El almacén que le sacó el jugo a los envases retornables

"Angélica" se llama este negocio, ubicado en Vitacura, que prefirió apostar por las botellas reutilizables para ayudar al medioambiente.

Entre Avenida Vitacura y Presidente Kennedy, con todo el bullicio que reccore sus calles, rodeadas de modernos y gigantescos edificios, sobrevive un barrio residencial que es un oasis en medio del caos citadino. Es la calle Tobago. Allí, en esa tranquilidad que solo es interrumpida con el cantar de los pájaros, funciona un negocio de esos que ya no quedan en la comuna. Se trata del Almacén Angélica, una pyme familiar que se construyó en la misma casa y que ahora ofrece sus productos a los vecinos. ¿Lo que más se vende? Bebidas y jugos.

Pero hace cinco años atrás, cuando no se planeaba todavía levantar un almacén, Angélica Reyes y su hijo juan Pablo Alarcón (30), comenzaron vendiendo pan y pasteles. Pero esa iniciativa les duró poco. "Siempre los clientes nos pedían una bebida o un jugo, así que vimos la oportunidad y pusimos un cooler de bebidas. La gente tocaba el timbre y les entregábamos el producto", relata Juan Pablo.

Pero el éxito llegó rápido y al poco tiempo se levantó este almacén que tiene como principal característica la venta de bebidas retornables. "Primero lo veíamos como una alternativa económica, pero después también por un tema ecológico y reutilizable. Además, acá en el sector la gente se preocupa mucho de traer el envase. Hay una cultura de cuidado al medioambiente", agrega.

Llegada del calor

Para Juan Pablo, la llegada del calor es sinónimo de aumento de las ventas en su almacén. Y es que claro, el fuerte son las bebidas y jugos. Y por las altas temperaturas hay una mayor demanda de estos productos. "Ahora comienza la época más alta para nosotros, donde se incrementa la venta de bebidas y jugos. Aparte los precios son más económicos para el cliente y hay mucha rotación de productos retornables", indica.

Se acerca el verano y el Almacén Angélica se prepara para su mejor época de ventas. Aún así, y pese a la pandemia, sus dueños no se quejan de haber disminuido la clientela en estos complejos meses. Incluso, a diferencia de la gran mayoría, sacaron algunas cuentas alegres.

"Nos fue súper bien en la pandemia. Implementamos delivery, sacamos una cuenta de instagram para minimizar las pérdidas. Mucha gente no estaba yendo al local, así que salimos a buscar a la gente", finaliza Juan Pablo, con la confianza y certeza de que su almacén siga creciendo, pero con la esperanza también de que esa vida de barrio se mantenga y no sea absorvida por el ruido de la ciudad y la sombra de los edificios que abundan en ese sector de la capital.

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