Experto de la UTEM entregó tips para la construcción de estas estructuras que sostienen superedificaciones. El secreto está en la enfierradura y el hormigón.
La base de cualquier edificación relativamente grande son las fundaciones, apoyo con hormigón y fierros que va sobre el suelo y sostiene el inmueble. Su principal objetivo, aparte de sostener la obra, es repartir las cargas sobre el piso, tomando en cuenta el peso de cada material que irá sobre la edificación.
La principal diferencia que tiene con los radieres es que los fierros son una parte fundamental de las fundaciones, justamente para repartir las cargas de peso de la superestructura en el suelo, para crear una superficie firme y nivelada.
Lo primero que debemos tener en cuenta en la planificación de estas construcciones es determinar la resistencia del suelo sobre el que irá el inmueble, lo que se logra "a partir de ensayos de los materiales que forman parte del subsuelo en donde se va a apoyar la fundación de la edificación. Estos ensayos pueden hacerse in situ durante la realización de las prospecciones (penetración dinámica, permeabilidad, caracterización genomecánica, entre otros) y los ensayos de laboratorio (granulometría, límites de Atterberg, ensayos de corte directo, de compresión uniaxial y triaxial, ensayo de sulfatos, cloruros)", según informó David Blanco, director del magíster de Eficiencia Energética y Sustentabilidad de UTEM.
Ojo, que todo este proceso debe ser realizado por un ingeniero civil o arquitecto que estudie y planifique la obra de forma adecuada.
Enfierradura
Los fierros que van en conjunto con la mezcla de hormigón dentro de las fundaciones son los que dan la resistencia suficiente, lo que permite armar edificaciones colosas. Por eso, es clave que la enfierradura se arme de forma correcta.
"La enfierradura da la resistencia a la tracción en los elementos estructurales y de cimentación de hormigón armado. Dichos elementos son de acero corrugado y se colocan en las fundaciones, pilares y vigas en función del cálculo de las solicitaciones a las que van a ser sometidos una vez construida la edificación. En ese caso, se determina la cantidad de enfierradura y los diámetros que tienen que tener cada una de las barras de acero para soportar dichas solicitaciones", aseguró Blanco.
Otro de los consejos fundamentales para dar una firmeza absoluta a las fundaciones es la mezcla, la cual no se debe realizar, por ejemplo, de la misma manera que en los radieres.
"Dependiendo de las solicitaciones que vayan a tener las fundaciones, se necesitarán unos materiales resistentes. En Chile, los hormigones más utilizados para las fundaciones son el H20, H25 y H30, que representan una resistencia de 20, 25 y 30 MPa, respectivamente. de ser necesario, existen hormigones más resistentes que también se pueden utilizar. Estas resistencias dependen del tipo de cemento y de las dosificaciones de cemento, grava, arena, agua y aditivos o adiciones que se le agreguen a la mezcla", indicó el experto de UTEM.