Tanto prevencionistas, como la línea de mando y todos los trabajadores deben tener claro qué tienen que hacer en caso de algún accidente. Columna escrita por Vanessa Mora Rioseco, constructor civil y docente de Duoc UC, sede Maipú.
La prevención de riesgos parecía ser una tremenda carga para los equipos y organizaciones antes de la pandemia. Pero hoy en día es un tema básico y esencial para el funcionamiento de las obras de construcción.
Una muestra de esto son los protocolos Covid, que han permitido la continuidad de los trabajos en el rubro, haciendo que las familias no vean interrumpido su sustento mensual; muchas veces no suficiente; con ello apaleando un poco la difícil situación económica que atraviesa el país y el rubro en general.
Pero los protocolos de seguridad han estado siempre presentes en las obras de construcción, los cuales se generan de acuerdo a la complejidad y riesgo del trabajo mismo.
José Huilcal Jara, experto en prevención de riesgo, explicó y dio las mejores recomendaciones para mejorar la seguridad al interior de una obra.
Actualmente, las empresas están constantemente atendiendo y elevando sus exigencias en materia de seguridad, mejorando protocolos, programas, y abordando de forma seria y efectiva la seguridad laboral en sus instalaciones o lugares de trabajo.
Sin embargo, a pesar de los buenos pronósticos en esta materia, aún existen muchas empresas que no han actualizado sus sistemas de seguridad y que a la par aumentan el nivel de accidentabilidad. Por este motivo, es importante que en una obra de construcción se implemente un "Sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo", orientado al control de los factores causales que generan los accidentes, así como a lograr el compromiso de todas las personas.
Además, las empresas deben capacitar constantemente a sus trabajadores durante todo el tiempo que dure un proyecto, y contar con profesionales en Prevención de Riesgos que estén en constante comunicación con la supervisión. Toda la línea de mando debiese ser parte de la planificación de actividades, y revisar el cumplimiento de las mismas, de manera de detectar posibles falencias o errores en los procesos y así rápidamente poder corregirlos.
Todo lo anterior se debe realizar con el fin de evitar que la prevención se convierta en una responsabilidad solo del prevencionista, sino más bien en un deber de todo el equipo, involucrando a todos la línea de mando.
Esto permitirá disminuir en forma real las pérdidas de todo tipo asociadas al proceso productivo, y por consiguiente traerá consigo una mejor calidad de vida para los trabajadores, menores daños a las personas, a la propiedad y por lo tanto un aumento de la productividad y rentabilidad de la organización.
El plan de emergencias
Tenemos que ser capaces de entender que la seguridad de una persona está antes de todo, y que el costo que puede significar implementar un plan de gestión, sea visto como una real inversión, la cual aumentará la rentabilidad del negocio y a su vez ayudará a disminuir la ocurrencia de accidentes leves, graves o la fatalidad en una obra de construcción.
Para este fin, es importante confeccionar un plan de emergencias, el cual abarque todas las posibles situaciones o eventos que puedan ocurrir en una obra, analizando la realidad de cada ambiente, puesto o tipo de trabajo.
La improvisación, la precipitación y el desconocimiento son los grandes enemigos de una adecuada intervención ante un accidente o situación de emergencia.
Es de suma importancia disponer de conocimientos y pautas claras de acción para poder hacer frente de forma precisa, rápida y eficaz a situaciones de accidentes, incidentes o emergencias que pudiesen suceder en las obras de construcción, con la finalidad de minimizar los daños a las personas, medioambiente y equipos. Con unos conocimientos adecuados, adquiridos tras un aprendizaje tanto teórico como práctico, se evitan o reducen las consecuencias de una emergencia o accidente.
Por ello, el objetivo del plan de emergencia es determinar la secuencia de acciones a desarrollar para el control de las emergencias, que puedan producirse en una obra de construcción, teniendo en cuenta su riesgo, gravedad, ocupación y medios humanos, estableciendo:
– ¿Qué se hará?
– ¿Cuándo se hará?
– ¿Cómo y dónde se hará?
– ¿Quién lo hará?
Aquí es donde se hace hincapié en la relevancia que exista una planificación que involucre a todo el personal de la obra, donde se defina: encargado de emergencia, cuadrilla de apoyo, y se le asigne a cada miembro una labor específica, la que se ponga automáticamente en marcha cuando ocurra algún evento.
La revisión y gestión debe ser periódicamente, los procesos deben ser evaluados, y en base a las experiencias, modificarse o mejorarse, para así activamente disminuir los tiempos de respuesta y manejo de cada situación.
La difusión en toda la línea de mando y entre todos los trabajadores de la obra es esencial. Todo el universo de personal en obra debe conocer los protocolos de actuación ante cada una de las situaciones de emergencia que se pudiesen presentar, y el plan de emergencia debe contemplar todos los potenciales riesgos o eventos que pueden ocurrir y generar instrucciones claras y precisas para cada uno.