Néstor Cantillana protagoniza el thriller psicológico “Patio de Chacales”: “Lo más inquietante es lo que no se dice y lo que no se ve”

Néstor Cantillana protagonista "Patio de Chacales", la ópera prima del director. Diego Figueroa.
Néstor Cantillana protagonista "Patio de Chacales", la ópera prima del director. Diego Figueroa.

Ambientada en 1975, la ópera prima de Diego Figueroa relata la historia de Raúl, un maquetista cuya vida se ve perturbada con la llegada de nuevos vecinos. Junto a Blanca Lewin, el destacado actor toma el rol protagónico del filme que combina el drama con el terror psicológico. En una conversación con La Cuarta, Néstor Cantillana nos contó detalles sobre la nueva película que se estrenará en cines el 23 de enero, por qué prefiere trabajar en cine y series, y su opinión sobre los bullados remakes de las teleseries de TVN.

Néstor Cantillana junto a Blanca Lewin protagonizan “Patio de Chacales”, el primer largometraje del director Diego Figueroa. En su estreno mundial en el Tallinn Black Night Film Festival, el cineasta fue reconocido como Mejor Director en la categoría de Óperas Primas, siendo la primera vez que un director chileno recibe este galardón.

Con la dictadura como un telón de fondo, ambientada en 1975, el filme relata la historia de Raúl Peralta (Cantillana), un maquetista que vive junto a su madre enferma, cuya vida se ve perturbada por la llegada de nuevos vecinos. Junto a Laura (Lewin), comienzan a desentrañar los horrores que se escuchan desde el otro lado de la pared.

En una conversación con La Cuarta, Néstor Cantillana nos reveló algunos detalles sobre su personaje, Raúl, cómo fue trabajar con la fallecida actriz Grimanesa Jiménez en el que fue uno de sus últimos papeles, la dictadura en el cine chileno, su trabajo en el cine y teleseries, y su opinión sobre los remakes a las teleseries de TVN.

Patio de Chacales
Néstor Cantillana junto a Blanca Lewin en "Patio de Chacales" dir. Diego Figueroa.

Raúl es un tipo bastante solitario, de pocas palabras, tímido, emocionalmente con pocas herramientas y que carga un trauma. Su mejor amigo es un pajarito y su relación amorosa más grande es con su madre, que la tiene que cuidar pero ya no está, mentalmente ya está más perdida. Tiene esta amiga, el personaje de Blanca, con la que hay un vínculo, pero él es tan tímido que nunca va a ser capaz de decir ni hacer mucho para que esa amistad pueda pasar a otra cosa. En el fondo es un tipo común y corriente, solitario, callado, que se ve enfrentado de la noche a la mañana al horror”, explica el actor al diario pop.

“Ese horror, ese espanto lo hace que se angustie, que viva paranoia, duerme poco, su mamá se inquieta y empieza a vivir un viacrucis de horror. Y en el momento en que se da cuenta de lo que pasa al otro lado del muro tiene que tomar una decisión. Es un hombre común y corriente enfrentado a situaciones extraordinarias que lo obligan a tomar decisiones que ponen en riesgo su vida y también de la gente que él quiere”, añade.

-¿Cómo fue todo el trabajo para desarrollar el personaje de Raúl?

-Lo interesante, el desafío grande de este personaje era poder lograr transmitir toda esa angustia y todo eso que pasaba por dentro de él sin decir mucho. Si uno contara las líneas de texto no son muchas. Creo que también la película tiene ese formato, donde lo más interesante y lo más inquietante es lo que no se dice y lo que no se ve. Entonces creo que fue súper inteligente en términos narrativos y sensible también. Había que construir muy bien eso porque en el fondo muchas veces se cree que cuando uno construye un personaje tiene más que ver con hablar distinto, moverse de otra forma, como una construcción más bien externa. Pero aquí era una construcción interna más bien. Lo externo más evidente era el trabajo de la cojera, para que no fuera una cojera en general, sino que fuera un tipo de cojera en particular. Además esa cojera, esa herida de bala, tiene un viaje inverso en la película. La película avanza y esa herida como que involuciona. Como es un poco una metáfora de lo que pasa en su cabeza, como esta violencia que se vive del otro lado del muro gatilla en él sus propios traumas y empieza a refrescar esa herida que también es un dolor y es una herida interna. Fue un trabajo muy detallista en eso. De repente había texto y yo decía ‘no creo que este personaje diga eso’. Yo creo que sí, esto es lo que él siente, esto es lo que a él le gustaría decir, pero tratemos de que no lo diga y que ojalá el público pueda sentir eso, que debería decir y no dice

En ese sentido, el actor menciona que “esa tensión constante que tiene la película en distintos planos la vuelve también súper interesante y atractiva”.

Por otro lado, destaca que “eso era muy interesante sobre todo para la gente joven que no vivió la época de la dictadura, sino que nació en democracia. Muchos decían ‘ahora entiendo lo que decía mi mamá o mi papá, de que en esa época no se podía hablar, que había que ser muy cuidadoso con las palabras, todo era arriesgado’. Equivocarse podía significar que te podía costar la vida o un par de días detenidos, era terrible. Entonces la película logra transmitir ese miedo que sintió mucha gente en esa época”.

