Todo lo que debe saber sobre el armado, tipos y características de los radieres y fundaciones es explicado por la columna de un experto de Duoc UC.
Un radier es considerado como una plataforma de hormigón que está apoyada en toda la superficie de un terreno ya compactado, el cual está distribuido de forma uniforme.
Usualmente, los radieres son de un espesor constante, y se utilizan frecuentemente como base de estacionamientos de vehículos. Se recomienda que estos tengan un espesor mínimo de 5 centímetros. También podemos encontrar radieres de superficie discontinua, que son más gruesos según la dirección de muros o líneas de pilares.
Si nosotros mismos queremos hacer un radier, debemos tener presente que existen distintos tipos de mezclas de hormigón, las que son predosificadas. Estas vienen con la medida justa de arena y cemento, sin embargo, podemos aumentar estas cantidades. Al realizar este proceso, debemos tener presente que las propiedades mecánicas se pierden al aumentar esta mezcla, ya que cambia la dosificación indicada en el producto que desea trabajar.
Las mezclas predosificadas son una muy buena opción, ya que nos permite disminuir los tiempos de ejecución, aparte de darnos la seguridad de que las medidas son correctas. Se recomienda utilizarlas para cubrir superficies pequeñas, ya que utilizarlas para espacios más grandes resultará más costoso.
Bases de edificación
Las fundaciones de construcción deben estar emplazadas sobre un terreno apto y contar con una base que ofrezca soporte. Esta será responsable de absorber y distribuir la base, también denominada fundación. Al interpretar el proyecto que señala las fundaciones, se deben considerar las condiciones de carga de la estructura y las características del suelo de fundación de la obra, condiciones que están dictadas en base a un estudio de mecánica de suelos. No debemos olvidar que la fundación es la parte de la obra con menos posibilidades de ser reparada, reforzada o mejorada posteriormente.
Constructivamente, los diferentes tipos de fundaciones pueden clasificarse de la siguiente forma: Fundaciones de cimiento corrido, fundación aislada (poyos), zapatas aisladas, zapatas atirantadas, zapatas corridas, viga de fundación y pilotes.
Uno de los tipos de fundaciones que más se utiliza corresponde a la fundación corrida, que se usa bastante en la construcción de casas. Este tipo de fundación tiene la característica de apoyarse en las capas superficiales o poco profundas del terreno, ya que cuenta con suficiente capacidad de carga.
Las fundaciones se componen de los siguientes elementos estructurales:
- Emplantillado: se compone de una breve capa de hormigón pobre, que generalmente varía entre 5 a 8 centímetros. Su función principal es aislar el hormigón estructural del suelo natural.
- Cimiento: elemento estructural encargado de transmitir las cargas de la estructura al suelo de fundación. En algunos casos se puede considerar el uso de bolones desplazadores, que son piedras de canto redondo de 10 cm de diámetro aproximadamente, en una proporción de 20% a 30% del volumen de la mezcla.
- Sobrecimiento: es un elemento estructural que actúa como nexo entre el muro y el cimiento. Está encargado de entregar una superficie horizontal y nivelada con respecto al terreno.
Armar radieres
- Despejar el lugar donde se requiere hacer el trabajo, limpiar, retirar escombros y luego realizar un escarpe, donde retiraremos la capa vegetal.
- Considerar un lugar donde dejar los escombros y la tierra que se irá sacando previo mejoramiento. En caso de que no cuente con un espacio, puede coordinarse con la municipalidad y solicitar un retiro.
- Realizar un correcto levantamiento en toda la superficie. Se recomienda agregar centímetros de más, ya que debemos considerar niveles, los cuales nos permitirán dejar en óptimas condiciones nuestro trabajo.
- Su radier debe contar con una pendiente: se sugiere que esta tenga por lo menos un 1% de inclinación, ya que de esta forma el agua pueda escurrir mejor al momento de tener lluvias.