Los abrasivos son productos que, por sus características mecánicas, están concebidos para actuar sobre otros materiales en acciones que incluyen: pulir, alisar, remover impurezas y cortar.
Además, estos productos pueden ser instalados en elementos rígidos o soportes flexibles y se pueden catalogar como abrasivos diamantados, lijas, pulidores, discos o diamantes.
La selección está determinada en función de los materiales a tratar, lo que varía si es hormigón, acero, madera y otros tipos de superficie y composición química.
Gran diversidad
- Lijas
- Pulidoras
- Discos de corte y desbaste
- Polvos y líquidos.
Entre los materiales más comunes que dan forma a los abrasivos se encuentran:
- El óxido de aluminio
- Diamante
- Arena
- Carburo de cilicio
- Nitruro de boro cúbico, muy resistente al calor, ya que se puede usar a grandes velocidades de corte.
Propiedades
- Dureza: resistencia del mineral y resistencia al desgaste
- Tenacidad: capacidad para resistir la rotura y deformación
- Capacidad de corte: asociado al filo de las aristas de mineral
- Granos: tienen que ser uniformes, ya sea en dimensión y estructura, lo que permitirá un mejor control del proceso de acabado.
Gracias a los abrasivos, se logran mejores adherencias y acabados especiales. De este modo, los de grano grueso, por ejemplo, sirven para materiales de desbaste rápido, cuando no se requiere de un acabado específico y para abarcar amplias áreas de contacto.
Los de granos finos sirven para materiales duros, quebradizos y frágiles, como aceros, vidrios carburos cementados, acabados finos y pequeñas área de contacto.
Consejos de seguridad
Los fabricantes recomiendan siempre poner atención a la seguridad al usar estos productos, entre los que destacan:
- Verificar siempre el buen estado de los discos de corte o desbaste, ya que estos no deben presentar bordes irregulares, golpes ni fisuras.
- Poner especial atención a la información de seguridad impresa en el disco, y use siempre los implementos de protección adecuados.