“Me interesa mostrar la fortaleza de la mujer en su aspecto más vulnerable”: Constanza Tejo Roa, directora del documental La Mutante

Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.
Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.

El íntimo documental retrata la propia experiencia de la cineasta, quien es marginada de su trabajo tras enterarse que está embarazada. La obra reflexiona sobre la maternidad y las barreras laborales que enfrentan las madres. “Lo que falta ahora por entender es que mujer y madre no son sinónimos”, afirmó la creadora del documental en una conversación con La Cuarta.

La maternidad, las barreras laborales y la segregación que enfrentan las madres son algunos de los temas que trata el documental “La Mutante”, de la cineasta chilena Constanza Tejo Roa.

La íntima y personal obra retrata la experiencia de Tejo Roa como directora de fotografía, que, al descubrir que está embarazada, es marginada de su entorno laboral. En medio de esta transformación físico, emocional y profesional, la directora tomó una cámara y documentó este proceso mientras reflexiona sobre la maternidad.

Con Tejo Roa como autora y protagonista, el filme es un retrato honesto y crudo sobre los cambios que debió de enfrentar. Acompañada de su madre y abuela, Soledad Roa y Cocó Allende, la directora enfrenta las expectativas sociales, los desafíos personales y profesionales, y las barreras que enfrentan las madres en el mercado laboral.

El documental “La Mutante” se estrenará este próximo 9 de enero en salas seleccionadas del país.

En una conversación con La Cuarta, Constanza Tejo Roa relató el proceso de creación de este filme -que tomó nueve años en salir a la luz-, reflexionó sobre lo que significa la maternidad y cómo cambió su perspectiva con los años.

-¿Cómo nace la idea de hacer este documental?

-Partí grabándome porque quedé fuera de muchos proyectos de cine por estar embarazada. Estaba encerrada en mi casa, sola, y la cámara fue una manera de afrontar el proceso. Fueron mis dos grandes amigas, mi gata y mi cámara, para pasarlos nueve meses. Se hizo ese registro, pero yo pensé que iba a ser algo casero. Nunca me imaginé en ese momento que iba a ser una película. Cuando ya empecé a tener más material y más material, nacieron naturalmente escenas, plot twists, en la vida real. Pero quedó ahí. Luego fui madre, me reincorporé al medio, pero siguieron sin llamarme a trabajar. En cine pasa que si tú te pierdes tres meses, ya todo el mundo se olvidó de ti. Yo que llevaba ya dos años, ya nadie se acordaba de mí, ni de lo que yo había hecho. Solo conseguí trabajo como ayudante de Matías Bize, que igual fue súper bueno, lo agradezco muchísimo, pero yo quería volver al set. Entonces, se me ocurrió recurrir a este material y ver si podía hacer una película para volver al cine. Y eso sí tuvo muy buenos resultados. La película empezó a quedar inmediatamente en instancias de industria, work in progress. Varias instancias donde uno va hablando sobre el proyecto, ganamos también varios premios. Entonces, se me abrió la puerta por ahí.

-Y cuéntame un poco sobre cómo fue todo este proceso creativo de este documental. Grabas primero este proceso del embarazo, y pasan varios años hasta el estreno.

-Mi hijo tiene ya ocho años. La película en general tiene nueve años. Me demoré un año por mes de embarazo. Y el estreno es el 9. Entonces, hay una sincronicidad también muy estresante. Fue un trabajo súper arduo, muy grande. Porque la mentalidad en estos nueve años ha cambiado mucho respecto a cómo vemos la maternidad. Y si yo hubiese hecho esta película cuando recién me pasó y empecé a masticar estos conceptos, yo creo que me habrían crucificado. Porque yo misma no me permitía tampoco esta línea. Creo que la primera fase de la película yo no me daba cuenta, pero estaba siendo muy dura conmigo misma. Me odiaba y me trataba súper mal en las voces en off. Y eso hacía que el personaje fuera súper anempático. Fue todo un proceso de sanación incluso de cómo yo misma veía la maternidad y me veía a mí misma como madre. De ahí ya nació la nueva Mutante y le cambiamos el nombre y todo. Y empezó a agarrar más fuerza. Es un proceso que yo vivía a los 23. Ya con 30 años pude construir a esa Cony de los 23. Un personaje más vulnerable, más pendejo, inmaduro. Le di más cariño y le di más profundidad. Me permití equivocarme, porque ya había pasado.