Patio de Chacales
Néstor Cantillana en"Patio de Chacales" dir. Diego Figueroa.

-Otro detalle que mencionaste es la propuesta sonora, lo que escuchamos y no vemos. Pero sabemos que está pasando y está un poco en el espectador en imaginárselo.

-Hay un trabajo bien detallista ahí con el sonido. Es muy interesante que en una película lo que más te mantiene en tensión es eso que no se dice y eso que no ves. Porque inmediatamente todos los otros sentidos se agudizan. Es súper potente el momento en que él se pone por primera vez los audífonos y escucha claramente por primera vez la sesión de tortura y es algo que no se lo puede. Piensa que es un tipo común y corriente. No es un personaje de acción. No hay una cosa ideológica, nada. Es un tipo que de la noche a la mañana llega al horror a instalarse al lado de su casa y cuando él se entera de lo que está pasando tiene que tomar una decisión. Porque él sabe que lo que pasa al otro lado significa muerte. Entonces es muy potente eso, ¿no? Porque también te deja a ti como espectador esas preguntas morales, éticas. ¿Qué haría yo si...? ¿Qué haría yo sin tener un color político, sin tener una ideología?

“Siempre nos decía Diego que él quería hacer una película de género. Y el género era terror psicológico y se logra, porque no es una película que pretenda hablar sobre la dictadura. No es un drama político, no es un documental, es ficción. Pero te logra transmitir cosas que son emociones muy potentes que sí vivió mucha gente en esa época”, añade.

-Está este mito que las películas del cine chileno hablan mucho sobre la dictadura, pero en este caso es como que está en un telón de fondo. Y es como una manera diferente de relatar los horrores que se vivieron sin ponerlo en el lado político.

-Eso es lo interesante que tiene la puesta del guión y del director. Como poder sumergirnos en esa época. No aparece ni un militar. No aparece Pinochet. Sin embargo, uno puede percibir esa época, ese ambiente de tensión, de miedo. Creo que el director logra transmitir eso que él quería transmitir con su historia y con los personajes. Es que es muy fácil también, ¿no? Es muy fácil y al mismo tiempo es muy ingenuo ese tipo de frases, como ‘otra película más sobre la dictadura’. Cuando en general, si tú ves la filmografía chilena, no sé si habría que sacar como caso a caso y hacer un conteo, pero no creo que sea la mayoría. Por otro lado, sería muy raro que no existieran películas que trataran o que se metieran en ese tema, porque es una herida muy grande para un país. Además, el valor que tiene esta película es justamente eso. No es una película que pretenda transmitir una ideología, o una mirada con respecto a lo que pasó, sino que está súper cerrada en este caso particular de lo que le sucede al vecino. Está documentado. Son muchas las casas de tortura clandestinas que existieron en Santiago y en regiones también. Y mucha gente nunca se enteró de lo que pasaba al lado y más de alguno a lo mejor se enteró y no sabemos si habrá hecho algo o no, por miedo. Entonces, son películas, creo yo, necesarias. Sobre todo porque ese tipo de horror, como ciudadanos en democracia, uno pretende, quiere o desea que no se vuelvan a repetir ese tipo de cosas. Entonces, sería muy raro que no se tocaran esos temas. Lo escucharía más raro al revés, que solo se hicieran películas de otras cosas y que nunca se tocara ese tema como si no hubiera sucedido. Eso me parecería extraño y peligroso incluso.

-Esta fue una de las últimas películas en las que trabajó Grimanesa Jiménez, interpreta a la madre de Raúl. ¿Cómo fue trabajar con ella?

-Súper, una tremenda actriz, muy simpática, tiene un sentido del humor increíble. Muy chistosa, nos tenía a todos muertos de la risa siempre. Estaba feliz con la peli. Estaba feliz de que su personaje hablara poco. Estaba acostadita en la cama todo el tiempo, entonces, a pesar de la intensidad de la peli, ella era un punto de alegría y de luz en las filmaciones. Fue un placer. En ese tiempo también yo estaba viviendo una situación bastante parecida con mi mamá, que también estaba enferma y que también necesitaba de cuidados más o menos similares. Entonces fue bien curioso, estar en la ficción y en la realidad viviendo una relación más o menos similar. Fue el último largometraje que hizo, entiendo, y no alcanzó a verla terminada. Fue para todos una sorpresa porque fue muy repentino. Ella era una mujer súper saludable con energía, tenía mucha más energía que varios de nosotros. Fue muy sorprendente, pero estoy seguro que a ella le habría gustado mucho la peli. Su participación es muy linda, lo hace muy bien y lo lindo del cine a diferencia del teatro es que esa película va a quedar, va a estar ahí y vamos a poder continuar viéndola en la pantalla grande.

Patio de Chacales
Néstor Cantillana junto a Grimanesa Jiménez en "Patio de Chacales" dir. Diego Figueroa.

