Las crisis son una oportunidad. Un punto de partida y de reinvención. A veces, los costos son dolorosos porque a veces los daños han sido enormes e -incluso- irreparables. El 2018 deja a 3 instituciones con daños severos: Carabineros, el Ejército y la iglesia católica chilena (y mundial).
¿Por culpa de quién? Por un grupo de carabineros ladrones, otros que organizan montajes y otros que fabrican y ocultan pruebas. Hubo mucho de indolencia e ineficiencia. Carabineros fue la institución más querida y creíble ¿Qué pasó en el camino? Pero se abre una nueva etapa y todos quisiéramos que por esos miles que sí hacen su trabajo, la institución levante cabeza y respete a todos, no sólo a sus superiores. Aunque Hermes Soto no parece -precisamente- haber sido respetado por algunos de sus subalternos.
En el Ejército: opacidad, Dineros que parecen "hacerse humo" ¿Cómo?, venta de armas a narcotraficantes y una sensación de "carta blanca" para quienes han traicionado a su propia patria. Son unos pocos, pero demuestran que donde hay oscuridad, se cuela el delito.
La Iglesia católica en caída libre. Más de 100 investigaciones en todas las regiones, con fiscales investigando abusos y violaciones, complicidad y encubrimiento. Y una especie de letargo, que evidencia largos meses de búsqueda de nuevos obispos. La tarea no ha sido fácil. ¿Cómo llegamos a que el Papa Francisco no tenga a quién poner en esos cargos? Qué doloroso pensar que quien se sube a un púlpito para decir cómo debemos vivir, esconda tras su sotana tal nivel de perversión y crueldad con niños…
Y otra deuda con las regiones. Permítame un legítimo "derecho a pataleo" por casi 11 millones de personas que viven fuera del Gran Santiago. ¿Sabía usted que más de 1 millón 400 mil chilenos se las tienen que arreglar sin agua potable? Y hay paradojas increíbles: Los vecinos de la localidad de Los Lirios en Santa Bárbara -en el Biobío- están rodeados de ríos, pero viven en permanente sequía. Cada 8 días, un camión aljibe entrega unos pocos litros de agua para beber y darles a sus animales. Eso, mientras un habitante de cualquier ciudad se ducha tranquilamente por 10 minutos y puede gastar hasta 200 litros de agua potable.
En pleno siglo XXI, 15 mil casas sin energía eléctrica. Más de 60 mil personas viviendo en esas condiciones en las zonas cordilleranas de Arica y Parinacota en los sectores costeros de Antofagasta y Atacama, en los valles de la Región de Coquimbo, en las comunidades indígenas del Biobío y Araucanía, y en lugares de difícil acceso de la Patagonia.
Y todavía 822 campamentos en todo Chile. Atención: La enorme mayoría está en Antofagasta, y con grandes aumentos en Atacama y Tarapacá.
Pero pensemos con optimismo: De los errores y horrores se aprende. Queremos un 2019 más honesto, más inclusivo y con más respeto por todos los chilenos. Y lo recalco porque es importante: para todos los chilenos.