar su historia y provoca que algunos de los personajes de la serie tampoco tengan mucho que hacer. Pero quizás lo peor de todo es que gran parte de lo ocurre en estos primeros cinco episodios solo queda reducido a un mero entremés, creando conflictos que se sienten artificiales solo porque algunos de los estudiantes tienen que pelear entre si ante la falta de una amenaza directa.

Lo que queda entonces es una última temporada que deja en claro que lo único que va a importar es el gran torneo que se disputará en las futuras partes, mientras todo el resto queda reducido a un mero acompañamiento que no logra solventarse por si mismo.

En el camino, por ejemplo, hay toda una historia ligada al legado de Miyagi, pero eso queda construido como un mero teaser para las futuras partes de esta temporada que tienen toda la importancia. Lo mismo ocurre con los conflictos y la confrontación contra Kreese, que aquí tampoco tiene mucho que hacer más que seguir arruinando la vida de estudiantes de karate. Sean de donde sean.

En todo ese escenario, mucho del peso recae en lo que hacen o dejan de hacer Daniel y Johnny, pero Miguel, Robby, Samantha y Hawk quedan bastante a la deriva. El único punto fuerte del elenco principal termina siendo Tory, aunque mucho de lo que termina ocurriendo en la serie deja la sensación de que estamos ante un refrito.Y eso claramente es lo peor que le podría pasar a la última temporada de una serie.

Los cinco primeros episodios de la última temporada de Cobra Kai ya están disponibles en Netflix.

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