Crítica de Guasón 2: Folie à Deux, un epílogo de larga duración que va contra lo que se espera de una secuela

Guasón 2: Folie à Deux llegará a los cines este 3 de septiembre.
Guasón 2: Folie à Deux llegará a los cines este 3 de septiembre.

El Joker de Joaquin Phoenix regresa en esta secuela de Todd Phillips que no es una continuación tradicional. Mientras revisa la fragilidad mental de Arthur Fleck y el papel que en ello juega Harley Quinn, la película opta por un enfoque introspectivo que desafía las expectativas de lo que generalmente son las producciones basadas en cómics de superhéroes. Y aunque no logra el impacto de la primera entrega, su análisis del payaso resulta en un complemento disruptivo, pero que algunos fans podrían no esperar ni valorar.

Si hay que definir a Guasón 2: Folie à Deux con una sola palabra, probablemente la más apropiada sea el término apéndice.

Para que lo tengan claro, la RAE define aquello como una “parte unida o añadida a otra principal a modo de prolongación o complemento” y probablemente el mejor ejemplo de eso está en el cierre de “El Señor de los Anillos”. Es decir, la historia de Tolkien concluye con una serie de relatos sobre el legendarium que se instalan como suplementos interesantes que expanden a la saga central, pero que solo funcionan como un anexo a la epopeya de la Comunidad relatada en las novelas.

En ese sentido, esta secuela se siente como un epílogo de larga duración, pues se adhiere a la primera película como una lapa que centra gran parte de su relato en las consecuencias de los crímenes del Arthur Fleck interpretado por Joaquin Phoenix y, por ende, en la preparación y desarrollo del juicio mediático en su contra. Todo esto mientras nos dicen que el caso está poniendo nuevamente a la ciudad en ebullición.

Es ahí en donde esta segunda parte, que constantemente está sacando a colación a los sucesos de la primera, realmente concreta su lado más interesante: la revisión de si Arthur Fleck cuenta con un trastorno disociativo y, por lo tanto, la figura del Joker solo es una sombra macabra e impredecible que emerge desde la fragilidad psicológica para tomar el timón y arruinarle la vida.

Es ahí en donde la música es clave para manifestar la salida de aquel demonio enojado contra la sociedad, el statu-quo y los límites que establecen ese acuerdo por el que vivimos en sociedad.

Además, como parte de la historia, esa es justamente la teoría que impulsa la defensa del criminal, y todo parece sustentarlo inicialmente debido a que Arthur está apagado a raíz de la medicación que recibe en la institución psiquiátrica. Pero también ese es un punto que remarca literalmente el inicio de Guasón 2, en base a una llamativa secuencia de animación de vieja escuela creada por Sylvain Chomet, director de Las Mellizas de Belleville, que presenta a esta sombra en cuestión.

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Más allá de esa columna vertebral, el propio título de Guasón 2 vuelca el otro componente que interesa al director Todd Phillips y su equipo. Mal que mal, Folie à Deux es un término que establece un trastorno psicótico compartido, una locura de dos, que entra en acción a raíz de la inclusión de un personaje como Harley Quinn, interpretada por Lady Gaga, quien tiene un rol mucho más secundario de lo que anticipan los tráilers y básicamente comienza como una especie de groupie que es clave para que el Joker vuelva a salir a la luz. A la vez, aquello también juega en base a la influencia que tiene la figura del payaso sedicioso en la propia sociedad de Gotham.

Sin embargo, a pesar del llamativo componente musical que se inserta en el medio de todo lo anterior, dichos elementos están desarrollados de una forma menos efectiva en términos narrativos, lo que provoca que este apéndice se sienta menos completo - o no tan bien resuelto - que la película original.

También es importante destacar que, a pesar de que existen referencias visuales a múltiples producciones musicales, como una a “Los paraguas de Cherburgo” ya vista en el primer tráiler, Guasón 2: Folie à Deux es una obra que manifiesta a aquellas influencias de gala musical de una forma mucho menos patente que lo que sucedió en la primera parte, con todo el tema de “El rey de la comedia“ de Martin Scorsese. Y bajo mi óptima particular, ese ciertamente es un punto a favor, ya que las comparaciones en esta ocasión solo se vuelcan en base a la entrega original y no hacia otras producciones.

Al mismo tiempo, también es necesario recalcar que su componente musical es clave para exponer lo que hay dentro de Arthur, su relación con Harley y la disociación con la realidad que constantemente está en juego, pero por mucho que existan sets hermosos, secuencias de baile e interpretaciones llamativas de ambos actores, lo mejor de la secuela está en cómo vuelve a emerger el Joker desde ese factor sonoro y las consecuencias que eso tiene en relación a lo que finalmente siente el propio señor Fleck.

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En ese entramado, hay elementos de Guasón 2: Folie à Deux que funcionan muy bien, impulsados por una interpretación de Joaquin Phoenix tan solvente como en la obra de 2019. Pero quizás el aspecto que terminará siendo el más llamativo de todos es que esta secuela no es lo que la mayoría espera y, en esa línea, no sigue la ruta que tradicionalmente recorren las secuelas de grandes hits de recaudación.

Y es que claro, en un escenario en donde las películas de superhéroes se visten con los mismos ropajes, o de lleno son confeccionados de forma industrial de la misma forma, esta secuela se siente algo fresco que va contra las expectativas. Claro que también por eso mismo es muy probable que no satisfará a la mayoría.

O sea, mientras otras producciones basadas en cómics se vuelven más paraférnalicas y grandes que la primera parte, lo nuevo de Todd Phillips se contrae hacia dentro e inclusive se siente más pequeño que el original, pues su interés patente está en los aspectos internos de un Arthur que es aún más examinado que en la anterior.

Además, aquello también se da especialmente porque esta nueva propuesta juega con la idea, y así lo subraya constantemente, de ir contra la corriente. De exponer su insurrección e ir contra los patrones grises que enmarcan a la sociedad tradicional de la que Arthur simplemente no puede ser parte.

Aquél factor está muy bien resuelto, pero a la vez es probable que mucha gente arrugará la nariz al no ver a una expansión tradicional del popular príncipe payaso del crimen. Y por eso es fácil que varios pierdan un poco la cabeza ante el espíritu complementario de esta obra.

No obstante, a pesar de que Guason 2 no está al nivel de la primera, si es lo suficientemente disruptiva para relucir de la mano de la examinación que hacen de Arthur y los efectos de la sombra que tanto escudriñan en esta secuela. Y ese contagio, que se expande de múltiples formas en la película, termina estableciendo el mejor factor de este apéndice. Claro, más allá de que eso no dibuje sonrisas en muchos groupies que esperen otra cosa.

Guasón 2: Folie à Deux llegará a los cines este 3 de septiembre.

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