A cinco meses del terremoto, Eliana Torres (88) aún sufre el calvario de vivir en uno de los siete edificios de la Villa Olímpica que fueron declarados "inhabitables" el 24 de marzo por la muni de Ñuñoa, debido a que apenas se sostienen por sus daños estructurales.
La abueli vive solita y no tiene a nadie a quien recurrir. Se las arregla con una pensión de 75 lucas mensuales y no quiere dejar el depto por miedo a que le roben las poquitas cosas que tiene, pese a que en cualquier momento se derrumba.
"No le tengo miedo a la muerte. Tengo una hermana en La Florida, pero a ella también se le cayó la casa. No tengo hijos y menos a dónde más ir", contó.
La anciana vive en un cuarto piso y junto a otro vecino son los únicos en habitar el edificio que se encuentra lleno de grietas.
Para más remate su hogar se inunda cada vez que llueve y la pobre nona debe instalar bolsas de plástico por toda su vivienda porque el agua se filtra por el techo y las murallas.
Como las cañerías se reventaron, cada vez que Eliana necesita agua para lavar o cocinar debe bajar hasta el subterráneo a dar la llave de paso. Una vez que termina sus labores de casa debe volver para cerrarla: "Si no, se inunda el departamento. No me quiero ir porque con lo que gano no alcanza para nada", agregó.
Para el presi de la asamblea de vecinos para la reconstrucción de la Villa Olímpica, Jaime Díaz, los subsidios "no han sido una solución sino que un fracaso. Sólo el 4 por ciento de la población de acá postuló. Los edificios con daños estructurales no pueden postular. Acá está todo prácticamente igual, nos sentimos abandonados", piteó.
Como hoy se cumplen 5 meses de la tragedia, Díaz dejará una carta al Presidente Piñera, firmada por 400 vecinos: "El 15 de julio se aprobó el arreglo de los techos y no se ha hecho absolutamente nada".