No hay nada más difícil que vivir sin ti, dice Marco Antonio Solís. Sin embargo, no hay nada que cueste más que responder a las primeras preguntas duras que nuestros hijos nos hacen.
No todo el mundo puede correr a un sicólogo para pedir ayuda o cuenta con una red de apoyo familiar que permita saltar el escollo, por eso existe el Fono Infancia de la fundación Integra que auxilia a estos desesperados padres.
La institución, recibe diariamente cientos de consultas, filtró las que más complican a los padres y entregó algunos consejos. Las preguntas más brígidas son:
¿Cómo se hacen las guaguas?
¿Por qué yo no crecí en tu guata?
¿Por qué no tengo el mismo apellido que mis hermanos?
¿Por qué mi papá o mamá se fue de la casa?, ¿Ya no me quiere?
¿Mi mamá se fue el cielo?
¿Por qué se separaron de mi mamá?
¿Por qué siempre estás triste?
RECOMENDACIONES
Si ya te sometieron a las interrogantes o lo más probable es que vengan en camino, los sabiondos del tema recomiendan:
1
Si te sientes capi es mejor que hables claro y fuerte, tú hijo espera respuestas de ti.
2
Si no estás listo debes asumirlo y pedir ayuda, eso no te hace un papi incapaz, sino uno responsable.
3
Ojo que mientras más chicocos, los peques son más sensibles al lenguaje no verbal. Sapean las caras, miradas, tonos de voz e intuyen que algo amenazante pasa y que no se puede hablar de eso..
4
Aunque parezca obvio, es siempre importante recordar que hay que tomar en cuenta las características del pitufito como la edad, personalidad y el momento emocional en que se encuentra.
5
¡Ah! Y por favor no largarse a hablar si de la boca sólo salen sapos y culebras. Los papis deben estar tranquilos para acoger y contener las reacciones o sentimientos del niño.
6
Nunca, jamás los engrupas si no sabes que responder. No hay que tener miedo a responder no sé, eso sí no puede ser utilizado para mandarlos por el desvío, sólo de aplazar un poquitín la respuesta para buscar ayuda. Los juegos y cuentos, inventados o de autor, pueden ayudarte un montón a explicar situaciones difíciles.
7
Cuando ya estés listo para hablar no olvides recordarle que nada de lo que ha pasado (abandono, muerte, separación, etc.) ha sido responsabilidad de él.
8
También es importante explicarle que es súper normal sentir pena, rabia, miedo, etc. frente a la situación que los achaca. Y, por último, debes deja claro que siempre puede contar con los papás para responder sus dudas o para acogerlo y acompañarlo cuando no se sienta bien.