Mario Sepúlveda ya no cabe en la cápsula Fénix

Mario Sepúlveda se aburrió de que le fuera mal en la fonda que hacía en El Noviciado y se instaló entre las pirulas ramadas del Parque Padre Hurtado, en Las Condes.

En dicho lugar desde hace un par de años en esta fecha lucen orgullosos la cápsula Fénix, en cuyo interior salieron los 33 hombres desde el interior de la mina San José, y como Mario se instaló ahí el alcalde Francisco de la Maza accedió a ponerla afuera de su rancho.

Los visitantes son muy cariñosos con el sobreviviente y le piden más fotos que a los caballitos de la Plaza de Armas, a las cuales el minero accede con su tradicional "cara de hueón", como le gusta decir.

El problema para Sepúlveda es que si ahora tuviera que ser rescatado desde el centro de la Tierra tendría problemas, porque apenas cabría en la delgada cápsula debido al generoso tamaño de su ponchera.

Confesó que antes del accidente pesaba 80 kilos, al salir de la mina marcaba en la balanza 67, y ahora anda por los 93.

Los responsables de su amplia figura, según el minero, son unos remedios a base de litio que tomaba para subir el ánimo, pero ya los dejó y espera volver a lucir la figura que le robó el corazón a tantas chilenas.

A los que se dejen caer por la fonda de Mario les recomendamos llevar una carretilla para llevarse de vuelta la guata, porque en el negocio la comida es harta y barata.

Para lo más chicos en el parque hay caballitos, juegos, bicicletas y exhibición de vehículos de las FF.AA. y Carabineros.

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