-Uno mira para atrás y es diferente de cuando lo está viviendo.

-Es muy diferente. Entonces creo que ese fue el proceso más bonito. Y más difícil también. Y el hecho de que fuesen tantas cosas, ponte tú, que también creo que anude mucho al nombre, es porque yo no tenía todo el material. Como era un documental y yo partí grabando a los cuatro meses, habían cosas que por estructura narrativa yo no tenía. Entonces dije ‘¿cómo cuento esto? Hago un plano de la Barbie’. Ya, ‘¿cómo cuento esto? Me gustaría agarrar esta película porque me recuerda muy bien a lo que yo sentía’. Y así empezó a haber como una especie de collage muy grande, a falta de material. Y después incluso ya metí la ficción. Dije ‘bueno, si me tiro con esto, me tiro con todo nomás’. Ese fue el camino.

-Hablabas de que en ese momento eras muy dura contigo misma, creo que en el documental se retrata muy bien un poco esos miedos, ese sentir que tu vida se detiene. Hay que dejar muchas cosas de lado, tu vida laboral se detiene. ¿Por qué sientes que es importante visibilizar esto?

-La película parte con una frase de Élisabeth Badinter, no la recuerdo propiamente tal ahora pero creo que la maternidad es eso, darte cuenta que en un momento tienes que elegir entre tu vida y la de tu hijo. A veces uno puede equilibrar eso de mejor manera, a veces no. El proceso de embarazo, tiene incluso un término en psicología que es la matricencia, porque es incluso un proceso más fuerte que la misma adolescencia. Dura menos y la transformación a nivel hormonal y de cuerpo es mucho más brutal. Uno cambia, uno se vuelve otra persona y ese proceso de cambio es tan rápido que uno no alcanza a masticarlo ni a digerirlo. Los 9 meses se hacen nada en verdad para la tremenda transformación que uno está teniendo respecto a madurez, respecto a entender esto de que mi vida no vale pero vale, a recibir comentarios de que tú cagaste porque ya eres mamá, así que cagó tu carrera y un montón de cosas.

Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.
Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.

“Creo que es importante visibilizar esto, porque es normal, porque entre mujeres necesitamos acompañarnos y porque las mujeres que decidamos ser madres merecemos saber a lo que vamos. Yo me sentí estafada cuando fui mamá, yo decidí ser madre y a los 4 meses yo dije ‘conchetumadre esto no es lo que me dijeron pero ya tengo que aperrar’. Todos los planes que hice respecto a cómo yo creía que iba a ser esto se fue al carajo y creo que es lo que nos pasa a muchas. Si que no pasa durante el embarazo, sí o sí se pega el chancacazo después del parto. Nunca más vuelves a comer un plato caliente, nunca más vuelves a estar sola, son cosas que son básicas que una mujer las pierde de momento que es madre. Es brutal. Hay que visibilizarlo porque creo que como no es monetizado lo que entregamos las mujeres, las madres a la sociedad, se hace invisible y como se hace invisible, se menosprecia y creo que es importante ponerlo en pantalla para resignificar lo que aportamos las mujeres y las madres a la sociedad”.

La maternidad como una opción

Un reciente estudio realizado por la Universidad Católica, en el marco de la Encuesta Bicentenario, demostró que los jóvenes chilenos ya no buscan tener tantos hijos o simplemente no quieren ser padres. Entre los motivos principales está los obstáculos para el desarrollo laboral en mujeres

“Ya nadie quiere ser papá. Y creo que el Estado y la sociedad se van a hacer cargo de eso cuando ya no hayan hijos nuevos, cuando ya las mujeres no queramos parir. Pero hasta que no suceda, lamentablemente las mujeres estamos en todo el derecho de no querer seguir siendo madres porque en verdad estamos muy solas, y con un Estado y con un sistema capitalista que no nos beneficia en absoluto”, asegura Constanza Tejo Roa.

