Las tendencias de diseño en el mundo de los fermentados

En estos tiempos de tendencias sustentables, son muchos los productos que se preocupan de reducir su impacto en el medioambiente y en la salud de sus respectivos consumidores. Por supuesto, la industria del vino no está al margen y el ejemplo de ello es la elaboración de los productos orgánicos, biodinámicos y naturales, que se erigen también como una alternativa sustentable.

"Las tendencias ecológicas no solo apuntan al proceso productivo del vino, también abarcan al packaging o envase del producto, las etiquetas, las tintas de etiquetas e incluso el material de las botellas. Al respecto, desde hace ya una década se fabrican botellas con un menor uso del vidrio, reduciendo su peso en hasta un 20%, disminuyendo la utilización de CO2 ahorrando energía en procesos, transportes y materiales", destacó Nicolás Manzur, diseñador industrial y profesor del Departamento de Diseño y Manufactura de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), sede Viña del Mar.

Y parece ser que estas prácticas verdes de consumo seguirán innovando en todo tipo de áreas. "Es posible que en un futuro cercano tengamos vinos en botellas comestibles (como las pruebas de envases fabricadas de Isomalt, sustituto del azúcar), envases biodegradables que se degraden naturalmente. Como en la actualidad lo hace el almidón de maíz, lo que también permitirá innovar en las formas, colores y tamaños", vaticinó el experto en diseño de productos.

El rol de la tecnología

Las nuevas tecnologías también han impulsado la innovación en las etiquetas de vinos para que la experiencia de comprar el elixir de Baco sea acorde a los tiempos actuales para contar la información veraz e inmediata.

"Ejemplo de ello es la utilización del código QR y la realidad aumentada que gracias a aplicaciones que los consumidores pueden tener en sus teléfonos móviles pueden enterarse de las cualidades del vino e incluso disfrutar de entretenidas animaciones", mencionó el diseñador industrial.

Diseño del producto

Primero que todo, el botillero o comerciante de vinos debe comprender que el sistema de etiquetado del vino es muy amplio, diverso y complejo. De hecho en la presentación se muestran "las características del propio vino, los envases, los sistemas de cierre y los soportes de información fijos y colgantes que contienen imágenes que ayudan a su propia identificación", señaló Manzur.

Los colores, dibujos, tipos y características de las letras (tipografía) y la información que conforman la etiqueta son esenciales, "en tanto cumplen funciones simbólicas que ayudan a la interpretación del producto y tienen como misión generar una identificación gráfica para su diferenciación y constituirse como un puente que comunique, interprete y determine acciones y características, tanto para su transacción comercial como para su uso, convirtiéndose así en la cara visible y representativa del productor del vino", recalcó el también académico para hablar de la importancia que tiene el diseño para conectar con el consumidor.

Consejos para el comerciante

Esencial es entonces que los comerciantes del rubro perciban el alcance que tiene el diseño del producto para conectar e invitar al consumidor a comprar tal o cual botella de vino.

Por aquella razón, el especialista en esta materia entregó un sabio consejo. "Sugiero a los botilleros y dueños de distribuidoras de licores que actúen como 'educadores' de sus clientes cuando éstos se acerquen a comprar una botella de vino en sus locales para determinadas actividades, que les informen sobre los atributos y cualidades del vino a llevar, que se complementen a la información entregada por la etiqueta, ya que muchas veces acompañamos con una botella de vino momentos placenteros e inolvidables y saber elegir el producto ideal para ese momento generará una relación de confianza, familiaridad y lealtad tanto con la marca del vino como con el local comercial", recomendó.