Jose Luis Araya, encargado de laboratorio de la Escuela de Construcción Duoc UC, Sede Maipú, dio a conocer las diferencias entre los distintos tipos de tornillos y pernos.
Las fijaciones son una serie de piezas destinadas a la unión de estructuras de madera, metal o de hormigón. Existe una gran cantidad de productos combinables y adaptables a cualquier necesidad. Los tornillos, por ejemplo, van variando dependiendo del material con el que se trabajará para obtener mejores resultados.
Son fabricados principalmente de acero para obtener mayor resistencia y facilidad de colocación.
Los tornillos, a diferencia de los clavos, están roscados, lo que hace que sean mucho más resistentes en la fijación. Pero el clavo tiene la ventaja de que es más rápido de trabajar, ya que, al ser liso, es menos el roce que genera al quedar fijado. Gracias a las nuevas herramientas en el mercado, es muy fácil trabajar con los tornillos, por ejemplo, gracias a los taladros inalámbricos de mayor potencia.
Las distintas opciones
Para el trabajo en madera: son tornillos diseñados para ser utilizados en madera. Son fáciles de fijar debido a que la madera es un material blando (en comparación a los tornillos que son de acero), por lo que el roscado queda bien unido a las membranas de la madera. El hilo del roscado puede variar, a mayor altura del hilo, mejor es el agarre, lo que disminuye el desprendimiento de la fijación. Pueden tener una punta sierra que reduce la resistencia de la madera. Además, hay tornillos con estrías en el fondo del roscado para evitar rajadura en maderas duras y secas.
Para el metal: utilizados para perfiles metálicos, los tornillos tienen un roscado simétrico y por lo general tienen una punta autoperforante, esto es, para evitar tener que perforar el material con broca, por lo que es más eficiente y ahorra tiempo de trabajo. Su cabeza puede variar, porque también está el formato para punta Phillips y cabeza hexagonal.
En el caso del concreto: Los pernos de anclaje son las mejores fijaciones (mecánicas) para trabajar en hormigón, son utilizadas para el anclaje de estructuras de acero, maquinarias, estanterías metálicas, estructuras de madera, barandas, perfiles metálicos, y en general todo lo que se requiera fijar a pisos, paredes y losas de concreto. Los principales pernos de anclaje son con cuña y con camisa. El primero de estos tiene en la punta un cono y casquillo de expansión, con la perforación hecha en el concreto el casquillo de expansión hace el trabajo de enterrarse a medida que se introduce el perno gracias a las aletas que tiene en el casquillo, que logran una presión pareja y constante. El perno con camisa tiene la facultad de expandirse controladamente, por lo que absorbe errores en la perforación. La camisa se ajusta al diámetro de la perforación al apretar la tuerca.
En perfiles metálicos: existen unos perfiles metálicos que vienen con perforaciones en donde van las fijaciones (tornillos o clavos). Estos perfiles son una solución para unir estructuras de maderas en diferentes situaciones como la unión de esquinas en "L" o en "T". Existen una gran variedad de perfiles para la fijación de maderas, que van desde los pilares hasta vigas, y ayudan a no perder resistencia mecánica en las uniones.
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