Un ejemplo son los espacios colaborativos de trabajo para eliminar las fronteras con el cliente.
Brindar el mejor servicio al cliente. Esa es la consigna que cada comerciante y locatario tiene tatuada a fuego en su mente. Y es que justamente en una era en donde el tiempo es un bien muy escaso, los consumidores buscan comodidad y eficiencia. Ahora la tienda física "debe ir acompañada de una forma de venta electrónica, factor clave para posicionar la marca de su almacén dentro del barrio", explica José Manuel Saldaña, experto en Neurociencia aplicada a las ventas y docente de la Escuela Administración y Negocios de Duoc UC.
Una de las técnicas para lograr esta meta en el mundo digital es a través de los descuentos por pedidos por internet. "Esto para los vecinos es una oferta significativa y que les ayuda en su presupuesto mensual", destaca el docente.
Ahora, si de satisfacer al cliente se trata, se utilizan diferentes técnicas. En otra época, según explica Saldaña, la estrategia comercial de los comerciantes se centraba en ofrecer productos de calidad y a buen precio, eso buscaban los clientes, y los locatarios intentaban atraer con publicidad a los "caseros" al almacén. Hoy, en cambio, son los clientes los que buscan que el almacén llegue directamente a su domicilio. "Ese es el gran desafío que tienen los dueños de locales en el futuro", asegura el académico.
Más opciones y desafíos
En cuanto a planes para el comercio dirigido a los clientes, a ojos del experto, es aconsejable que un almacenero "aspire a un plan de trabajo individual y colaborativo, con despachos y oficinas individuales en arriendo, listas para comenzar a trabajar". Estos espacios colaborativos deben incluir teléfono para realizar sin costo llamadas ilimitadas, internet wi-fi de libre acceso, servicio de cafetería y agua purificada, idealmente. En el mercado, además, "hay planes que incluyen impresión, fotocopias, y scanner de facturas o documentos sin ningún costo adicional. Por ejemplo, que arriende oficinas en el sector por hora, o adquirir planes que se ajusten sus necesidades de acuerdo a su promedio de venta diaria. No hay que incurrir en gastos superiores al 30% de las utilidades diarias", recomienda el docente. ¿Beneficios de esto? "Mayor rapidez en las transacciones y mejora la comunicación con los clientes. Hacia allá apuntan los nuevos tiempos para el comerciante pequeño, en el fondo su almacén deberá transformarse en un centro de distribución virtual, en el cual el comerciante solo será un intermediario entre las marcas y los vecinos del barrio", enfatiza.
Los espacios colaborativos de trabajo o coworking, son una planificación que se ajusta a las necesidades de los comerciantes. A pesar de la sencillez del espacio físico del local, se pueden buscar instancias para generar una atención personalizada con los clientes más fieles. Oficinas temporales, salas de reuniones, un espacio con un televisor acompañado de un cafecito y galletas o un pequeño lugar con wifi, pueden ayudar a generar un acercamiento con el consumidor final. "Un whatsapp con los 100 vecinos que más compran o un fan page con la marca del almacén y que publique sus ofertas semanales en market place. Estas son acciones concretas, por ejemplo, con prácticamente costo cero que elimina las fronteras", señala Saldaña.
Pero ojo, que eso no es todo. El académico, además, se tomó el tiempo de enviar un mensaje para que los lectores de La Cuarta Comerciante usen la inteligencia comercial. "Un recado les entrego a los comerciantes: diferentes estudios de neuromarketing han comprobado que los clientes que más tiempo se mantienen dentro de un almacén, y que se comunican con los dueños de almacenes de manera frecuente, aumentan las posibilidades de venta en un 30% a 40%".