La mayoría de las camionetas que reciben la predilección del público y de las empresas parten por esta tecnología debajo del capot.
No hace falta ser adivino para percatarse que el motor diésel es la tecnología que predomina entre las camionetas, sobre todo las que se enfocan en tareas de trabajo. Basta con echar una mirada al ranking de las pick ups más vendidas durante el primer cuatrimestre de 2019 en el país y registrar una tendencia abismal: en el top ten con mayores ventas hay nueve que debajo del capot albergan una motorización petrolera.
La fórmula funciona masivamente y es lo más práctico: estas camionetas se mueven en el orden de los 145 a los 170 caballos de fuerza y todas poseen una fuerza (expresada por lo que se conoce como torque o par motor) suficiente para hacer frente a tareas rudas. La nueva Mitsubishi L200 es el ejemplo más rotundo de la tendencia: independientemente de los aplausos por su nuevo diseño, la clave está en su motor diésel 2,4 que se combina con cajas manuales y automáticas y tracciones 4x2 y 4x4. Y es este vehículo es el que por lejos lidera las ventas de todos los modelos que las más de 70 marcas ponen en las vitrinas de los concesionarios en Chile.
Toyota Hilux con un motor diésel 2.8 y la Nissan NP300 con uno de igual talante pero con algo menos de cilindrada (2.3 litros) completan el podio aunque la Nissan deja dos de sus diez versiones para una posibilidad bencinera con motor 2.5.
Estas marcas tradicionales han debido afrontar la arremetida de vehículos chinos, cuyos ejemplos más exitosos también vienen de la mano del motor diésel. El mejor caso lo representa la Maxus T60, que está octavo en el ranking de camionetas más vendidas. Los chinos recurren a un motor 2.8 litros desarrollado por VM Motori, ancestral compañía italiana especializada en motores y que alguna vez equipó varios modelos de General Motors.
Y si de equipar las camionetas con afamados proveedores de motores se trata, es bueno colocar atención en la china Terralord de ZX Auto (grupo Tattersall Automotriz) que instala debajo del capot un propulsor diésel Isuzu que mueve la doble cabina en modalidades 4x2 y 4x4. Los precios atractivos y muy competitivos, junto a su durabilidad y buena performance, hacen que los consumidores, pymes, pequeñas y medianas empresas apuesten por ellas.
Claro que el origen chino abrió esta tendencia con la Fotón FT 500 del conglomerado Cidef, con un producto muy robusto, al igual que la mayoría del segmento (doble cabina y largo por sobre los 5 metros) y un motor gentileza del afamado Cummins.
La idea es llevar tranquilidad a los escépticos del origen chino: la camioneta se fabricará en el mega país asiático, pero sus motores vienen del lado occidental o, al menos, de una trayectoria con laureles en el plano de las ingenierías diésel especializadas en el trabajo semi pesado y pesado.
Suspensiones más confortables, equipamiento orientado en el confort y amplia capacidad de carga son denominadores comunes en este selecto y robusto ranking con tecnología de motores diésel.
¡Mercedes se suma!
Todo un hito representó que la marca de lujo Mercedes Benz exhibiera hace dos años la primera camioneta de su historia. Y su alianza con Nissan y Renault reafirmó el buen trabajo del motor diésel 2.3 de Nissan que también equipó a la pick up Alaskan de su asociada Renault. ¡Y a la Mercedes Clase X! Los de Alemania, sin embargo, se desmarcaron desarrollando motores más potentes aún pero siempre dentro del mundo del diésel como es el V6 de 3.0 litros de la X350d.
La tendencia es tan elocuente que incluso lo que ha pasado dentro de Chevrolet lo reafirma todo: la estrella de las ventas es la D Max (diésel) y la nueva Colorado ahora hecha en Brasil y que en el pasado equipaba propulsores bencineros, ha regresado con un motor diésel. La pequeña urbana Montana -bencinera- ya no figura en el catálogo y arriba quedó la Premium Silverado, aunque con motor bencinero.
Diésel, turbo, caja manual de seis velocidades o automática, selector de transferencia para pasar de 4x2 a 4x4, catálogo full equipo, capacidad de carga entre 750 kilos y una tonelada, son datos que configuran una columna vertebral que cada comprador debe tener muy en cuenta a la hora de la elección del producto para su empresa o emprendimiento (y la familia, claro…).