Marcial Pérez, presidente de la Asociación Gremial de Dueños de Botillerías de Chile, entrega orientación para subir las ventas.
Entre un 25 y un 30 por ciento crecen las ventas de vinos y espumantes por las fiestas de fin de año, pero son estos últimos los que registran una mayor alza, según precisa Marcial Pérez, presidente de la Asociación Gremial de Dueños de Botillerías de Chile (Agbotch).
Con su vasta experiencia en el rubro, el dirigente confirma que cada año durante diciembre se produce un aumento en la venta de estos productos. Según detalla, "en los vinos se registra un alza en las ventas, pero no tan notoria como con los espumantes. En esta época son personas más adultas o adultos jóvenes, mayores de 35 años, quienes consumen vino. Y las mujeres se inclinan más por el espumante. En cambio, los jóvenes entre 18 y 35 años prefieren la cerveza".
"Esperamos que este fin de año no haya rebrotes, porque así volverán las restricciones. Confiamos que la gente pueda al menos juntarse con su familia más cercana a celebrar con una botella de espumante", añade.
Consultado respecto de qué tipos de vinos toma preferentemente el chileno para las fiestas de fin de año, Marcial Pérez precisa que se trata de "un mix. Para este tipo de celebraciones la gente consume el vino blanco. El Late Harvest es un buen vino y que por lo dulce gusta mucho sobre todo a las mujeres. Y el pipeño también es típico porque a la gente le gusta, igual que para el 18, tomarse unos terremotos. Sin embargo, lo que más aumenta claramente a fin de año es la venta del espumante".
"Por otra parte, el vino tinto siempre tiene su mercado, gente que está acostumbrada a un buen vino. Pero esto último también tiene que ver con el sector donde esté instalada la botillería, porque hay lugares donde lo que más se vende es la cerveza", complementa.
Precio y calidad
En cuanto al rango de precios que debería tener la botillería para sus clientes, el dirigente aclara que "depende de la comuna en que esté el local. Por ejemplo, lo que más se vende en las comunas que poseen menores recursos son los botellones, cuyos precios fluctúan entre los 2.500 y los 3.500 pesos, dependiendo de la comuna. Después vendría el sector medio, que generalmente compra vinos reserva, entre 5.000 a 8.000 pesos. Y también están los clientes 'premium', que compran su vino especial en su botillería favorita, y hablamos de vinos por sobre los 10.000 a 15.000 pesos la botella. Y en algunos casos puede llegar a los 30.000 pesos.
"El vino en caja se consume en esta época, pero en menos cantidad que los botellones. Su venta es estable durante el año y siempre habrá un público que busca el vino en caja porque, por ejemplo, lo usa para cocinar", agrega.
Y también plantea que el comerciante debería ofrecer otros produtos complementarios a los clientes que adquieren vino. "A ellos generalmente tratamos de ofreceres cosas que puedan acompañar el vino. Si es una botillería que tiene un minimarket asociado, ofrecemos queso, cecinas, aceitunas, galletas, por ejemplo. Si es sólo botillería, estamos autorizados para vender snacks, como papas fritas y ramitas, además de galletas saladas, frutos secos y salsas ya preparadas, entre otras. Eso, además de cigarrillos", detalla.
Por último, Marcial Pérez se dirige a los emprendedores que están partiendo en este rubro y les recuerda que "los dueños de botillerías tenemos fechas top para aumentar las ventas del año, y entre ellas están Navidad y Año Nuevo. Y, en ese sentido, el mejor consejo que puedo darles es que "se abastezcan con anticipación, porque buena parte del stock de los grandes proveedores se los llevan los supermercados".