En ese sentido, la directora menciona que “Chile es un país guacho desde Bernardo O’Higgins para abajo”. “La figura paterna en Chile existe muy, muy, muy baja y los padres que han estado presentes están como presentes ausentes, están y no están, o no tienen mucho control sobre lo que pasa en la casa porque la mujer arrasa con todo de cierta manera. Somos sí o sí, muy matriarcales, pero eso está mal visto, no lo reconocemos como sociedad”, afirma.

-Hoy día la maternidad también se ve como una opción. Las mujeres ya no necesitan ser madres para realizarse como mujeres.

-Creo que eso también apunta mucho al documental. Creo que como generación hemos entendido que ser pareja no significa que sí o sí vamos a ser padres, o que si somos padres tenemos que sí o sí estar juntos. Lo que falta ahora por entender es que mujer y madre no son sinónimos, y que el poder de la mujer significa o tiene que ver con dar vida. Una amiga me decía ‘es verdad, las mujeres somos tan poderosas porque podemos dar vida, pero yo no quiero ser madre’. Y yo le dije ‘dar vida no significa solo traer un hijo al mundo, dar vida es convertir una casa en un hogar, dar vida es entregarle espíritu a inanimado’, y las mujeres somos aquellas que hacemos eso.

Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.
Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.

-En este documental te acompaña tu madre y tu abuela, quienes te acompañan este proceso, y con ellas siento que podemos ver el tema de hacer de una casa un hogar, todo el trabajo de la ama de casa.

-Hay un montón de trabajo en la casa, es un trabajo brutal y muy necesario. Lo que pasa es que es completamente invisibilizado, y está tan mal mirado, que yo misma cuando quedé embarazada y me tocó ser dueña de casa, porque todas trabajaban en ese entonces, me quería matar, porque encontraba que era la peor denigración del mundo. Cuando lo estaba viviendo y lo estaba atravesando, decía ‘no puedo creer que una persona como yo, cineasta, con un título profesional, tiene que quedarse en la casa’. Hoy lo pienso completamente diferente, que hay un camino atravesado y hay una una comprensión de lo que significa el trabajo de la casa y de hacer hogar, y que lo valoro muchísimo y lo honro. Entiendo también para atrás todo el trabajo de mi mamá, de mis abuelas, que yo nunca vi. Creo que es urgente visibilizarlo.

-Hablando de tu madre y de tu abuela, ¿cómo fue también que ellas te acompañaran también en este proceso, no solamente maternal, sino también grabando este documental?

-Me emociono porque lamentablemente mi mamá y mi abuela fallecieron el año pasado, murieron casi por tres meses de desfasado. Fue brutal terminar la película montando y viéndolas a ella todo el tiempo, pero a la vez estoy tan agradecida de haber grabado esas escenas porque creo que es un homenaje a mi linaje femenino tremendo. Son las dos unos grandes referentes de mujer, las dos mamás solteras o separadas, las dos sacaron adelante a sus hijos solas. Mujeres que lo hicieron todo todo y más. Siempre he pedido como heredar algo de la fortaleza de esas dos mujeres porque eran tremendas. Pasaron por un montón de historias, un montón de cosas y estoy feliz de poder honrarlas en este documental.

-Hay una frase en el trailer que dice tu madre que ‘ahora vas a conocer el amor de tu vida’. Hablamos de lo malo de la maternidad, pero también hay una parte que es muy linda que es el amor de madre hacia los hijos.

-Encuentro que es muy bonito porque mientras este personaje está odiando la maternidad y no está entendiendo nada, al mismo tiempo la está maternando su mamá y su abuela. Eso es precioso porque la maternidad no es solo lo que ella está viviendo acá, la maternidad no se acaba nunca. Ellas dos fueron mis dos grandes madres y es precioso ver ese trabajo ya desde la otra vereda. También lo bonito del documental es que se cruzan mucho la contradicción de que es lo más lindo que te pueda pasar y a la vez lo más terrible, pero creo que en esa contradicción está la belleza y la belleza de la vida en general.

