Por Erasmo TauranLuis Gnecco será protagonista de la primera película del estallido social: interpretará a un viejo conocido de Plaza Italia
El actor nacional regresa al cine con un personaje que podría generar controversia sobre la lectura del estallido social.
Con todo se prepara Luis Gnecco para su regreso a la pantalla grande. Esta vez, protagonizará La Fuente, la primera película basada en el estallido social de 2019 y las protestas en Plaza Italia.
El largometraje, escrita y dirigida por Daniel Vivanco, se encuentra en etapa de producción y reuniendo fondos para el rodaje. Se trata del mismo dierctor de cintas como El mal trato (2014) y La mujer de Iván (2011).
En la película, Gnecco interpretará a Carlo Siri, el conocido dueño de la Fuente Alemana de Plaza Italia, empresario que vivió en carne propia los incidentes y daños que rodearon las protestas de octubre de 2019.
“La versión del estallido no puede ser una sola”
Según contó el director a ExAnte, su idea surgió en los meses posteriores al estallido, “cuando veo que Carlo Siri (dueño de Antigua Fuente) está sumergido en este infierno y me doy cuenta de que hay una historia ahí”.
“Ya llevamos más de dos años conversando, trabajando en esta película. Tomé algunos elementos de su vida real y creé una historia de ficción. Porque la película está inspirada en Carlo, pero no es la historia de él. El 80% del guion es invención”, explicó.
En su perfil de LinkedIn, Vivanco advierte que “la versión del estallido no puede ser una sola y la historia de lo que le ocurrió a Carlo Siri y la ex Fuente Alemana, merece ser contada”.
Imperdibles
Lo último
hace 16 min
hace 31 min
13:00
El nuevo Metroid Prime 4: Beyond no está exento de irregularidades, pero cuando se apoya en la exploración solitaria, el diseño de niveles y la atmósfera, demuestra por qué la saga sigue siendo una de las mejores de Nintendo.
Review | Metroid Prime 4: Beyond, un regreso ambicioso que alcanza sus mejores momentos en la exploración
12:54
12:37
11:10
La adaptación de la novela de Freida McFadden no reinventa el género, pero abraza sin pudor su ADN de cine clase B, recicla viejos tropos noventeros y se apoya en Amanda Seyfried para convertir su precariedad en un placer culpable que funciona mientras dura.
