Tintos, blancos y espumantes de elaboración nacional se imponen gracias a su gran calidad, tanto en Chile como a nivel mundial.
Según la mitología, Dionisio, para los griegos, o Baco, para los romanos, era el dios del vino. Él fue el responsable de que los simples mortales aprendieran a cultivar la vid y a preparar el mosto. Y en Chile, como buenos herederos de Zeus, parece que los aprendices superamos a nuestros maestros, ya que los vinos de esta tierra son de los mejores brebajes del mundo.
Y si cree que estamos exagerando, se equivoca. Son varias las razones de peso y objetivas para asegurar quelos fermentados que se producen en valles como Casablanca, Aconcagua, Maipo, Colchagua e Itata, por nombrar algunos, son de categoría mundial. Entre los hitos, en general los expertos destacan:
1. Las condiciones climáticas y de suelo: las que son muy favorables para la producción de vides.
2. La baja presión de plagas y enfermedades: lo que posibilita la producción de uvas de buena calidad.
3. La capacidad tecnológica: de las bodegas que sustentan la producción de buenos vinos, lo que va de la mano con un proceso de óptima calidad.
Y si en tiempos helénicos dicho brebaje era importante para los humanos, también lo es en la actualidad para consumidores y productores nacionales, quienes se imponen a nivel mundial. "Los vinos que se comercializan en nuestro país son de origen chileno, en su mayoría, salvo por algunas tiendas especializadas y supermercados, la oferta de vinos extranjeros es muy limitada", señaló al respecto Felipe Laurie, profesor de Enología de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca.
Es que el producto de elaboración nacional, además, destaca con creces cuando se habla de cifras. "La producción total de vinos en Chile supera los mil millones de litros (1.193.875.829 de litros en 2019), y las principales regiones productoras son el Maule, O'Higgins, y Metropolitana, respectivamente, las que representan aprox. 90% del total nacional, exportando Chile cerca de 900 millones de litros/año, por un valor cercano a 2 mil millones de dólares", detalló el académico.
Tipos y características
En esta época mantener un stock importante de vinos en su distribuidora, restaurante o botillería en temporada de Fiestas Patrias, resulta esencial, además de procurar una amplia variedad.
En ese sentido, y porque el vino que más tiñe con su color carmesí estas festividades es el tinto, es importante mantener una buena oferta. Ahora, recuerde que en Chile las cepas más populares son el Cabernet Sauvignon, Carmenère, o Merlot. "La fermentación del jugo (donde se convierten los azúcares de la uva en etanol) se realiza a temperaturas moderadamente altas (ej. 24 - 26ºC), en contacto con las pieles y semillas de las bayas, las que aportan una serie de sustancias que determinan el color y la estructura gustativa de los vinos (ej. antocianinas y taninos)", aclaró el experto. También, hay algunos consumidores que apuestan por aluimias más sofisticadas. "La idea de los ensamblajes es ampliar las características aromáticas y gustativas de los vinos producidos a partir de una sola variedad de uvas", aclaró el profesor.
En tanto, un vino blanco es aquel producido, generalmente, a partir de uvas blancas como Sauvignon blanc o Chardonnay. "La fermentación de este jugo se realiza a temperaturas moderadamente bajas (Ej. 15 - 18ºC), excluyendo las pieles y semillas de las uvas, de manera de conseguir vinos aromáticos, frescos, y livianos", agregó Laurie. También los vinos espumantes son toda una alternativas para esta temporada. "Estos son vinos blancos o rosados producidos a partir de variedades como Chardonnay o Pinot Noir, donde se promueve el desarrollo de burbujas de CO2 que les ofrecen su efervescencia característica. Primero, se elabora un vino base, el que posteriormente es sometido a una segunda fermentación que permite la generación de dichas burbujas", dijo el especialista.
Dato del especialista
El académico dio luces de la temperatura ideal de estos brebajes, para que usted pueda regalonear de buena manera a sus clientes. "Aunque esta depende de las preferencias de cada consumidor, en general, se recomienda que los espumantes y blancos se sirvan a temperaturas más bajas que los tintos. Por ejemplo, 7 a 10º para espumantes y blancos, y 16 a 18ºC para tintos", aconsejó el especialista.
Calidad, clima y tipos de cepas
A ojos de Felipe Laurie, profesor de Enología de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca, la vida es una planta muy versátil que se adapta a diversos climas, desde regiones cálidas a frías. De hecho, en nuestro país se cultivan superficies significativas de vides desde el valle del Elqui al Malleco, e incluso más al sur en el caso de proyectos experimentales, como por ejemplo, en Chile Chico.
La calidad de las uvas es determinante para la producción de vinos de calidad, por lo que existen zonas de producción más favorables para diferentes variedades, en donde zonas relativamente frías son ideales para producir un Sauvignon Blanc, mientras que otras más templadas para un Cabernet Sauvignon.
En cuanto a los tipos de cepas, según el especialista y el catastro vitivinícola 2017 realizado por el Servicio Agrícola y Ganadero, la superficie total de vides es de:
En el caso de los tintos: la cifra sube a más de 99 mil hectáreas. En el caso de los tintos los principales son Cabernet Sauvignon (más de 41 mil ha), Merlot (más de 11,5 mil ha), Carmenère (más de 10 mil ha), Pais (más de 10 mil ha), y Syrah (más de 7 mil ha)", describió el académico.
En el caso del vino blanco: hay más de 36 mil hectáreas (ha), las que se componen por Sauvignon Blanc (más de 15 mil ha), Chardonnay (más de 11 mil ha), y Moscatel de Alejandría (más de 4 mil ha).