-Últimamente has estado bien enfocado en el cine, en las series, en el teatro, la última teleserie que trabajaste fue Pacto de Sangre en el 2018. ¿Qué es lo que más te atrae de estos formatos, como el cine y las series?

-Permite mucha más profundidad en el trabajo actoral básicamente. Las teleseries, siempre digo que es como bucear con snorkel, estas por afuerita nomás y de repente puedes bajar un poquito pero tienes que subir, siempre. En cambio el cine, las series y el teatro te permite un buceo a mayor profundidad digamos. Y yo estaba deseoso de eso. A mí me gusta mucho el cine no solo actuar, sino que dirigí un corto, ahora este año voy a dirigir otro acá en Valdivia. Me gusta el trabajo en equipo en el cine. En el cine, uno como actor es una pieza más de un engranaje muy grande y todas las pegas de las distintas áreas son súper necesarias. Si yo tuviera plata, como para dejar de trabajar y poder estudiar, estudiaría fotografía, estudiaría cine, estudiaría otras cosas con respecto al cine porque me parece muy interesante. Las series, bueno, hay series y series, pero tiende o desea tener un lenguaje más bien cinematográfico que televisivo, como un híbrido entre las dos. En una teleserie tú grabas diariamente 15 o 16 escenas en una jornada, entonces es muy difícil darse el tiempo. En una serie tú haces seis escenas por día y a veces en una película haces cuatro por día. En general es más el tiempo que toma hacer cada cosa, es un trabajo más lento, más detallista y te permite como actor también más profundidad. En las teleseries los personajes dicen lo que sienten, esta historia no se podría contar en un formato televisivo porque el personaje siente mucho, pero no dice nada de lo que él siente, pero el espectador sabe lo que está sintiendo. En cambio en una teleserie si el personaje está enojado puede gritar y dar un portazo, es subrayar lo mismo con tres gestos distintos.

“En términos actorales es mucho más demandante, más desafiante y para mi gusto más entretenido también”, explica.

-Han dado harto que hablar como los remakes que están siendo Mega de las teleseries de TVN. ¿Qué te parece a ti esta idea de hacer remakes de teleseries antiguas?

-No las he visto entonces no te podría decir… O sea, la idea no sé si es una super buena idea realmente, porque una teleserie que funcionó, que pegó bien hace 15 o 20 años… Las teleseries en general tienen que ver con una con una época, eso es muy contingente, tiene que tener sintonía con lo que está sucediendo en ese momento para que la cosa funcione, incluso aunque sean teleseries de época pero igual hay algo que tiene que enganchar. Entonces me parece curioso que en algún punto alguien haya pensado que era una buena idea, pero como no las he visto, no podría decirte. He escuchado nomás los comentarios y entiendo que parece que no ha funcionado tan bien como esperaban en términos de números, pero tampoco conozco los números, entonces no sé si fue un éxito, un fracaso o está por ahí.

“Me parece curioso nomás. A mí no sé, no se me habría ocurrido que podría ser una buena idea. Porque es súper distinto, pero en el teatro uno vuelve siempre a realizar los clásicos y lo que uno espera de una nueva versión de Hamlet, o una nueva versión de Antígona, es cómo ese grupo, el director y ese equipo hace una versión 2025 de esa época. En cambio, si se vuelve a hacer, no sé, Antígona con túnica o Hamlet con unas calzas negras, a esta altura puede ser medio chistoso o patético, más que una nueva visión. Pero, como te digo, no he visto, entonces no te podría decir si se logró o no se logró”.

-El año pasado igual tuviste varios estrenos, la serie “Vencer o Morir”, la película “El lugar de la otra”, “El fantasma”, hace poco estuviste en la obra “Un dios salvaje”. Ahora partes de este año con esta película, “Patio de Chacales”, ¿qué proyectos se te vienen a futuro?

-Terminamos hace poquito “Un dios salvaje” acá en Valdivia, que fue un proyecto muy lindo que nos permitió hacer una obra, un texto muy bueno en región, es un proyecto regional, producido desde la región y que nos permitió a nosotros trabajar con actores de acá. Dani Pino, Samuel González, que son dos grandes actores con los que yo he tenido la posibilidad de trabajar. Ha sido muy rico poder conocer artistas de la región y poder trabajar con ellos de igual a igual. Tuvimos tres funciones a sala llena, 600 personas por función, una cosa muy bacán. En febrero acá Valdivia está de aniversario, entonces para la Semana Valdiviana a lo mejor hacemos nuevamente otra función. Y la idea es poder mover esa obra acá en la región, también poder prescindir de Santiago y poder llevar teatro de calidad a las regiones es una cosa que la gente valora mucho y para nosotros los creadores también es muy rico sentir que estamos supliendo una necesidad real del público de las regiones. Mucha gente de 60 años, 70 años, fue por primera vez al teatro a ver una obra en Valdivia. También lograr encontrar textos que sean transversales, que puedan ir los apoderados del colegio, los profesores, el dentista, y que todo el mundo la pueda entender y gozar, es una cosa que nos dejó muy contentos a nosotros.

“Patio de Chacales” de Diego Figueroa se estrenará este jueves 23 de enero en salas de cine comerciales y alternativas del país.

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