Para Constanza, el nacimiento de su bebé no fue fácil. Reveló que sufrió violencia obstétrica durante el parto y fue un gran shock el cambio que vivió con la llegada de su hijo.

“Me sacaron la guagua y de repente ya no tenía guanta, estaba aquí, fue como una bomba atómica. Yo no podía entenderlo, fue demasiado fuerte. Más encima el parto fue muy invasivo, hubo violencia obstétrica, me amarraron. Es muy lindo recibir una vida, pero uno está atravesando todas esas cosas también y uno queda así como en shock, pero tiene que seguir funcionando. Esa fortaleza también creo que es importante rescatarla, destacarla. Ahora amo a mi hijo, lo amo, lo adoro, es el niño más increíble del mundo tiene 8 años y es la luz de mi vida. Mi mejor compañero, somos partner pero me costó por esa ambivalencia y porque fue todo un proceso muy traumático lamentablemente en mi caso”, confiesa.

Sobre la violencia obstétrica que enfrentó, la cineasta recuerda que debieron hacerle una cesárea y lo describió como “ir al matadero”. “Mientras yo estaba pariendo los doctores estaban hablando de un partido de fútbol, una desconexión tremenda. Entiendo que es algo que ellos hacen muchas veces al día, pero creo que el sector de salud debería recordar que está tratando con seres humanos, con personas. Y a veces incluso con mujeres que están dando a luz por primera vez. Uno no sabe nada, entonces estás muy vulnerable, y necesitas el apoyo, necesitas contención, y necesitas que la gente esté ahí contigo, no transmitiendo un partido de fútbol (...) Es único. Para ellos son millones de partos, pero para ti es tu primer hijo”, relata.

-¿Cómo fue regresar al mundo laboral, ahora como madre?

-Ha sido brutal. Yo creo que ya ser mujer en el cine es una locura. Porque el cine, por muchos años, ha sido un espacio solamente de hombres. Y las mujeres, al maquillaje, al arte, al vestuario. Pero toda la vida grandes hombres han tenido tremendas mujeres atrás apoyándolo. Partamos por Hitchcock. Su esposa era la montajista y montaje de las películas de Hitchcock, es una de las cosas más importantes. Entonces, nuevamente, invisibilizadas. Cuesta mucho más. Mamá soltera, peor todavía. Yo no vengo de una familia de elite, ni de apellido en Chile. No tengo esa súper red de contacto. Entonces, una mina, mujer, mamá soltera y sin apellido rimbombante en Chile es como fracaso asegurado (risas). Pero eso me contenta mucho y me pone muy orgullosa de mí misma al momento de estar aquí hoy. Hay que hacerse tu espacio. Nadie te lo va a entregar. (...) Creo que ya exista como pieza una respuesta muy grande a todo el machismo que se vive en la industria y a cómo no hay un sistema que apoye a las mujeres que estamos maternando.

“Quiero agradecer el hecho de estar separada. Yo soy mamá soltera. Tenemos custodia compartida con el padre. Él es un muy buen padre. Se ha hecho presente. Y creo que si yo no tuviese eso, no podría tampoco dedicarme al cine. Porque esa semana que yo no estoy maternando, yo trabajo, yo escribo, yo edito, yo monto y la organizo para yo sacarme la cresta trabajando. Y la semana que está mi hijo, yo cocino, yo hago juegos, yo preparo helados. Si estuviese a cargo de una casa con un marido al lado, teniendo que hacer todo, no podría”, agrega.

-¿Cuál es el mensaje que buscas transmitir con este documental?

-No sé si es lo que busco transmitir, pero a mí me importa que las mujeres nos volvamos a reconocer como lo fuertes que somos. Creo que me interesa mostrar la fortaleza de la mujer en su aspecto más vulnerable. Y por sobre todo que visibilicemos esto, lo conversemos entre mujeres, vayamos todas al cine, llevemos a la mamá, a la abuela, a la tía, a la madrina, nos tomemos un tiempo para nosotras y luego nos vayamos a tomar un pisco sour y ya conversemos porque creo que da para eso y para mucho más.

Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.
Documental "La Mutante" de Constanza Tejo Roa.

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