Junto a su hijo Ramón, Juan Meza formó una empresa de instalaciones y reparaciones de corriente gracias a sus más de 30 años de experiencia. Como todos, hoy se ve afectado por la pandemia.
El destino de Juan Meza Miranda (51) parecía ser entrar a las Fuerzas Armadas, tal como lo quiso desde pequeño al ver que su padre y su hermano eran destacados soldados. Pero a medida que fue creciendo, se dio cuenta de que lo que de verdad prendía la chispa en su interior era el rubro de la construcción, específicamente las instalaciones eléctricas. Hoy en día formó su propia microempresa.
"Comencé trabajando como ayudante de maestro, después me hice maestro segunda, maestro primera y después fui supervisor. Después de sacar la licencia SEC, un constructor civil me ofreció ir a trabajar con él y ahí empecé a hacer trabajos particulares", relató el maestro a La Cuarta Constructor.
La empresa se llama Ramón Valdivia Puga, nombre de su hijo, y funciona desde el 2013. En ella se enfocan principalmente en instalaciones y reparaciones eléctricas en casas, jardines, parques, industrias y fábricas.
A pesar de residir en la comuna de La Cisterna, su público se encuentra en el sector oriente de Santiago.
Voz autorizada
Más de 30 años tiene Meza trabajando en el mundo de la electricidad, por lo que conoce al revés y al derecho todos sus sistemas.
Por ejemplo, la falla que aseguró es la más común es el "sobreconsumo del cableado, que de repente falla por temas de antigüedad y hay que cambiarlos. El problema es que la gente espera a que se le eche a perder para recién cambiarlos. O sea, cuando le salen chispas a la instalación ahí recién la cambian".
Agregó que esto es sumamente peligroso, porque esa extrema situación podría llegar a causar un incendio.
Otro de los consejos que entregó Meza a los maestros es que "al llegar al sitio donde hay problemas, lo primero que se hace es ver qué problema hay y de ahí se corta la energía eléctrica, porque si cortamos la energía inmediatamente no sabemos qué problema hay. Eso sí, se mira, pero no se toca".
Para finalizar, aconsejó a todos los maestros eléctricos jóvenes y a quienes se vayan recién familiarizando con el rubro. "Uno de los consejos que le doy a la gente joven es que aprendan del maestro, sigan los consejos. Si bien hay maestros que son medios quisquillosos, ellos son los mejores, porque son mucho más detallistas", indicó.
"Otro consejo superimportante es que siempre están pendientes de su seguridad. Ponerse los guantes, casco, lentes y zapatos dieléctricos, porque uno no sabe qué es lo que puede pasar, sobre todo en un rubro como este", señaló Juan.
El drama de la pandemia
En general, cada trabajo se ha visto más o menos afectado por la pandemia del coronavirus y las cuarentenas preventivas. Y a pesar de que el rubro de la electricidad es esencial para muchos, ni Juan ni su hijo Ramón han salido a trabajar durante tres meses.
"La contingencia nos golpeó bastante. Teníamos cuatro pololitos y nos dijeron que hasta nuevo aviso. También he recibido algunos llamados de clientes esporádicos, pero les digo que no, porque tengo un hijo de 9 años, y además mi señora tiene problemas a la tiroides y es grupo de riesgo. Trabajo tenemos, pero prefiero no arriesgarme a que algo pase", comentó el maestro.