Crítica de Los Anillos de Poder, una serie que al fin está encontrando su rumbo

La segunda temporada ya se estrenó en Amazon Prime Video.
La segunda temporada ya se estrenó en Amazon Prime Video.

Ya fueron estrenados los tres primeros episodios de la segunda temporada, presentando una nueva etapa del conflicto que cambiará a la Tierra Media ante los engaños y la seducción del insipiente Señor Oscuro que quiere reclamar Mordor y se acerca poco a poco a la creación de su Anillo Único.

Debo hacer una aclaración para dar contexto a lo que viene. Las condiciones en que vi los dos primeros episodios de la segunda temporada de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder fueron absolutamente inusuales. Cortesía de VTR/Claro, quienes también dispondrán de la serie además de su casa en Amazon Prime Video, fui convocado a la sala más grande de un cine para ver los capítulos de estreno. Y ese escenario sin duda impulsó mi apreciación, ya que solo una pantalla de ese tipo permite ver en detalle la maestría visual de una serie que en ese apartado está por encima de absolutamente todo lo que hoy por hoy se hace en televisión.

Aquello no es al azar. Desde antes del estreno de la primera temporada se difundió ampliamente el altísimo costo de producción de la serie, con Amazon pagando mil millones de dólares por los derechos para concretar una producción cuyo plan inicial era de cinco temporadas. Y para cumplir ese objetivo, cada temporada también tiene un presupuesto estratósferico, con la primera tanda de episodios llegando a costar más de $460 millones de dólares.

Todo eso debo poner sobre la mesa porque la serie luce sencillamente espectacular, presentando en pantalla una labor de nivel cinematográfico que ninguna, pero absolutamente ninguna serie puede igualar en términos de alcance. No solo eso, las impresionantes locaciones, el trabajo de sets y la excelente labor de efectos prácticos, digitales y maquillaje permiten que la serie inclusive luzca mejor que varias películas. Y eso último lo subrayo, repito, habiendo visto los dos primeros episodios en pantalla grande.

Aquella experiencia también me permitió visualizar de mejor forma el nivel de detalle, los notables tiros de cámara y la forma en que el lenguaje visual es puesto al servicio de la narrativa épica para abordar los alcances de esta adaptación de Tolkien que condensa los sucesos de la Segunda Edad del Sol para relatar el auge de Saurón y su inminente batalla contra los elfos. La misma que dará pie a le mítica Guerra de la Última Alianza a los pies del Monte del Destino que Peter Jackson solo tanteó al comienzo de la Comunidad del Anillo.

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Pero ciertamente la visualidad de Los Anillos de Poder nunca ha estado en duda, ya que fue la narrativa la que se instaló como una barrera para muchos espectadores, quienes se quedaron a mitad de camino y no alcanzaron a apreciar una serie que en su primera temporada realmente fue de menos a más.

Y esta nueva temporada toma ese último impulso para seguir en un buen tranco que tiene pocos puntos débiles pues, en definitiva, logra salir adelante por su preparación para el inevitable conflicto bélico a gran escala que esta serie está condenada y obligada a cumplir.

En esa labor, la nueva temporada toma como punto de partida el pasado de la saga para explorar su historia no canónica de Adar, el elfo corrompido que lidera a los orcos, su conflicto con Sauron, surgido en los albores de la caída del Señor Oscuro original, Morgoth, y un camino que logra finalmente explotar lo traicionero, seductor y vil que puede ser el futuro amo y señor de Mordor.

Dichos aspectos son duda los mejor trabajados en los capítulos iniciales, los cuáles inevitablemente están marcados por la amplia gama de personajes que se congregan en esta serie.

Por un lado, el primer episodio se enfoca también en Elrond y Galadriel, quienes tienen notables diferencias sobre los Anillos creados por Celebrimbor para los elfos, mientras el destino de estos últimos parece estar en sus últimos días en Lindon, pero poco a poco también se abre el camino para la historia del mago que es acompañado por la Harfoot proto-Hobbit hacia el desconocido este de La Tierra Media y también con los enanos, quienes inicialmente se mantienen como el punto de historia más débil, ya que aún no tienen mucho para hacer.

Lo último es clave, ya que por momentos la serie da la impresión de que aún no logra encontrar su lugar, pues es claro que los realizadores aplican un juego de despiste no canónico para contar la propia historia que quieren relatar, pero también buscan sorprender a la audiencia que conoce a Tolkien. Y es ahí en donde los sucesos en las tierras de Rhûn, y la aparición de una especie de mago oscuro, lo que que más juega en esa tarea de desconcierto, aunque no tan bien como lo que pasa con el viaje de un Sauron que no domina a Mordor de buenas a primera.

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En Los Anillos de Poder hay mucho para apreciar, pero la serie también logra algo bastante inusual: darle personalidad a personajes élficos que por definición siempre son etéreos, estoicos e incambiables. Por eso en contraste al trabajo sobre las vilezas de Saurón, el otro gran punto fuerte de la serie es la forma en que han logrado trabajar a Galadrield, moviéndole el piso y provocando que tenga una vulnerabilidad que inicialmente solo estaba puesta en su deseo de venganza. Y eso la hecho un personaje muchísimo más atractivo de seguir.

Por eso es el propio desarrollo de la narrativa la que en último lugar está perfilando mejor a este serie, ya que al fin está entrando en tierra derecha para abordar los principales puntos históricos que tendrá que abordar, y que también son mucho más interesantes que la propia previa del conflicto, no solo en relación a los elfos y la ciudad de Celebrimbor, sino que también sobre los humanos de Númenor, el surgimiento de los Názgul con la creación de los nueve anillos, para los hombres mortales condenados a morir, y el Anillo Único para gobernarlos a todos, encontrarlos, atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la tierra de Mordor donde se extienden las sombras.

El potencial de Los Anillos de Poder es evidente, e inclusive visualizable desde antes del estreno de su primer episodio, y ciertamente la serie está al fin presentando sus cartas para revelarse como un relato audiovisual que no solo luce excepcionalmente bien, sino que también su historia se está poniendo poco a poco a la par. Los lamentos por la primera temporada son ciertamente válidos, y personalmente dejé la serie a mitad de camino antes de retomarla, pero sin duda el relato está encontrando su lugar y es de esperar que no decaiga.

Las películas de Jackson ciertamente demostraron que Tolkien no tiene para qué ser adaptado al pie de la letra, pero en aquellas producciones pusieron todo de si para que la narrativa fuese impulsada por los personajes y no por las meras batallas espectaculares. Y esta serie al fin está entrando en ese territorio que puede sonar fácil de conseguir, pero la historia ha demostrado una y otra vez lo contrario. Ciertamente partes de la primera temporada lo ejemplificaron.

El Señor de Los Anillos: Los Anillos de Poder ya presentó sus tres primeros episodios en Amazon Prime Video. También pueden ser vistos en la plataforma de VTR.

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